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Nutrición del pollo durante la primera y última semana de vida

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Por Antonio Mario Penz Junior, Cargill Animal Nutrition
XIII  Seminario Internacional de Patología y Producción Aviar. AMEVEA- Universidad de Georgia, Athens GA
Publicado gracias a la gentiliza de AMEVEA
La nutrición y el consumo de alimento son algunos de los desafíos a los que se enfrentan los nutricionistas, ya que el período de vida de los animales en producción ha disminuido significativamente.

Con respecto a las dos fases en consideración en esta presentación, si son las que implican el desafío más importante de la producción de pollo de engorde y pueden corresponder en un total de 30 a 40% de la vida total de los animales. 

-Primera semana

La calidad de la dieta la primera semana es fundamental

-Última semana

Nutrición en la primera semana

Consumo de alimento y agua

Este es el primer gran desafío en esta semana de vida de los pollitos. Aquí las preocupaciones básicas están relacionadas con consumo de alimento, su estructura física y el consumo de agua. Estos tres aspectos juegan un punto importante en el inicio de la vida de los pollitos. Ellos necesitan agua para consumir alimentos (producen poca saliva) y por esto es que se dice que los “pollos comen, porque beben”.

 La relación consumo agua vs alimento debe tener una relación 2:1 desde el primer día de vida.

Deben  tener partículas groseras a su disposición, pues dependen de la estructura para verlas bien y que ellas estimulen los mecanoreceptores del pico, para estimular el consumo. Los pollitos, desde la primera semana de vida, prefieren comer partículas gruesas, cuando se les ofrece esta posibilidad (Bueno, 2006).

-Krabbe (2000) mostró que el aumento de las partículas de la dieta de pre iniciación promovió un aumento de la energía metabolizable de la dieta así como aumentó la retención de nitrógeno y de materia seca.

Este consumo inmediato y en cantidad correcta, permite el desarrollo y secreción de las enzimas digestivas, que son sustrato dependientes (Nitsan, 1995). También permite una más rápida absorción del saco vitelino, que favorece el desarrollo del proceso inmune de las aves.

-Dibner et al. (1988) demostraron que pollitos que se quedaron sin alimento por 72 horas, tuvieron una significativa reducción de desarrollo de la bolsa de Fabricio.

La falta de consumo de alimento también compromete la síntesis de glicógeno, indispensable para la actividad cerebral de los pollitos y su crecimiento. La cantidad de glicógeno proveniente de la vida embrionaria, no le permite tener niveles normales de este metabolito por más de un día. Después de este período, la apatía del pollito es significativa (Best, 1966).

Halevy et al (2000) mostraron que el ayuno de los pollitos en los dos primeros días de vida compromete el desarrollo de las células satélite, responsables por el futuro desarrollo de las células musculares.

Por lo tanto, pollos que no consumen alimento en los dos primeros días tendrán porcentaje de pechuga menor que los que comen en este período. Moore et al (2005) también hicieron referencia de la importancia de la leucina en la dieta inicial, pues su metabolito, β hidroxi β metil butirato, promovió un aumento de peso y también un aumento de células satélite y un aumento consecuente de peso de músculo de pechuga.  

Vieira y Moran (1999) ya habían demostrado que 24 horas de retraso en el alojamiento de los pollitos disminuye la ganancia de peso y aumenta la mortalidad.

 

 

Calidad de los ingredientes

Los pollitos dependen de muchos factores ambientales para empezar a adaptarse a su nueva condición y si no reciben dietas con ingredientes de alta digestibilidad, aparecen las alteraciones de uniformidad en los lotes. De nada sirve tener una fórmula teóricamente bien elaborada si el alimento que le llega a los pollitos no tiene nada que ver con la teoría.

Conocer la calidad de los ingredientes es el primer paso para que se tenga una dieta eficiente para la primera semana

 

Con respecto a MAÍZ, cada vez se está dando más crédito a que debe ser lo más limpio posible (los procesos de pre limpieza son inevitables) y que sea seleccionado por densidad, empleando mesas densimétricas. Estos procedimientos mejoran la uniformidad del ingrediente y disminuyen significativamente la presencia de micotoxinas.

Silva et al. (2008) mostraron que maíces más densos tienen más energía que los menos densos, tanto para animales más jóvenes como para los más viejos. Además, demostraron que los más densos tienen menos presencia de micotoxinas (aflatoxinas, fumonisinas, etc).

