En un artículo anterior se trataba de responder a las cuestiones del diseño de un programa de vacunación adecuado, y en este vamos a tratar los diferentes puntos a tener en cuenta para evitar fallos de vacunación.
¿Cómo evitar fallos de vacunación?
Cuando una vacuna falla, la reacción natural es culpar a la vacuna. Sin embargo, aunque sea uno de los factores que deban considerarse, también hay que evaluar otros factores para determinar la causa del fallo, que son, con toda probabilidad, responsables en una mayoría de los casos. A continuación serán tratados aquellos factores más comunes que pueden ser responsables de los fallos vacunales.
Manejo & conservación de la vacuna
El mejor programa de vacunación no será efectivo si la vacuna no es mantenida, conservada y manejada según las recomendaciones del fabricante. Con alguna excepción, la mayoría de las vacunas deben conservarse a temperaturas entre +2º y +8ºC en todo momento hasta su administración o reconstitución, lo que incluye no solo el transporte de las vacunas desde el fabricante hasta el almacén del distribuidor o empresa, sino también desde éstos hasta la granja. Desgraciadamente no es extraño ver en algunas granjas que los refrigeradores son muy viejos y a menudo en precarias condiciones de funcionamiento.
Administración deficiente
Es probablemente la causa más frecuente de fallos vacunales:
Reconstitución
Utilizar o bien el diluyente suministrado con la vacuna, cuando existe, o bien utilizar agua lo más limpia y pura posible, sin restos de materia orgánica, ni exceso de minerales como Hierro, ni Cloro, que podrían perjudicar o incluso inactivar la vacuna, por lo que se recomienda la utilización de estabilizantes antes de emplear agua de consumo.
Tiempo que transcurre desde la reconstitución hasta la administración
Hay vacunas, más estables y resistentes que otras. Por ejemplo, las vacunas de virus vivos de Gumboro son relativamente estables y pueden mantener su estabilidad hasta 3 horas; pero otros virus, particularmente los respiratorios como los de bronquitis infecciosa, son bastante más sensibles y pierden rápidamente su potencia, por lo que hay que tratar de terminar la vacunación como máximo en 90 minutos.
No terminar la vacunación a tiempo o mal estado de los equipos
Bien por no terminar a tiempo la vacunación o por no mantener en buen estado el equipo de bebederos (en el caso de administración en el agua de bebida), o por utilizar un tamaño de gota o flujo inadecuado en el caso de las vacunaciones por nebulización, no va a llegar la vacuna a todas las aves. El resultado es que, o parte de las aves no son vacunadas, o no se vacunan todas al mismo tiempo, o algunas aves reciben dosis insuficientes de vacuna. La consecuencia más común es la aparición de reacciones.
Vía de administración correcta
Las vacunas inactivadas deben ser administradas por vía parenteral, intramuscular o subcutánea. Las de replicación, primordialmente respiratoria, suelen funcionar algo mejor por espray o gota en ojo, aunque también es posible que se den en el agua de bebida. Las de viruela por punción en la membrana del ala y otras como las termosensibles de Mycoplasma o las de laringotraqueitis deben administrarse por gota en ojo. Destacar que en algunos casos se ha administrado la vacuna de ILT por nebulización y puede provocar problemas clínicos en otras aves cercanas sin vacunar
Fallos con los métodos individuales parenterales
Sobre todo si no se administra la vacuna en el punto de vacunación adecuado, lo que generalmente se debe a una excesiva rapidez del equipo de vacunación o a la deficiente utilización de determinados utensilios o máquinas.
En algunos casos, pueden llegar a no ser vacunadas hasta el 10-15% de las aves
Momento de vacunación inapropiado
Es posible que se tenga que recomendar no vacunar, o al menos retardar una vacunación, si en el momento escogido hubiera síntomas respiratorios o digestivos. Las vacunas exigen del organismo de las aves que esté en buen estado sanitario, para que pueda así responder a la solicitud con una buena respuesta inmunitaria.
