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Programa Layer Longevity, ¿cómo conseguir que de forma recurrente tus lotes alcancen las máximas producciones?

Escrito por: Jon de los Mozos
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Los lotes de gallinas se enfrentan a innumerables desafíos (manejos, salud, estrés, …) que les alejan de su potencial genético y les impiden mantener producciones altas y buena calidad de cáscara a edades avanzadas.

Aunque la alimentación no puede ser la única solución, sí puede influir de forma positiva. Tener animales con un alto nivel de producción más allá de las 100 semanas de vida en un ciclo productivo, supone repensar de alguna manera, todo el programa de alimentación (Gráfico 1).

Tal vez, en muchos casos, no para hacer grandes cambios, pero sí para enfrentarse a los desafíos de la producción actual y pensar qué puntos son críticos y pueden ser mejorados a nivel nutricional.

El programa Layer Longevity aborda los retos de la producción de manera holística.

La cría y recría siguen siendo un punto clave y fundamental. La alimentación temprana con PullyCare ha mostrado impacto, no sólo Gráfico 3. Resultado de lotes hermanos de 20.000 pollitas en la mejora de los pesos y su uniformidad, cada uno, recriados con PullyCare o con una dieta control (en sino también en el desarrollo de órganos misma nave de recría separada en dos) y alojados en dos naves fundamentales y mortalidad (Gráfico 2).

A nivel práctico, el uso de PullyCare, junto con un adecuado seguimiento durante toda la recría ha demostrado un inicio de la producción más rápido y homogéneo, con menos huevos de pequeño calibre al principio y una mejor producción durante toda la fase de producción (Gráfico 3).

Esa mejora consumiendo Pullycare durante la cría, se tradujo en 3.9 huevos más y un consumo de 2 kg menos de pienso por gallina alojada, con un resultado económico de más de 1,3€ por gallina alojada.

Utilizar estrategias nutricionales como el uso de minerales Intellibond en vez de los clásicos inorgánicos (óxidos o sulfatos), permiten mejorar crecimientos y desarrollos durante la recría.

Estos Intellibond, tienen una estructura única que les confiere propiedades positivas relacionadas con su solubilidad, biodisponobilidad y reactividad, mejorando la disponibilidad de los minerales en su lugar de absorción, reduciendo interferencias en la utilización  de otros nutrientes y mejorando la conservación de vitaminas, por ejemplo.

En el Gráfico 4, se muestra el efecto positivo de Intellibond en datos productivos durante la recría.

Intellibond ha mostrado (Tabla 1), aumentos de consumo en la fase de transición o inicio de puesta, cuando el consumo a nivel de campo suele verse comprometido.

Es importante en esta fase, de entre las 16 y 24 semanas, que el consumo sea siempre creciente para que se puedan satisfacer las necesidades del animal para tres hitos importantes:

  • Finalización del desarrollo del hueso medular,
  • Continuación del crecimiento corporal,
  • Inicio de la producción de huevos.

Durante la fase de recría se prepara a los animales a través de los programas vacunales para ser inmunocompetentes frente a varias enfermedades, pero a medida que los lotes van envejeciendo, la respuesta de su sistema inmune va cambiando.

Así, Bain et al. (2016) observó que la producción de IFN-γ y el número de monocitos, halterófilos y células T CD4+ en sangre, fue menor a las 60 semanas en comparación con la actividad en gallinas más jóvenes.

De la misma manera, Kowalczyk et al. (2020) también encontraron un menor número de células T al final de la puesta en comparación con el pico de puesta.

  • Por lo tanto, una fase reproductiva intensiva y prolongada desafía la inmunocompetencia (Vezina, 2003).

Para modular de forma positiva la acción de las vacunas, prolongar eficazmente su efecto y mitigar las consecuencias negativas de los procesos inflamatorios derivados de la estimulación de la inmunidad activa por agentes externos, Fytera Care puede ser un aliado estratégico.

Fytera Care es un fitocomplejo capaz de modular la respuesta inmune de forma positiva (Gráfico 5) y reducir inflamación (Gráfico 6).

Es necesaria dotar de los mejores recursos a los animales para que sean inmunocompetentes, no solo frente a patologías, sino para influir de forma positiva ante situaciones de producción que suponen agresiones que activan el sistema inmune, como pueden ser altas densidades (Hofmann T., et al 2021), u otros factores como temperaturas inadecuadas, calidad del agua, iluminación (Wlaźlak S., et al 2023).

Durante la puesta los retos son muchos y la producción de masa de huevo se mantiene a niveles altos hasta edades que en el pasado eran excepcionales.

  • Esto marca las necesidades nutricionales y los cambios de pienso. Sin embargo, hay cambios genéticos que también alteran las necesidades al inicio de puesta.

La evolución del consumo, como antes se ha comentado, muchas veces no se ven acompañadas con el fuerte aumento de producción.

