En el pasado mes de enero el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos confirmó la aparición de un caso de influenza aviar de alta patogenicidad H7N8 en un lote de pavos en el estado de Indiana.
Después aparecieron más casos en el mismo estado de Indiana con la misma cepa. Cepa de virus de influenza aviar distinta de la cepa que causó todos los problemas durante el año 2015. A finales del mes de enero las autoridades sanitarias de aquel país confirmaron además lotes positivos en aves con virus de influenza aviar de baja patogenicidad.
En África, varios países están afectados por virus de influenza aviar de alta patogenicidad H5N1 como Nigeria o Ghana y otros por virus H9N2 de baja patogenicidad como en Marruecos, cepa vírica que está causando y más con otros agentes patógenos muy grave morbilidad y muy elevada mortalidad entre las aves afectadas.
Por el norte de España tenemos la amenaza de los casos de alta patogenicidad H5N2 que han afectado a zonas en el sur de Francia y que han llegado a afectar a explotaciones avícolas cercanas a los Pirineos. Así que tenemos un panorama sanitario complicado con gran actividad de cepas víricas de influenza aviar a nivel mundial y que en estos momentos nos rodean por el norte y por el sur de nuestro país.
En muchas conversaciones profesionales sobre la baja patogenicidad, a veces no le damos la importancia debida a esta forma de influenza aviar pues no conlleva declaración obligatoria por el país afectado.
Pero sí conllevan gran morbilidad en las aves, con fuertes reducciones en los crecimientos y escalofriantes descensos en la puesta. Además la mortalidad que están produciendo es muy elevada, diezmando las existencias de las granjas afectadas.
A todas estas pérdidas directas en producción hay que unir más pérdidas económicas debidas al incremento de los tiempos de vacío sanitario, e inclusive a veces por los desembolsos de las compras que tienen que realizar los afectados, para no dejar desabastecido al mercado de consumo de productos avícolas.
Como dice un antiguo proverbio chino “no desprecies a la serpiente por no tener cuernos “, es decir que mantengamos al máximo nivel de cumplimiento las medidas de bioseguridad que se tienen establecidas en los protocolos sanitarios de nuestras explotaciones avícolas.
Cada vez conocemos más sobre la enfermedad y sobre las consecuencias sanitarias y económicas que produce en el sector avícola. Así que no bajemos la guardia porque oigamos solo que nuestros vecinos tienen virus de influenza de baja patogenicidad.
¡Extrememos nuestras medidas de BIOSEGURIDAD ¡ y tengamos prevista una respuesta rápida ante la aparición del posible primer caso en nuestro país!
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