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Manejo de la puesta en el suelo en las granjas de reproductoras

Escrito por: Juan Carlos Abad
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manejo reproductora pesada

El principal objetivo del manejo de las granjas de reproductoras es la obtención del mayor número de huevos incubables. Diferenciar los huevos puestos en el ponedero de los del suelo es fundamental para optimizar los resultados productivos.

Debemos manejar las granjas de reproductoras para que el porcentaje de huevos de suelo sea menor del 2%. Cuanto más baja sea esta proporción, la necesidad de clasificar huevos del suelo sucios como incubables será menor, ya que, como sabemos, los huevos del suelo pueden presentar hasta un 15% menos de tasa de nacimiento, afectando negativamente también a la calidad microbiológica del pollito de un día.

PUESTA DE HUEVO EN PONEDERO

Para acostumbrar a las gallinas a poner los huevos en el ponedero, su aprendizaje debe comenzar desde el periodo de recría, colocando bebederos encima de zonas con aseladero donde las pollitas puedan saltar, y tengan un diseño similar al que encontraran en las granjas de producción.

Lo más eficaz es colocar toda una línea de bebederos encima de una tira de aseladero. No es necesario que sea muy ancha –con 60 centímetros es suficiente–.

Se puede programar que esta línea de agua, bien con bebederos de campana o con bebederos de tetina que es lo más habitual, sea la última en cerrarse, incentivando así, que más pollitas acudan a esta línea de bebederos cuando las otras líneas de la nave ya no tienen agua.

Es tan importante incentivar el uso del slat en recría para enseñar a las pollitas a saltar, como evitar estímulos que provoque miedo al salto. El uso de cables eléctricos sobre las líneas de tetinas en recría, puede desmotivar el salto de las gallinas a los aseladeros de las naves de producción debido al impacto eléctrico que pueden sufrir al saltar. Para evitarlo, se pueden instalar en lugar de línea eléctricas, doble cable sobre las tuberías de agua para evitar que las gallinas se aselen

DISEÑO DEL EQUIPAMIENTO EN LA GRANJA

El diseño del equipamiento en la granja de producción es fundamental. Es recomendable tener una altura de aseladero no mayor de 40 cm y una anchura de entre 1,8 y 2,4 metros, dependiendo de la anchura de las naves. Esta anchura de aseladero nos permite colocar una de las líneas de comedero sobre el mismo, lo que incentiva que haya muchas más gallinas subiendo al aseladero y por lo tanto cerca del ponedero.

En naves de 12 metros de ancho se pueden conseguir buenos resultados con anchuras de aseladero de 1,2 metros, pero, si alojamos con alta densidad de gallinas, se obtienen mejores resultados poniendo  una línea de comedero sobre el aseladero.

Deben colocarse rampas para facilitar la subida de las gallinas al aseladero. Hay muchísimos modelos de rampas, desde rampas integradas en el aseladero, a simples escalones con bloques de cemento. Las rampas integradas normalmente se colocan con aseladeros de más de 1,2 metros de anchura y una de las ventajas que tienen es que no crean ningún tipo de esquina ni rincones, que con otros tipos de rampas sí que se producen, y que a veces pueden suponer un estímulo para poner huevos en dichos rincones.

CANTIDAD DE CAMA EN NAVES DE PRODUCCIÓN

Una de las prácticas de manejo que más éxito tiene sobre la puesta en el suelo es controlar la cantidad de cama que se pone en las naves de producción. Se debe poner muy poca cantidad (recomendaríamos un máximo de 2-3 cm) para evitar que las gallinas encuentren lugares de anidación sobre la cama, y en el caso de que alguna gallina vaya a poner el huevo en el suelo, tenga contacto con el cemento y no encuentre un sitio apetecible para la anidación.

