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Obesidad en pollos de engorde modernos y pechuga de madera. ¿Cuál es la relación?

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La obesidad en los pollos de engorde modernos es una condición crítica que merece mayor atención y estudios de investigación..

En Estados Unidos, la carne de pollo es ampliamente preferida por los consumidores y es la principal proteína consumida.

En 2021, el Consejo Nacional de Productores de Pollo (National Chicken Council) estimó que el consumo medio per cápita alcanzará aproximadamente 44,5 Kg, uno de los más altos del mundo.

Una parte importante de este consumo consiste en carne de pechuga de pollo deshuesada. Debido a esta demanda, los genetistas han seleccionado linajes de pollos de engorde con crecimiento rápido y un mayor rendimiento de la pechuga, entre otros rasgos genéticos relacionados también con rendimientos de producción, estado de salud y bienestar animal.

Foto 1. Estriaciones blancas (grado 2) en músculo pectoral de pavo. Foto: S. Russell

De acuerdo a reportes desde 1957 hasta 2005, el peso de los pollos de engorde se ha cuadruplicado y el rendimiento de la carne de pechuga (músculo pectoral mayor) ha aumentado aproximadamente en un 80%.

En la actualidad, el peso vivo medio de los pollos de engorde en EE.UU. es de aproximadamente 2,8 kg, pero casi el 60% del mercado estadounidense que ha duplicado su tamaño en los últimos 20 años, está formado por pollos de engorde de entre 2,7 y 4,5+ kg (en función del número de aves producidas

 

Aunque hay cierta demanda de aves más pequeñas y de crecimiento más lento, es probable que el segmento de aves grandes siga siendo una proporción muy importante de los pollos de engorde producidos en el futuro.

La carne de pechuga deshuesada es una opción cárnica muy popular en Estados Unidos y en varios países de Europa Occidental porque es un producto versátil, de alta calidad, y magro y, por lo tanto, se le considera un producto de primera calidad.

Para satisfacer la demanda, los procesadores de pollos han adoptado el uso de líneas genéticas de pollo de alto rendimiento para satisfacer las necesidades del mercado de carne deshuesada. Desgraciadamente, esta tendencia ha coincidido con un aumento en la incidencia de miopatías como la pechuga de madera y estriaciones blancas (del Inglés, woody breast o WB y white stripping o WS).

Aumento de la incidencia de la pechuga de madera y las estriaciones blancas

Se han asociado varios factores con el aumento de la incidencia de la pechuga de madera y las estriaciones blancas, entre ellos:

Fotografía cortesía de Desiré Borrallo

Estas miopatías pueden afectar a la calidad y a la aceptabilidad de los productos cárnicos de pollo por parte del consumidor.

Las miopatías en los pollos de engorde – tales como WB., WS., la carne de espagueti y la miopatía del musculo pectoral profundo (músculo verde)- son motivo de preocupación por su impacto económico creciente debido a sus efectos en la calidad de la carne, la degradación del producto, y posibles problemas en el bienestar de las aves

Afortunadamente, según la Asociación Americana de Patólogos Aviares (AAAP), estas miopatías de la pechuga no están asociadas a agentes infecciosos o patógenos, ni amenazan la inocuidad alimentaria.

¿Relación entre obesidad y Pechuga de Madera (WB)?

El pollo de engorde doméstico ha sido un modelo básico en la investigación animal, ya que constituye una gran fuente de proteína de alta calidad para el ser humano. Durante los últimos 60 años, las estrategias de selección genética han desarrollado un ave a través de mejoras graduales en el rendimiento y el desempeño en vivo que alcanza el peso corporal para ser procesado en tan solo cinco semanas.

Hoy en día, un pollito recién salido del cascarón aumenta su peso corporal un 25 % después de una noche en la granja y un 5.400 % a las 5 semanas, hasta alcanzar aproximadamente 2.273 gramos. Desgraciadamente, con este asombroso progreso genético también han aumentado algunas condiciones desfavorables, como la deposición excesiva de grasa (obesidad) y la susceptibilidad a trastornos de los sistemas esquelético, metabólico y reproductivo

Estudios recientes han identificado 1.500 genes asociados a trastornos fisiológicos en los pollos de engorde modernos que padecen pechuga de madera (WB). Varios investigadores han demostrado que la pechuga de madera se asocia con un aumento significativo del dióxido de carbono (CO2) y una disminución del oxígeno (O2).

