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Nuevas inversiones gracias a la harina de Soja

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En mayo se transaron contratos de futuro de harina de soja en Dalian (China) por U$S 250.000 millones. Este es el mayor mercado de futuros de materias primas de la República Popular y tiene un peso decisivo en la demanda de uno de los principales productos que exporta la Argentina.

También en mayo, el precio de la tonelada de harina de soja alcanzó en Chicago a 462 dólares por tonelada (un aumento de 60% en 3 meses); y los dos fenómenos –Dalian/precio de la harina de soja- responden a la misma causa: la pérdida de 5 millones de toneladas (U$S 2.800 millones) en la cosecha de granos de la Argentina en 2016, provocada por las inundaciones de abril y mayo, sobre todo en la Mesopotamia (Santa Fe en primer lugar).

La Argentina es la primera productora y exportadora de harina de soja del mundo (34,6% del total mundial); y la harina de soja es el principal complemento proteínico para la alimentación animal; el año pasado se faenaron 600 millones de cabezas de ganado porcino en China.

El aumento del precio de la soja (435 dólares por tonelada) implica un alza de 8.000 millones de dólares en las exportaciones argentinas de este año.

También revela que China experimenta una gigantesca transición dietaria (vuelco masivo de la población al consumo de proteínas cárnicas); y la Argentina es su principal proveedora de este complemento básico de la alimentación animal.

El consumo chino y la oferta argentina son el canal mayor de la producción agroalimentaria mundial en 10/20 años. Por eso los contratos de futuro de harina de soja en Dalian se triplicaron en mayo.

La producción agroalimentaria argentina-una de las tres más relevantes del mundo- ha reaparecido en el mercado mundial en los últimos 6 meses, tras la eliminación de las retenciones, el levantamiento de las restricciones administrativas a las exportaciones y el aliento a la producción provocada por una devaluación de 35%.

El resultado ha sido un auge de la producción de 30% respecto a 2015, y una ampliación de entre un 20% y un 40% en la superficie sembrada, con una inversión que se proyecta en U$S 60.000 millones durante el 2016.

El campo arrastra la producción del resto de las industrias vinculadas a ella (como la maquinaria agrícola, el cluster de agroquímicos y el transporte, entre muchos otros rubros), incluso la industria automotriz, que ha crecido 25% en el segundo trimestre del año, gracias a la demanda agroalimentaria.

De este modo, la industria automotriz ha salido de la situación de crisis de los últimos 3 años provocada por la caída de la demanda del estratégico mercado brasileño, destino de 80% de las exportaciones de las terminales automotrices locales.

Fuente: Diario Clarín

 

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