 

La misma preocupación debe ser tenida en cuenta con la HARINA DE SOJA, cuando es de mala calidad, el principal síntoma en la primera semana es la presencia de cloaca sucia. Se reduce la digestibilidad de los ingredientes, lo que proporciona un aumento de la velocidad de pasaje por el tracto digestivo, causado por aumento del peristaltismo. Esto también favorece el recambio de las células intestinales y altera la composición microbiana del tracto digestivo.Cuanto más elevado el nivel de proteína cruda, menor es el nivel de fibra cruda y mejor es el desempeño de los pollos en los primeros días de vida (Gerber et al, 2006).

 Los maíces más densos tienen más energía y menos micotoxinas

Referente a la GRASA, no solo la calidad es importante, por todo lo que puede causar en el intestino, también es muy crucial el tipo de grasa empleada en la dieta pre-inicial. Los ácidos grasos saturados promueven menos la activación de la colipasa y la formación de micelas, importantes en este período de vida de los pollitos, cuando la actividad de la lipasa normalmente es más baja que en períodos posteriores.

Wiseman y Salvador (1991) ya demostraron que pollitos jóvenes digieren grasas saturadas con menos eficiencia que pollitos más viejos

Maiorka et al (1997) demostraron que los pollitos en la primera semana no digieren la grasa añadida a la dieta, se observó que no tenían respuesta en la  ganancia de peso y conversión alimenticia al aumentarse la grasa (energía) de la dieta.

 

El AGUA puede ser considerada como ingrediente o nutriente. Todos los cuidados con la cantidad, la calidad y la temperatura del agua son fundamentales para el buen desempeño de los pollitos en la primera y demás semanas de vida de las aves.

Viola, Penz y Ribeiro, (2005) demostraron que su aumento de consumo promueve, de forma lineal, el consumo de alimento que, a su vez, promueve la ganancia de peso. Además identificaron que la falta de agua comprometió el desarrollo de las vellosidades duodenales.

 

 

Proteína y aminoácidos

Este componente nutricional es fundamental en esta fase de vida de los pollitos. Numerosos ensayos han demostrado mejores ganancias para los pollos que recibieron dietas con proteínas de alta digestibilidad.

Wijtten et al. (2012), comparando dietas conteniendo proteínas de alta digestibilidad (harina de pescado, proteína de patata y gluten de maíz) con dietas a base de harina de soya, observaron mejores ganancias para los pollos que recibieran la dieta de alta digestibilidad.

También en 2010, Wijtten et al., trabajando con una dieta conteniendo un valor normal de proteína y otra con 30% más de proteína que la primera, identificaron un mayor desarrollo del duodeno en la primera semana de vida de los pollitos.

Everaert et al. (2010) pudieron observar que dietas con más proteína favorecen la absorción del saco vitelino en la primera semana de vida de los pollitos. Esta mejor absorción pudo ser reconocida por un mejor desarrollo del sistema inmune de las aves, que en los tejidos digestivos, representa aproximadamente 70% de la estructura inmune.

Fernandes et al. (2009) ya habían demostrado que el aumento de lisina de las dietas proporcionaba un aumento en los pesos de la pechuga y del filete de pechuga; además de un aumento en el grosor del filete de pechuga, en pollos con 7 días.

El aumento de lisina de las dietas proporcionaba un aumento en los pesos de la pechuga y del filete de pechuga

Tesseraud et al (2011) identificaron que la metionina tiene una especial función en la primera semana de vida de los pollos pues como función directa, estimula la actividad génica de las aves. También en la forma de sus metabolitos, glutamina y cisteína, funciona como inhibidor de los procesos oxidativos celulares.

 

 Minerales

Con respecto a los niveles de calcio y fósforo disponible de la dieta de la primera semana, además de respetar los niveles mínimos de cada uno de los minerales, la relación entre ellos es muy importante.

En una investigación desarrollada en la Granja Experimental de Provimi – Holanda (2011) fue demostrado que la relación ideal está cerca de 2:1 en los períodos de 1 a 3 días y 1 a 17 días de edad. El mismo trabajo demostró que en la primera semana, si el nivel de calcio se ve  aumentado, por encima del 1%, así sea manteniendo la relación de 2:1 con el fósforo disponible, los resultados de ganancia de peso disminuyen.

El sodio es un mineral importante en esta fase de producción. Stevens et al (1984) demostraron que la absorción de glucosa y metionina después de la eclosión puede estar relacionada con una deficiencia de sodio.

