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Pneumovirus aviar en el continente americano

Escrito por: Javier Sanz Corella
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vacunación cabeza hinchada

Contenido disponible en: Português (Portugués, Brasil)

El pneumovirus aviar o metapneumovirus aviar (aMPV) es el agente causal de la Rinotraqueítis infecciosa de los pavos (TRT) y del Síndrome de la Cabeza Hinchada (SHS) en pollos de engorde, ponedoras y reproductores. Descubierto por Buys & Du Preez en 1978 en Sudáfrica (Buys & Du Preez, 1980), actualmente se trata de una enfermedad descrita y sometida a programas de control en casi todo el mundo.

Desde el momento de su identificación como agente causal del SHS, el aMPV no ha dejado de asociarse en cuadros clínicos en diferentes países y en diferentes tipos de ave.

Esta situación es resultado directo de un mejor diagnóstico laboratorial de los casos clínicos sospechosos, y de un interés cada vez mayor en la utilización de productos preventivos frente a productos curativos.

Conociendo el metapneumovirus aviar

El metapneumovirus aviar se replica en tracto respiratorio superior en aves de cualquier edad desde el momento del nacimiento (Hafez 1993; Cook 2000) y en el tracto reproductivo tras una fase de viremia.

Se transmite horizontalmente, por contacto directo o indirecto con partículas eliminadas en aerosol por las aves enfermas (Jones et al., 1986; Cook et al., 1991; Panigrahy et al., 2000; Alkhalaf et al., 2002).

La seroprevalencia en aves de producción es alta, aunque en pollos no siempre vaya acompañada de síntomas clínicos (O’Brien 1985; Hafez and Löhren 1990; Owoade et al. 2006).

Se replica en células de los epitelios ciliados de los cornetes nasales y tráquea, provocando una deformación y pérdida de los cilios en estas áreas lo cual facilita una mayor penetración de agentes secundarios (Majó et al. 1996) que complican y agravan el proceso patológico.

24 horas post infección podemos detectar el pneumovirus aviar en la cavidad nasal y tráquea, donde la máxima cantidad de virus se obtiene entre los 3 y los 6 días post infección.

POLLOS

La infección causada por aMPV favorece el establecimiento y manifestación de infecciones respiratorias secundarias en pollos y pavos, como se ha demostrado con varios patógenos respiratorios (Naylor et al., 1992; Van de Zande et al., 2001; Marien et al., 2005; Van Loock et al., 2006).

REPRODUCTORAS & PONEDORAS

Las reproductoras y ponedoras, son además, susceptibles de sufrir una replicación viral a nivel del oviducto, sufriendo caída de la puesta, y afectación de la calidad de la cáscara del huevo. También podemos llegar a identificar sintomatología nerviosa, tortícolis y opistótonos debido a infecciones bacterianas ascendentes desde el oído medio, que producen una osteomielitis del cráneo (Majó et al. 1996).

En todas las aves de producción, el estrés productivo supone un factor desencadenante de la mayoría de los cuadros clínicos, subida a pico en ponedoras y reproductoras, siendo este momento el más habitual en la aparición de casos clínicos.

Diagnóstico esencial en un buen diseño vacunal

Diagnóstico clínico

El diagnóstico clínico no es 100% fiable: solo puede ser utilizado como una guía de aproximación al diagnóstico definitivo. Es habitual encontrar situaciones en las que las infecciones producidas por aMPV generan cuadros clínicos que pueden ser confundidos con:

Las afecciones producidas por aMPV generan cuadros clínicos que pueden ser confundidos con casi cualquier enfermedad de tipo respiratorio

Diagnóstico definitivo

El diagnóstico definitivo deberá alcanzarse mediante la interpretación de pruebas laboratoriales, principalmente serología (ELISA), y como confirmatorio en casos dudosos, mediante el uso del diagnóstico por PCR. El diagnóstico definitivo es complicado debido al breve periodo en el que podemos localizar el virus en el tejido diana y la baja sintomatología que manifiestan durante esos momentos(1) y y es posible detectarlo hasta los 17 días post inoculación (2). Afortunadamente, la mayoría de países de Latinoamérica disponen de buenos servicios diagnósticos (públicos y/o privados) que pueden ayudar en el diagnóstico del aMPV

(1) Baxter-Jones & Jones, 1989; Alexander 1991; Majó et al. 1995

(2) Jing et al. 1993

El mayor problema se presenta en los países donde la enfermedad no se ha declarado y dónde los kits ELISA no están registrados por falta de interés comercial de los laboratorios, o por rechazo del registro por parte de las autoridades sanitarias. En estos casos el diagnóstico se hace difícil y lento, pudiendo retrasar la entrada en marcha de medidas preventivas o correctoras. En los países en los que no se dispone de kits ELISA comerciales principalmente utilizamos la detección del virus mediante PCR

En nuestro caso, gracias al servicio de ELISA -CIVTEST TRT- y de PCR real time -AVIANPNEUMOCHECK- de los servicios de Diagnos repartidos por Latinoamérica -Brasil, México, Perú…- hemos aportado un servicio esencial para el correcto diagnóstico, monitoreo y control del aMPV.

 

Programas de vacunación utilizados en Latinoamérica

En la actualidad, en Latinoamérica existe diversidad en cuanto a los programas vacunales en función del status de la enfermedad en cada país, así como de diferentes situaciones epidemiológicas.

Vacunas inactivadas

En los países donde se permite sólo el uso de vacunas inactivadas (como por ejemplo México, Colombia, República Dominicana…), los programas de vacunación se realizan en base a la epidemiología de cada región, habitualmente se trabaja con 2 dosis de vacuna inactivada, la primera dosis siempre antes del primer contacto con el virus de campo y las segunda dosis entre 2 y 3 semanas antes del traslado de las aves a las granjas de producción.

