La Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo (ENVI) aprobó el 24 de octubre la propuesta del nuevo reglamento de envases y residuos de envases, que fija requisitos para todo el ciclo de vida de los envases, desde las materias primas hasta su eliminación final. El objetivo de la nueva normativa es facilitar la reutilización y el reciclaje de los envases, reducir los envases y residuos innecesarios y fomentar el uso de materiales reciclados.
Entre las medidas recogidas en la propuesta está la prohibición de la venta de bolsas de plástico muy ligeras (menos de 15 micras), a menos que sea necesario por razones de higiene o se utilicen como envase primario para alimentos a granel, para evitar el desperdicio de alimentos.
Además de los objetivos generales de reducción de envases propuestos en el reglamento, los eurodiputados quieren fijar objetivos específicos de reducción de residuos para los envases de plástico (10% para 2030, 15% para 2035 y 20% para 2040). Además, la parte de plástico de los envases tendría que contener porcentajes mínimos de contenido reciclado en función del tipo de envase, con objetivos específicos fijados para 2030 y 2040.
Por otra parte, para finales de 2025, la Comisión Europea debería evaluar la posibilidad de proponer objetivos y criterios de sostenibilidad para el plástico de origen biológico, un recurso clave para «desfosilizar» la economía del plástico.
LA CADENA ALIMENTARIA DE ESPAÑA, PREOCUPADA POR LA PROPUESTA
Asociaciones de la cadena agroalimentaria y la hostelería de España han emitido una nota de prensa en la que muestran su preocupación por el cambio radical que propone el proyecto de Reglamento en los modelos de gestión de los residuos de envases sin una justificación que demuestre que es la opción más beneficiosa desde el punto de vista medioambiental, social, técnico y económico.
Las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA, y las asociaciones empresariales AECOC, ACES, ANGED, ASEDAS, Cooperativas Agro-alimentarias de España, FIAB, HOSTELERÍA DE ESPAÑA, PROMARCA y Marcas de Restauración consideran que el objetivo del Reglamento debería ser conseguir la circularidad, teniendo en cuenta siempre la opción más adecuada de envases para cada caso, y no establecer restricciones u obligaciones inasumibles.
Este Reglamento también debería garantizar la armonización, la integridad y el correcto funcionamiento del mercado único, evitando inseguridad jurídica para las empresas, y contemplando plazos y periodos de transición razonables que permitan a las empresas tiempo suficiente para adaptarse a los nuevos requisitos y evitar distorsiones de mercado por la falta de neutralidad en cuanto a materiales de envasado o tecnologías.
La reutilización, indican desde las organizaciones, debería implantarse en aquellas situaciones en que se demuestre que es la opción más beneficiosa desde el punto de vista medioambiental, social, técnico y económico, basándose en un análisis objetivo y científico de toda la cadena de valor, y nunca de manera obligatoria sin tener en cuenta el altísimo coste económico que podrían suponer.
Las restricciones de envasado, indican en su nota, no pueden ser desproporcionadas e injustificadas. Antes de establecer prohibiciones hay que analizar caso a caso, teniendo en cuenta la existencia de alternativas, las características regionales, logísticas, de seguridad alimentaria u otros aspectos. Además, será necesario tener en cuenta la función de los envases no solo para su protección, sino para facilitar su consumo y compra, para la diferenciación y valorización, y para prevenir el desperdicio alimentario. En todo caso, no se deberá discriminar a unas categorías de alimentos sobre otras.