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Optimizar la cadena de valor: una preocupación cada vez más extendida

Escrito por: Jason Cormick
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Contenido disponible en: Português (Portugués, Brasil)

Cada parte de la cadena depende del proveedor anterior: el supermercado o la carnicería donde el cliente final adquiere la carne dependen de las entregas de la empresa de procesamiento de la carne, que a su vez depende del matadero. Este último depende de la granja de pollos, la granja de la planta de incubación, etc. Cada eslabón tiene la responsabilidad de ofrecer calidad al siguiente eslabón de la cadena para garantizar de este modo la calidad general del producto final. Por tanto, cada eslabón debe optimizar su propia producción y colaborar con el resto de eslabones de la cadena con el fin de ofrecer pollitos sanos con una calidad uniforme. Y, preferiblemente, de la forma más eficiente y con la máxima rentabilidad.

Debemos mantener unos niveles altos de bioseguridad y dar respuesta a la creciente demanda de los consumidores en relación con la seguridad alimentaria y el bienestar animal.

Hoy en día, la trazabilidad es un aspecto importante. Al consumidor final le gusta saber de dónde procede la comida que consume; una tendencia que actualmente está creciendo. De hecho, llegará un momento en el que el consumidor podrá trazar fácilmente cada trozo de pollo hasta la granja de la que procede para ver cuál es su origen y todas las fases por las que ha pasado en la cadena de valor, lo cual permitirá comprobar si se ha criado en las condiciones adecuadas y garantizar el bienestar de los pollos así como de las personas que los consumen.

Además, los proveedores de la cadena de valor exigen la trazabilidad para comprobar los resultados y poder localizar el problema en caso de rendimiento deficiente. Por tanto, será posible analizar más de cerca cada eslabón de la cadena para evaluar su rendimiento.

Aumentará la necesidad de formación especializada. Es necesario entender lo que nos comunica el ave, y no solo en la planta de incubación, sino también en otras partes de la cadena de valor. Depender únicamente de los datos y la tecnología sin observar a las aves no es el enfoque adecuado. Los problemas suelen ser visibles en las aves. Por tanto, el hecho de responder a las señales que observamos en ellas nos permite optimizar su bienestar, el rendimiento y la eficiencia. Al final, esto se traduce en un mejor rendimiento y pollos más rentables.

¿Cuál es la mejor forma de añadir valor a la cadena?

¿Cuál es la mejor forma de añadir valor a la cadena de la industria avícola? Petersime cree que la naturaleza debe ser nuestra guía en esta cuestión. Debemos prestar atención a las necesidades de los embriones y dar respuesta a dichas necesidades como lo haría una gallina madre. Al imitar el comportamiento natural no solo garantizamos el bienestar de los embriones de la mejor forma posible, sino que también conseguimos que nazcan los pollitos con un mejor rendimiento y con las tasas de mortalidad más bajas. En otras palabras, podemos aportar pollitos de calidad con valor añadido a la cadena avícola como nunca habíamos logrado hasta ahora.

A lo largo de milenios, granjeros, profesores, ingenieros e incluso los antiguos egipcios se han planteado la siguiente pregunta: «¿Cómo podemos incubar los pollitos más rentables?». Ahora sabemos que los factores más decisivos en el proceso de incubación son la temperatura, el CO2 y la pérdida de peso de los huevos. Además, ahora podemos controlar meticulosamente estos factores, hasta 0,1 °F y 1 g. ¿Significa esto que por fin hemos encontrado la mejor forma de incubar? ¿Que ya hemos cumplido nuestra labor? Evidentemente, no. En Petersime, estamos investigando la influencia de otras variables en el proceso de incubación mediante el estudio de la naturaleza. De hecho, el futuro de la incubación promete ser más interesante que nunca.

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