La luz debe de ser muy uniforme. Hay que evitar áreas de sombra, con un mínimo de 40 lux en las zonas más oscuras y entre 65-100 lux directamente debajo de las lámparas. Una buena uniformidad de luz en la nave se consigue cuando no hay más del 30% de diferencia de lux entre las zonas más oscura y las zonas más claras. Las gallinas tienen que percibir la diferencia que hay entre estar dentro o fuera del ponedero y para ello no tiene que haber más de 2-4 lux en el interior del mismo.

La ventilación también debe ser uniforme. Se recomienda evitar corrientes de aire alrededor de los ponederos en invierno y exceso de temperaturas dentro de los ponederos durante el verano.

Las aves se desplazan en la nave hacia la zona de mayor confort y se alejan de las franjas donde encuentran peores características ambientales, por eso tenemos que proporcionar a las gallinas las mejores condiciones alrededor de los ponederos. A veces se retiran las bandejas inferiores para mejorar la ventilación en el interior de los ponederos en verano, pero se deben volver a colocar durante el invierno para evitar un exceso de corriente de aire en su interior. De la misma manera, una mala gestión de la ventilación de los paneles de refrigeración puede favorecer que se agrupen las gallinas frente a la zona de entrada de aire, aumentando la puesta en el suelo.

La distribución del equipamiento tiene que facilitar que las gallinas se muevan libremente sin barreras. Debemos colocar los comederos de las gallinas a una altura suficiente para que puedan pasar fácilmente por debajo y no tengan que saltar para pasar de un lado al otro del mismo.

Debemos distribuir el equipamiento a una distancia adecuada y que las gallinas se puedan mover fácilmente; así, los bebederos deben de tener una distancia de al menos 60 cm respecto a la entrada del ponedero, 60 cm entre el borde del aseladero y las canales de comedero de cadena y 90 cm entre líneas de comedero. En naves con dos líneas de bebedero por lado, para evitar que las gallinas formen barreras de entrada al ponedero, se pueden eliminar algunas tetinas para dejar pasos libres de aves hacia el ponedero

Las gallinas se imitan en sus comportamientos. Una vez iniciada la puesta, es muy importante realizar el número máximo de recogidas de huevos del suelo. Cuantos más huevos encontremos inicialmente en el suelo, más tendencia tendrán las gallinas a seguir poniéndolo sobre la cama. Debemos intensificar las recogidas sobre todo por las mañanas y durante las primeras semanas de puesta.

Hay que considerar que aves con pesos muy por encima del standard o con problemas articulares, debido a su menor movilidad, pueden tener más puesta en el suelo.

No todos los huevos recogidos de los ponederos podemos clasificarlos como limpios. Esto va a depender del estado de limpieza de los ponederos y, a su vez, del estado de la cama de la granja. Cuanto más húmeda está la cama de la granja, peor será la limpieza de las alfombrillas del ponedero. Para conseguir una buena calidad de cama es fundamental el control de los bebederos evitando derrames de agua, ya sea controlando la presión o restringiendo las horas de consumo.

Se debe tener alfombrillas de repuesto para cuando alguna de ellas se ha ensuciado, bien sea por las patas de las gallinas, o bien porque ha habido alguna gallina muerta dentro del ponedero. De este modo, podremos cambiarlas, limpiarlas y desinfectarlas y volver a utilizarlas.

Los huevos sucios del suelo se deben rechazar y los huevos pseudolimpios de suelo o ponedero se deben identificar para que en la incubadora, en caso de utilizarlos, los puedan colocar en la parte de debajo de los carros o utilizar un carro específico para estos huevos pseudolimpios

A veces se limpian los huevos pseudolimpios para que la apariencia sea mejor, pero dependiendo del tipo de limpieza, podemos aumentar la contaminación interna de los mismos. En estudios de campo la prevalencia de E. coli en el interior del huevo pseudolimpio sin ningún tratamiento es de alrededor del 10% y, sin embargo, tratamientos con desinfectantes aplicados con agua, pueden aumentar esa prevalencia hasta el 50%.

 

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