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Neutralización de micotoxinas mediante bioinactivación

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Las micotoxinas son sustancias tóxicas que se encuentran en los alimentos balanceados y que representan un considerable riesgo sanitario para los animales de granja y de compañía.

La exposición a las toxinas tiene lugar principalmente por la ingesta de alimento balanceado contaminado.

Las micotoxinas están producidas por mohos toxigénicos que pueden contaminar el alimento en las distintas fases de su producción y procesamiento, desde el cultivo hasta el transporte y el almacenamiento. En general, las micotoxinas son muy resistentes, por lo que pueden persistir en el alimento incluso después de que se hayan eliminado los hongos.

Un riesgo invisible con un impacto impredecible

Los signos clínicos de la intoxicación por micotoxinas se denominan micotoxicosis y predominan en ciertos órganos como el hígado, los riñones, el tejido epitelial y el sistema nervioso central, dependiendo del tipo de toxina.

Desafortunadamente, la mayoría de los efectos negativos de las micotoxinas en la producción avícola moderna se manifiestan a nivel subclínico, lo que hace que el diagnóstico sea extremadamente difícil o que no sea posible.

Además, es común que dos o más micotoxinas puedan presentarse al mismo tiempo y se puedan potenciar sus efectos tóxicos entre animales susceptibles.

El poder de la bioinactivación natural

Comúnmente, la bioinactivación natural de micotoxinas tiene lugar en el tracto gastrointestinal y en el hígado, y es una consecuencia de la acción de la microflora gastrointestinal y enzimas tisulares. En general, los efectos negativos de una micotoxina en el cuerpo de un animal dependen de la extensión y el ritmo de absorción por parte del tracto gastrointestinal, su distribución, su unión o localización en los tejidos, su biodegradación y su proceso de excreción.

La bioinactivación natural es una compleja mezcla de diferentes procesos que pueden ocurrir simultáneamente para proporcionar defensa frente a una amplia variedad de micotoxinas.

En el tracto gastrointestinal se encuentran bacterias, levaduras y protozoos que tienen la habilidad de bioinactivar micotoxinas de la familia de los tricotecenos transformándolos en metabolitos no tóxicos o menos tóxicos. La bioinactivación también puede ocurrir con otros tipos de micotoxinas cuando son adsorbidas en la superficie de bacterias probióticas. En avicultura, la toxina T-2 es normalmente metabolizada y eliminada después de su ingestión

Este proceso tiene lugar en el buche, el intestino delgado y el hígado en los que la hidrólisis, la hidroxilación, la de-epoxidación y la conjugación producen más metabolitos diferentes. Los metabolitos típicos de la toxina T-2 son a menudo la toxina HT-2 y la toxina de-epoxi HT-2.

La inactivación de las micotoxinas es una inversión, no un coste

Los aditivos alimentarios con efectos antimicotóxicos selectivos que se activan directamente en el organismo del animal pueden considerarse la solución óptima para las micotoxinas en avicultura. Estos aditivos se caracterizan por las siguientes propiedades: rápida unión a las micotoxinas adsorbibles, estabilidad a diferentes niveles de pH, termoestabilidad en condiciones de peletización o extrusión, no actividad de unión con vitaminas, micro y macro-nutrientes, y efectivos a bajas concentraciones en el alimento.

Como desactivadores de micotoxinas individuales tienen sus propias fortalezas y debilidades, por lo que lo que se está convirtiendo en una solución efectiva ampliamente aceptada es la estrategia de combinar compuestos con diferentes modos de acción

Eficacia probada, la clave del éxito

Se sabe bien que las toxinas T-2 pertenecen a la familia de las micotoxinas que no se unen fácilmente a secuestrantes inorgánicos u orgánicos, por lo que se deben emplear otras estrategias para desactivarlas, que son particularmente nocivas para la avicultura. Una opción es proporcionar apoyo a los sistemas de bioinactivación naturales del ave in vivo.

El objetivo de este experimento fue evaluar la eficacia de un producto para la desactivación de micotoxinas (Unike Plus) en la disminución de los efectos tóxicos de la toxina T-2, ocratoxinas (OTA) y fumonisinas (FUM) añadidas a la dieta de los pollos de engorde.

Para ello, se asignaron 114 pollos de engorde cruzados Cobb-Avian-48, a tres grupos con 38 animales por grupo (tabla 1).

Resultados

La dieta contaminada con micotoxinas (toxina T-2, OTA y FUM) presentó menor digestibilidad y aprovechamiento de los nutrientes, por lo que se redujo el rendimiento del animal y aumentó la mortalidad de las aves (tabla 2).

La inclusión de un producto desactivador de micotoxinas en el alimento contaminado con micotoxinas, redujo la mortalidad de las aves, en comparación con el grupo de control, aumentó el consumo diario de alimento, aumentó la ganancia de peso diaria y mejoró el índice de conversión (figuras 1, 2 y 3).

Conclusión

El análisis de los datos obtenidos en el experimento (digestibilidad de los nutrientes, peso vivo e índice de conversión) confirma que la inclusión de un producto desactivador de micotoxinas en un alimento balanceado contaminado, disminuye los efectos negativos de las micotoxinas presentes, resultando en la productividad relativa de los pollos de engorde en los grupos del ensayo, superando los resultados del grupo de control.

Los resultados del estudio indican que una neutralización y control continuo, específico y efectivo de las mico-toxinas, ofrece una oportunidad para una mejora significativa de la salud animal, rendimiento, productividad y beneficio.

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