Evidencias prácticas confirman la observación de Stevens et al (1984) pues deficiencias marginales de sodio en esta edad vienen acompañadas por pérdida de peso, aumento de conversión alimenticia y desuniformidad de los lotes. Muchas veces, por preocupación con el tema de camas húmedas, el nivel de sodio es disminuido, pudiendo mejorar la cama pero, eventualmente, comprometiendo el desarrollo de los pollos.

Maiorka et al (1998) y Vieira et al (2003) demostraron la importancia de la suplementación de sodio en dietas de pre iniciación y como se comportaron las¡ humedades de las excretas y de las canales de los pollos.

 Deficiencias marginales de sodio en la primera semana vienen acompañadas por pérdida de peso, aumento del índice de conversión y desuniformidad de los lotes.

 

Los datos muestran que en esta fase específica, aumentar el valor de sodio en la dieta mejora el desempeño de los pollos sin comprometer las humedades de las excretas y de las canales.

También fue posible identificar la importancia de la relación de cloruro de sodio y bicarbonato de sodio en la primera semana de vida. La mejor relación entre estas dos fuentes de sodio, fue de 63% de cloruro de sodio, para una dieta que tenía como sodio total 0,21% (Provimi Brasil, 2009).

 

Nutrición de la última semana

Esta fase comprende un gran desafío para los nutricionistas. Antes de formular la dieta para la última semana es importante definir una seria de características. Las más importantes son la edad de sacrificio de las aves (28, 35, 42 o 49 días); si las aves son producidas separadas por sexo o de forma mixta y si reciben alimentación diferenciada; las maneras de alimentar los pollos en esta fase, que pueden ser de forma “ad libitum”, hasta restricciones alimentarias hechas por régimen de luz, disponibilidad de alimento por cantidad definida por día o por retirada de alimento de forma más o menos intensa. Y por útlimo,  para que propósito los pollos están siendo producidos -para venta como vivo o como producto para ser empleado en procesos de transformación de las canales-.

Los tejidos de los pollos tienen distintos crecimientos alométricos, donde la pechuga tiene un valor más grande (1.26) que los muslos (1.06) y esta diferencia permanece por las fases más tardías de desarrollo (Govaerts et al., 2000 y Schmidt et al.., 2009). Con esto, seguramente la demanda de aminoácidos debe ser distinta y de acuerdo con el propósito final de producción.

Cuando la edad de sacrificio cambia, la composición de las fórmulas no pueden ser las mismas pues los períodos fisiológicos y de desarrollo varían en períodos muy cortos.

Así, empresas que tienen fechas de sacrificio muy distintas deben tener programas nutricionales adaptados a estas condiciones. En general, las dietas, con el tiempo aumentan de energía, disminuyen en los nutrientes y mantienen o aumentan las relaciones de amino ácidos digestibles con la lisina digestible.

Se hay producción de pollos sexados, es fundamental considerar dietas distintas para todas las fases, especialmente después de los 21 días de edad. Formulaciones para sexos separados tienen diferencias de precios entre machos y hembras que pueden alcanzar valores ponderados de pelo mínimo 3%.

Aquí también se incluye la decisión del producto final. En formulación de venta de pollos vivos los requerimientos son distintos de los requeridos por pollos que serán despresados. En estos casos también las diferencias de costo de formulación son significativas.

Pero lo más complejo para esta fase son las restricciones alimentarias. Los pollos como los demás animales consumen cantidades de nutrientes crecientes, a cada día. Cuando hay restricciones, o la densidad de los nutrientes debe ser aumentada para compensar las reducciones de consumo o los pollos tendrán acceso a menos nutrientes a cada día, o que reduce su velocidad de crecimiento. Normalmente, la segunda situación es la más común, pues la idea es reducir velocidad de consumo, por alguna razón metabólica y que conlleva a un aumento de mortalidad.

Lo que es importante recordar es que cuando el alimento es restringido, no solos los nutrientes son administrados en cantidades marginales, también los animales tienen una suplementación marginal de todos los aditivos, como anticoccidiostáticos, atrapantes, entre

Energía

Considerando el costo de la energía, más estudios se han hechos para identificar sus efectos en el desempeño de machos y hembras en fases finales de producción, donde los consumos de alimentos son muy representativos.

Dozier III et al.. (2011), trabajando con machos y hembras Ross x Ross 708, en el período de 36 a 47 días, empleando una amplitud de EMAn de 3140 a 3240 kcal/kg, desarrollaron dos experimentos. En el experimento 1, independiente de sexo, el incremento de energía tuvo un efecto cuadrático para ganancia de peso y consumo de energía y un efecto linear para consumo de alimento, conversión alimentaria y conversión calórica.