Según los resultados obtenidos de los servicios diagnósticos de HIPRA en México y Colombia, los lotes de aves reproductoras y ponedoras analizados se positivizan entre las 6 y las 12 semanas de edad, en función de la región de cría.

Bajo nuestra experiencia y gracias al análisis de más de 1.000 muestras de sangre en Colombia, el uso de un programa de 2 dosis de vacuna inactivada (G2) frente al uso de una (G1) o ninguna dosis (G0) de vacuna inactivada disminuyó la entrada y circulación de los virus de campo en las granjas vacunadas, como se observa en la Figura 1 al comparar los niveles de anticuerpos entre gallinas de toda Colombia.

Figura 1. Título medio de anticuerpos frente aMPV de los diferentes grupos del estudio en los diferentes rangos de edades. Diferentes superíndices indican diferencias significativas usando el test U de Mann-Whitney con p-valor < 0,05

Las vacunas inactivadas son muy importantes para las aves de ciclo largo, y esenciales en situaciones en las que no se permite el uso de vacunas vivas, ya que son el único método de control.

Principales funciones de las vacunas inactivadas:

Para maximizar la eficacia de los programas vacunales frente a aMPV, nuestras recomendaciones se apoyan en varios pilares comunes para todas las situaciones: Siempre comenzar los programas vacunales antes de que exista contacto con el virus de campo. Para ello utilizar el estudio de los resultados ELISA a diferentes edades durante la cría. Aplicar las vacunas vivas directamente sobre el tejido diana (tracto respiratorio superior) vía espray de gota gruesa u ocular. Para programar las edades de vacunación, no separar más de 6 semanas las aplicaciones entre vacunas vivas, y entre vacunas vivas e inactivadas.

Los programas vacunales más habituales frente al aMPV en Latinoamérica son aquellos que combinan vacunas vivas junto con vacunas nactivadas, bajo diferentes esquemas en función del país y de las condiciones epidemiológicas.

Programas de 2 a 3 dosis de vacuna viva, más una dosis de vacuna inactivada antes del traslado a granjas de producción. Programas de 1 dosis de vacuna viva, más una dosis de vacuna inactivada antes del traslado a granjas de producción.

Existen puntos de vista muy particulares que se podrían añadir a lo comentado anteriormente, y que son totalmente dependientes al tipo de ave objeto del programa vacunal así por ejemplo:

Pollos de engorde

Se utiliza la vacunación como herramienta preventiva, de forma estacional durante la época del año con mayores problemas, o de forma continuada en zonas que ya se ha comprobado con mucha circulación vírica.

Pavos de engorde

Se trabaja con entre 2 a 3 dosis en función del manejo y forma de producción. Este tipo de aves son mucho más susceptibles al virus, por lo que se trabaja con periodos entre vacunas vivas mucho más cortos (10 a 21 días). Se deberá identificar el status sanitario de las parvadas respecto al virus de la enteritis hemorrágica para evitar problemas inmunodepresores en los pavos y por lo tanto pérdida de eficacia del programa vacunal.

La evaluación del desafío se puede realizar fácilmente evaluación serológica ELISA: las vacunas vivas con baja seroconversión pueden ser utilizadas para evaluar cuando existe una circulación vírica alta, y en función de los resultados adaptar el programa vacunal de una estrategia estacional a una continua, o viceversa. Está demostrado por varios autores que las vacunas vivas son eficaces independientemente de la seroconversión que produzcan (Cook et al. 1989; Williams et al. 1991; Ganapathy & Jones, 2007; S.Corella et al. 2015) ya que la inmunidad producida es principalmente local, celular y humoral. (Cook et al. 1989; Williams et al. 1991; Jones et al. 1992).

Otras medidas de control

En Latinoamérica una de las medidas mal llamadas de control han sido y son los tratamientos antibióticos profilácticos, así como los curativos cuando aparecen los cuadros bacterianos secundarios. En las enfermedades víricas los tratamientos con antibióticos sólo sirven para limitar los efectos de las infecciones bacterianas secundarias, de tal manera que el control del TRT o SHS debe conseguirse mediante la vacunación, bioseguridad y proporcionando a los animales el máximo confort.

Los tratamientos con antibióticos se muestran eficaces durante la aplicación, pero los procesos bacterianos rápidamente resurgen una vez se retira el tratamiento, ya que la causa principal no se ha solucionado (el aMPV)

Beneficios de la racionalización de antibióticos

HIPRA proporciona las herramientas necesarias para poder apoyar a la industria avícola latinoamericana en el diagnóstico y control de aMPV

Las razones para utilizar las vacunas frente a aMPV han ganado fuerza durante la última década basadas en las siguientes razones:

El control del Metapneumovirus aviar no es excesivamente complicado, siempre que los programas de control vayan apoyados por un correcto diagnóstico, programación vacunal y seguimiento de los lotes vacunados.

Actualmente la inclusión de las vacunas frente a aMPV en Latinoamérica es variable en función del país, existiendo altos porcentajes de aves vacunadas en países como Perú, Colombia, Ecuador, Brasil, Venezuela…etc. Otros países donde se ha comenzado con las reproductoras pesadas pero la vacunación de ponedoras y pollos es menor o inexistente (República Dominicana, Chile o Argentina). Por último países donde se está comenzando con los programas de control en reproductoras pesadas desde hace menos de 3 años (México, El Salvador, Guatemala).

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