En estas condiciones de hipoxia, se produce un aumento de la síntesis de ácidos grasos que conduce a la acumulación de estos y fosfolípidos, que son responsables del aumento en el porcentaje de grasa registrado en casos de WB., de la consistencia dura (fibrótica) y del color pálido del músculo pectoral (Figura 1B) en comparación con el músculo pectoral normal (Figura 1A).

Además, como ya se ha mencionado, un reto crítico en la producción actual de pollos de carne es la susceptibilidad para depositar un cantidad excesiva de grasa que puede resultar en una obesidad severa.

Histológicamente, la pechuga de madera se asocia con lesiones de una miopatía que incluyen inflamación, degeneración de miofibras, hialinización, aumento del tejido conectivo (tejido fibrótico) y una abundante infiltración de tejido adiposo (Figuras 3 B-D) en comparación con los pollos no afectados (Figura 3A).

Cambiando la fisiología

El metabolismo de los lípidos y la adipogénesis en los animales de abasto difieren entre especies.
  • La variación en la composición de ácidos grasos entre las especies aviares puede atribuirse a la edad, la dieta y las condiciones fisiológicas.
  • A diferencia de los mamíferos, la acumulación y el almacenamiento de lípidos en las especies aviares se produce principalmente mediante la adición de lípidos a las vacuolas de los adipocitos, sin que aumente el número de células.
  • Por desgracia, el extraordinario desarrollo muscular de los pollos de engorde modernos va acompañado de un aumento del tejido adiposo, predominantemente grasa adherida al mesenterio y a lo largo del intestino.
  • El genotipo, el sexo, la edad, la temperatura ambiental y la nutrición de los pollos de engorde modernos son algunos de los principales factores involucrados en la deposición de grasa

Las células del tejido adiposo parecen ser muy dinámicas, ya que estas células secretan o expresan muchas proteínas endocrinas.

Tejido adiposo y sistema inmunitario

En los mamíferos, el tejido adiposo está muy vinculado al sistema inmunitario, hasta el punto de que algunos investigadores han postulado que los adipocitos y el tejido adiposo deberían considerarse parte del sistema inmunitario. Tanto las respuestas innatas como las adquiridas requieren una enorme cantidad de energía para cubrir la proliferación y diferenciación de las células inmunitarias y la producción de anticuerpos y citoquinas. Por lo tanto, el estrés y la inflamación tienen graves repercusiones en los animales de alta producción como los pollos de engorde

En los mamíferos, existen dos tipos de macrófagos, M1 y M2.

En un animal delgado, el tejido adiposo tiene pocos macrófagos M1. Sin embargo, a medida que aumenta el número de adipocitos, también aumenta el número de células M1, que secretan más citoquinas pro-inflamatorias, creando así una inflamación crónica.

La obesidad, por tanto, se considera una enfermedad autoinmune, y todas las enfermedades patológicas asociadas a la obesidad, como el síndrome metabólico, la diabetes, la artritis, las miopatías y la osteomalacia, se deben al estado de inflamación crónica de los individuos obesos. El aumento del tejido adiposo también reduce el oxígeno que llega al músculo.

Especies reactivas de oxígeno (ROS)

El exceso de especies reactivas de oxígeno (ROS), que se produce durante la inflamación crónica, es responsable de la peroxidación de lípidos en los componentes de las membranas celulares y las mitocondrias, comprometiendo así la homeostasis celular

Esta condición afecta a todas las células, órganos y tejidos y es responsable de todas las patologías asociadas a la obesidad. Aunque todavía no se han identificado a los macrófagos M1 y M2 en las especies aviares, el grado extremo de tejido adiposo de en los pollos de engorde modernos limita el espacio para los vasos capilares en los tejidos conectivos, lo que da lugar a una mala vascularización (oxigenación).

Ahora es evidente que los pollos con pechuga de madera sufren hipoxia localizada, aumento de la degradación muscular, reducción de la utilización de la glucosa, aumento del calcio intracelular y un cambio del tipo de fibra muscular. Además, los músculos afectados por WB muestran una mayor cantidad de calcio y sodio libres como resultado de una pérdida en la homeostasis iónica intracelular y un aumento de la actividad glucolítica que que resulta en un aumento del pH en los músculos afectados

Conclusiones

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