Los machos siempre responderán mejor que las hembras a los aumentos de energía metabolizable. Esto se explica porque en esta edad las diferencias de ganancia diaria entre los dos sexos son significativas, donde los machos necesitaran más energía para seguir con sus ganancias más elevadas que las hembras.

 

 Proteínas y aminoácidos

Rostagno et al. (2007), presentaron trabajo de su grupo de investigación (Paéz, 2007) en que trabajaron con modelos de crecimiento y dieran especial atención a los requerimientos de lisina digestible de las dietas.

La reducción de lisina promovió el aumento de deposición de grasa abdominal. Sin embargo, los autores no identificaron que la reducción de proteína de la dieta tenga comprometido el desempeño y el rendimiento de pechuga de los pollos, pero posibilitó un aumento de la grasa abdominal.

Corzo et al. (2006), trabajando con machos y hembras Hubbard Ultra Yield, de 42 a 56 días de edad, evaluaran los requerimientos de lisina total, empleando un rango de este aminoácidos de 0.68 to 1.10%. Las hembras no presentaran ninguna respuesta a los diferentes niveles de lisina, para todos los parámetros medidos. Sin embargo, los machos tuvieron una respuesta linear a la suplementación para conversión alimentaria, así como para pesos.

En este trabajo los autores, como en el trabajo de Corzo et al (2006) también identificaron una diferencia entre sexos, para exigencia de lisina digestible.

Dozier et al (2010), también fueron capaces de identificar diferencias entre líneas genéticas de alto desempeño.

En 1999, Kidd y colaboradores, todavía trabajando con exigencias totales de aminoácidos, definieron la importancia de la treonina en la ganancia de peso, la conversión alimentaria y el rendimiento de pechuga de machos Ross x Hubbard en el período de 42 a 56 días de edad. La respuesta fue cuadrática para estos tres parámetros y al final, la recomendación fue de 0.67%, de treonina total.

 

Minerales

Dandu y Angel (2003) demostraron la importancia de avaluar las exigencias de fósforo (P), especialmente en las fases finales de producción de pollos, considerando que ellas representan de 45 a 65% del total consumo de los animales.

Rousseau et al (2012) también consiguieron demonstrar, trabajando con pollos Ross PM3, con edad entre 21 y 38 días, que es posible formular dietas con nivel más bajo de fósforo no fitico do que los comúnmente empleados. Pero, los autores reforzaron que es necesario compatibilizar el nivel de fosforo non fitico con el de calcio y con la fitasa, si ésta está siendo adicionada a la dieta. Los principales efectos fueran observados en las características óseas de los animales y no en sus rendimientos.

 

Restricción alimentaria

La restricción alimentaria en las últimas fases de producción de pollos requiere una evaluación caso a caso, desde cuando inicia la restricción, la forma como es aplicada y la intensidad de la misma.

Fundamentalmente, las dos principales razones para que  se aplique la restricción alimentaria es para disminuir problemas metabólicos de final de producción (ascitis, muerte súbita, problemas de piernas. etc), que resultan en una mayor mortalidad, o para buscar una mejor conversión alimentaria.

El riesgo de la restricción alimentaria va asociado a su mal manejo, apareciendo una reducción de la ganancia de peso y un pero índice de conversión, comprometiendo la uniformidad del lote

 

 

Conclusiones

La nutrición de la primera semana así como de la última semana de vida de los pollos son muy importantes para la producción de un lote. Primero porque sumando los dos períodos, pueden representar hasta 40% del período total de crianza. Sin embargo, cada fase tiene sus características importantes.

En la primera semana el pollo es preparado para su máximo desarrollo futuro. Cualquier restricción de ganancia en esta fase, comprometerá el rendimiento final de los animales. Esto ocurre porque es en esta fase cuando se desarrollan  la estructura de digestión y absorción, permitiendo un mejor aprovechamiento de los nutrientes en las fases siguientes. Esta fase es importante para la uniformidad final del lote.

Cuando pensamos en la última fase, esta es muy compleja pues antes de establecer cualquier programa nutricional es fundamental que se defina la edad de sacrificio de los pollos, si son criados separados por sexo o no; o si se realizan restricciones alimentarias en este período. Debemos considerar todas estas variables en el momento de la formulación de la ración para la última semana de vida.

 

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