Las reacciones post-vacunales desacreditan tanto a la vacuna como a quien la recomienda
Algunas vacunas vivas están contraindicadas en aves muy jóvenes como:
- La cepa ND La Sota como primovacunación
- Las cepas denominadas “fuertes” o “intermedias plus” de Gumboro en animales de menos de 10-12 días de edad,
- La vacuna de Encefalomielitis antes de las 4 semanas o menos de 15 días antes del comienzo de la puesta.
Si las vacunas vivas (tanto clásicas como de inmunocomplejos) se aplican en animales jóvenes con un bajo nivel de MDA, también pueden inducir lesiones de moderadas a graves de la bolsa de Fabricio e inmunosupresión que puede llegar a empeorar la respuesta del ave a otras vacunaciones
Status de inmunidad materna
Debemos tener en cuenta el importante papel que juegan los anticuerpos maternos (MDA) en la protección de los animales jóvenes. Pero los MDA también tienen una desventaja, que es el poder de neutralización de los virus vacunales si se administran cuando el nivel de MDA todavía es demasiado alto, en cuyo caso parte de los virus vacunales serán neutralizados, resultando en una respuesta inmunitaria deficiente. Retrasar la vacunación hasta que los MDA hayan sido catabolizados, puede dejar a las aves susceptibles ante un desafío de campo. Esto es de particular importancia en el caso de la enfermedad de Gumboro. Se ha demostrado que algunas vacunas de IBD pueden ser neutralizadas por los MDA, lo que llevará a un retraso significativo o incluso la inexistencia de la inducción de inmunidad humoral
Estrés y/o inmunosupresión
La vacunación es una forma de estrés. Al inocular un ave con una vacuna viva, realmente se está infectando con una forma leve de la enfermedad.
El estrés, que también puede incluir condiciones ambientales extremas como temperatura, humedad relativa, ventilación, alimentación inadecuada, parasitosis y otras enfermedades, puede reducir la capacidad del ave para montar una respuesta inmune. Lo aconsejable sería retrasar la vacunación hasta que las aves están sanas.
Es mejor saltarse una vacuna que vacunar en presencia de otra enfermedad concurrente
- Aves inmunodeprimidas
Las aves necesitan tener un sistema inmunitario competente para responder de forma efectiva a las vacunaciones. Se ha demostrado que las aves inmunodeprimidas no son capaces de desprenderse de virus vacunales respiratorios de sus organismos, lo que resultará en una reacción postvacunal excesiva y una mala respuesta inmunitaria.
- Enfermedades inmunosupresoras
En los animales afectados por enfermedades inmunosupresoras como la enfermedad de Gumboro, los virus de la Anemia Infecciosa o de la enfermedad de Marek, o que hayan consumido piensos con altos niveles de micotoxinas, los componentes de la respuesta inmune tanto celular como de anticuerpos, no estarán trabajando correctamente.
- Enfermedad de Gumboro
En el caso concreto de la enfermedad de Gumboro, todas las vacunas vivas producen en mayor o menor medida unas lesiones de la bolsa de Fabricio, que en condiciones normales apenas van a afectar al desarrollo normal del ave, pero en animales comprometidos o inmunodeprimidos influirán en la respuesta inmunitaria.
Prácticas de manejo
El medio ambiente en el que los pollos son criados juega un papel muy importante en la eficacia de un programa de vacunación.
- Ventilación mala
- Bebederos que goteen
- Excesiva humedad de la cama
- Densidades de población muy altas
- Temperaturas que fluctúen en exceso
Ejemplos de deficiencias en el manejo que pueden afectar la reacción post-vacunal
Son muy importantes las medidas de manejo que aseguren la temperatura de la nave y de la cama durante las semanas iniciales, para prevenir afecciones respiratorias y controlar la carga de agentes patógenos tanto primarios como secundarios. No hay substitutos para un buen manejo. Hay que destacar que, en los meses más fríos, la ventilación es más difícil de controlar y puede contribuir, al menos en parte, a la mayor gravedad de las reacciones respiratorias post-vacunales. Si entre lotes sucesivos no se practica una limpieza y desinfección adecuadas se permitirá que la carga o presión infectiva aumente de forma considerable, haciendo que un programa de vacunación eficaz, se vea sobrepasado.