  • Este hecho puede ocasionar déficit de nutrientes que se traducen en caídas de producción o picos de producción bajos.

Definir un consumo realista en esta fase puede ser importante para la producción posterior

Además, la cantidad de grasa necesaria para que se formen y crezcan los folículos a veces no es suficientes en piensos de arranque de puesta, y el hígado necesita hacer una labor extra para transformar carbohidratos en grasa que muchas veces no es capaz de hacer.

La formación de folículos es primordial para la producción. A nivel de aminoácidos, las recomendaciones de las estirpes tienden a sugerir reducciones paulatinas de PB y aminoácidos a medida que pasamos a piensos de fase 1 a fase 2 y fase 3 de puesta.

  • Sin embargo, si tenemos en cuenta el consumo y potencial de masa de huevo producida esta bajada lineal no siempre está justificada (Da Nóbrega IPT, et al., 2022).

Aunque la alimentación por fases sigue siendo la mejor forma de adecuar el consumo de nutrientes con las necesidades del animal, es necesario hacer una mejor adaptación de las fases de pienso de acuerdo con el consumo, la producción, peso de huevo y objetivo de alcanzar lotes más productivos a mayor edad, cumpliendo mejor la máxima de “nutrición de precisión”.

Es importante recalcar que la pérdida de calidad de cáscara con la edad es un proceso natural no reversible, que se produce en mayor o menor intensidad (Gráfico 8).

Controlar el tamaño de huevo para mejorar la calidad de la cáscara en gallinas de más de 60 semanas de vida es una buena estrategia nutricional para la longevidad.

Reza Akbari Moghaddam Kakhki, et al. (2023) observaron que, en gallinas de entre 62 y 74 semanas, niveles de consumo de 652 mg de lisina digestible por gallina y día, mantenía el nivel de producción mejorando la calidad de la cascara comparado con gallinas alimentadas con niveles de 703 mg de lisina digestible por gallina y día (Gráfico 9).

En una siguiente prueba, los mismos autores (Akbari Moghaddam Kakhki, et al., 2024) volvieron a demostrar que, en gallinas entre 82 y 92 semanas de vida, aplicar un control de tamaño de huevo a través de variar aminoácidos, permitía maximizar la producción reduciendo la cantidad de huevos desclasificados o no aptos para venta como huevo de mesa.

Otra manera de mejorar la calidad de la cáscara, en todas las edades, pero en especial cuando los animales tienen más edad y la digestión de estos minerales (Zn, Cu y Mn) no es tan eficiente, pero esencial para la formación de las membranas mamilares, consiste en usar minerales más biodisponibles como los Intellibond, que reducen la incidencia de huevos de baja calidad (Qiuyu Jiang, et al. 2021).

  • Dada la importancia del hígado, durante toda la vida de los animales hay que pensar en mantener este órgano lo más saludable posible.

Con medidas nutricionales como:

  • Administrar parte de la energía a través de fuentes más disponibles que la propia de los cereales.
  • No promover el engrasamiento con dietas que provoquen un consumo energético muy alto.
  • Evitar que exista un desequilibrio duradero entre consumo de energía y proteína/aminoácidos, que origine la formación de hígado graso.
  • Revisar los niveles de vitaminas del grupo B, antioxidantes como vitamina E y/o Selenio, además de betaína y/o colina.

Navarro et al. (2019) testaron, bajo una alimentación normal y otra diseñada para generar un problema de hígado graso, el efecto de dos productos, en pienso o en agua.

En el Gráfico 11 se observa:

  • A la derecha: el efecto perjudicial del hígado graso en la producción, con pérdidas significativas de índice de conversión y peso de huevo.
  • A la izquierda: cómo la aplicación del FLS mix reduce la concentración de grasa provocada por este síndrome de hígado graso.

Cuando los animales llegan a una cierta edad es inevistable pensar en usar suplementos nutricionales para ayudar a mantener la calidad de la cáscara y evitar su deterioro más rápido (Gráfico 10).

Hacer una correcta elección de este tipo de productor, es la diferencia entre realizar un gasto o una inversión.

El programa Layer Longevity es una aproximación integral a la producción y alimentación de las gallinas actuales.

Su objetivo es obtener el potencial genético de los animales, para conseguir de forma recurrente lotes longevos con alta producción y de forma sostenible, tanto económica como medioambientalmente.

Los pilares sobre los que se basa este sistema de alimentación son:

  • La potenciación de la cría y recría con alimentación mineral especializada.
  • El fomento de la inmunomodulación, para obtener animales robustos que puedan mantenerse inmunocompetentes durante más tiempo.
  • Una alimentación de la puesta que acompañe los retos de la producción, con un adecuado ajuste de los nutrientes fundamentales en cada fase de producción.
  • El conocimiento de herramientas para mitigar o prevenir problemas relacionados con la producción y con los lotes de edad avanzada.

 

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