“Si no se mide, no se puede manejar”. “Si no se puede manejar, no se puede mejorar”. No contar con un proceso y con las herramientas necesarias para medir el rendimiento es como si un atleta no tuviera un cronómetro para medir su desempeño en las carreras. ¿Cómo puede un atleta subsanar sus deficiencias y mejorar si no tiene forma de medir su desempeño?
Tal como los atletas, los pollos de hoy crecen a un ritmo logarítmico.
No es raro que los pollos de engorde logren tasas de crecimiento de más de 5 gramos por hora, que las ponedoras pasen el increíble límite de un huevo al día y que el rendimiento de las reproductoras mejore incluso con las consecuencias del éxito de su progenie.
Con tales mejoras, nos encontramos en un mundo en el que debemos rendir cuentas a cada instante. Rendición de cuentas significa que debemos anotar lo que hacemos, hacer lo que anotamos y demostrarlo. El mantenimiento de registros comienza con la recopilación de datos, lo que a su vez estimula la discusión, lleva a la dirección y, de ser necesario, a la disciplina.
Como se ha mencionado, el rendimiento de las explotaciones va a un ritmo increíble, por lo que se han establecido grandes expectativas en cuanto a producción en vivo y ganancias del proceso.
Mucho se puede atribuir al potencial genético. Dependiendo del rasgo que estemos considerando, los rasgos genéticos tienen un límite. Los factores que afectan el potencial genético están en manos de la operación.
La figura 1 toma en cuenta la importancia de la nutrición, la salud, el medio ambiente y la administración. Con la optimización de estos componentes críticos, el potencial genético puede alcanzar el nivel de excelencia necesario para que la rentabilidad y la eficiencia satisfagan los estándares actuales de sostenibilidad y bienestar.
El análisis de los cuatro componentes del rendimiento actual de las explotaciones requiere rendición de cuentas.
El manejo de estos detalles requiere datos y, por lo tanto, mediciones en la cadena de producción. Una vez que contamos con un proceso y podemos medir los resultados, podemos empezar a aplicar metodologías destinadas a mejorar la calidad.
Nuestra meta es tener un círculo continuo de planificación, realización, control y acción.
La pregunta ahora es “Qué medir”. Sin duda queremos medir las actividades, los puntos críticos de control y los resultados que son importantes para alcanzar los objetivos de nuestra empresa. Los Indicadores Clave de Desempeño (KPI por sus siglas en inglés) ayudan a definir y medir los puntos críticos que permiten avanzar hacia los objetivos definidos por la empresa.
Los parámetros de la cría de stock joven son notablemente lo más importante a seguir. La medición de todos los pormenores que afectan a los pollitos para que encuentren esa zona de comodidad es fundamental para lograr abastecer pollitos sanos y viables.
- La temperatura de ventilación de los pollitos, el llenado del buche, la uniformidad y el peso a los siete días son criterios esenciales para el desempeño y para entender los desafíos que impiden el éxito.
- Cuando las personas siguen el proceso y lo miden, la administración puede actuar basándose en él para asegurar una mejora continua y, sobre todo, la salud de los animales. Se mejorará la integridad intestinal, el sistema inmunológico, la tasa de crecimiento y el desarrollo musculoesquelético.
- El establecimiento de incubación es otro componente crítico de la salud general de los pollitos y de las ganancias de la producción. Los perfiles de eclosión difieren entre razas; los períodos de eclosión deben ser predecibles y se debe tener en cuenta la edad de las reproductoras.
La mejor forma de optimizar estas variables para aumentar la eficiencia de la eclosión es recopilando datos.
Las tasas de evaporación, la temperatura de los huevos, el rendimiento de pollitos, la frecuencia y el ángulo de giro, así como la temperatura de ventilación de los pollitos son algunos de los datos puntuales críticos que se deben tener en cuenta. La falta de atención a los detalles de cada una de las eclosiones tendrá un efecto perjudicial en la prevención de enfermedades, el porcentaje de eclosión y sacrificio, el peso vivo e incluso la salud de la eclosión.
Desde la maximización de los estándares de empaque de huevos, hasta la puesta de huevos, el proceso de eclosión, la extracción de pollitos y el servicio, los datos son la herramienta que tenemos para efectuar cambios en el manejo y mantenimiento a fin de maximizar la producción de pollitos y, sobre todo, la salud de los mismos.
La producción no es diferente. A mayor escala y utilizando herramientas y sensores automatizados de avanzada, la administración ahora puede medir y manejar la alimentación, la iluminación, el aire, el agua, el espacio y la seguridad (figura 2).
Estas nuevas herramientas de gestión son cada vez más fáciles de usar y ofrecen capacidades remotas.
La tecnología avanzada unida a las eficientes capacidades de software hacen que la administración pueda optimizar los parámetros ambientales para mejorar el crecimiento y la prosperidad en la cadena de producción avícola.
La figura 3 es como “tener un cerebro en la granja”; el gerente ahora puede manejar el comportamiento de las aves y el potencial de las aves en todo momento.
En conclusión, solamente con medir no se va a remplazar a la administración. La medición, una valiosa herramienta de acción, es complementaria a la administración. Mida lo que pueda y tómelo en serio, ajustando el equipamiento y el medio ambiente para mejorar la salud y las ganancias de la producción. En nuestros sistemas de producción no hay margen de error. Las aves perciben los cambios y los toleran muy poco, por lo tanto, es de vital importancia medir y manejar en todo momento.
La clave del éxito es la auditoría y revisión remota con la activa participación de la administración.
Recuerde medir lo que es importante, revisar las métricas y los puntos de referencia, recompensar a los responsables de que se superen los objetivos y seguir afinando para lograr el éxito.
Para más información contacten con:
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