Cualquier cosa que cause un estrés al ave, puede incrementar la gravedad de una reacción post-vacunal
Dosis vacunal
Aunque no sea una práctica habitual, en algunos casos se ha tratado de reducir los costos de producción mediante la eliminación de vacunas de un programa o la administración de dosis parciales. La decisión de vacunar se basa en una evaluación de análisis de riesgos y si hay riesgo, la vacuna debe ser administrada de acuerdo con las recomendaciones del fabricante
- Dosis recomendada
- La dosis recomendada es exactamente la dosis que los fabricantes, después de hacer múltiples ensayos, han establecido como dosis efectiva. Si no se administra la dosis completa las aves no recibirán la vacuna suficiente para estimular adecuadamente su sistema inmunológico, lo que provocará la disminución de la resistencia a las enfermedades.
Cepa o serotipo vacunal
El uso de cepas vacunales muy atenuadas puede llevar a una falta de inmunogenicidad y mayor susceptibilidad ante un desafío de campo. Debe seleccionarse la vacuna adecuada según sean las condiciones locales. Vacunas no suficientemente atenuadas pueden dar lugar a reacciones prolongadas y mayor susceptibilidad a infecciones bacterianas secundarias como E. coli y, en ciertos casos, puede haber pérdidas similares a las asociadas al desafío de campo.
Bronquitis infecciosa
Hay enfermedades causadas por agentes que se componen de varias cepas o serotipos diferentes. El caso más paradigmático es el de la Bronquitis infecciosa, para la que la mayoría de los programas de vacunación están basados en el serotipo Massachusetts. Europa En las últimas décadas hemos pasado de ver en los años 80 las denominadas variantes holandesas, que prácticamente desaparecieron, pasando en los años 90 y principios de este milenio a ser preponderantemente del serotipo 793B. Luego apareció la cepa Italia 02, que casi sin hacer ruido parece en los 2 últimos años haber desaparecido y reemplazado por la cepa de origen chino denominada QX.
Auditorías de vacunación
Toda la información recogida a lo largo del artículo puede comprobarse mediante la realización de auditorías de vacunación, que aun pareciendo a veces innecesarias o repetitivas para personal con mucha experiencia, son realmente recomendables y evitarán fallos muy fácilmente. Casi todos los suministradores de vacunas disponen de formularios que se pueden rellenar muy fácilmente para cada tipo de vacunación y de personal formado de gran ayuda en la realización de estas auditorías de vacunación. Las auditorías no solamente se refieren a las relativamente frecuentes de vacunaciones en las incubadoras, sino también a las realizadas en el campo, ya sean en:
- Agua de bebida
- Por nebulización
- Por punción en la membrana del ala
- Por gota en ojo
- Por inoculación parenteral
Ya que es imposible fabricar nuevas vacunas para cada nuevo serotipo que aparece periódicamente, probablemente la mejor solución sea combinar cepas del serotipo Mass con otros serotipos para que se amplíe el espectro de actividad
Cuando una vacuna falla, uno de los factores que deben considerarse es la calidad de la vacuna. Sin embargo, hay que evaluar otros factores para determinar la causa del fallo, que son, con mayor probabilidad, responsables de ese fallo. Los factores más comunes que pueden ser responsables de los fallos vacunales son
- Manejo y conservación de la vacuna
- Administración deficiente (reconstitución, tiempo hasta la administración, vía y punto de administración)
- Momento de vacunación inapropiado
- Status de inmunidad materna
- Estrés y/o inmunosupresión
- Prácticas de manejo
- Dosis vacunal
- Cepa o serotipo vacunal
- Administración simultánea de varias vacunas