Contenido disponible en: English (Inglés)
- En momentos o en períodos de incremento de temperatura, los resultados productivos de los pollos de engorde disminuyen, sobre todo con una disminución de la ganancia media diaria y por tanto del peso.
Desde un punto de vista fisiológico la situación debida al incremento de temperaturas, se ve influenciada además por la mayor velocidad de crecimiento de los pollos actuales, por lo cual las temperaturas óptimas para dicho crecimiento deben tender a disminuir. Es decir que los pollos de hoy son indudablemente más sensibles a los incrementos de temperatura, así que las medidas a tomar de manejo, sobre todo de control ambiental y de alimentación para disminuir la acción del exceso de temperatura son más importantes.
«Los pollos de hoy son indudablemente más sensibles a los incrementos de temperatura, así que las medidas a tomar de manejo, sobre todo de control ambiental y de alimentación para disminuir la acción del exceso de temperatura son más importantes»
- El descenso del consumo de alimento en períodos calurosos es claro y conlleva una reducción de la velocidad de crecimiento, “ en verano siempre falta peso a los pollos “. Pero también es cierto que el descenso en el consumo de alimento es menor que la disminución que se produce en la velocidad de crecimiento y éste hecho se incrementa con la edad del pollo.
- La disminución del incremento de peso comparada con la disminución del consumo de alimento se debe a modificaciones en el metabolismo energético y proteico de las aves que llevan consigo un incremento del índice de conversión. La reducción de alimento por estrés calórico provoca una disminución del porcentaje de proteína y un incremento del porcentaje de grasa, mientras que la reducción de consumo de alimento con temperaturas normales lo que sólo hace es disminuir el porcentaje de grasa.
- Los pollos de engorde y todas las aves incrementan la frecuencia respiratoria para aumentar la pérdida de calor.
- El boqueo que se produce en las aves, como incremento de la actividad respiratoria conlleva un gasto de energía considerable.
- Este gasto hará incrementar el índice de conversión y el aumento de la frecuencia respiratoria podrá desencadenar en una alcalosis respiratoria que puede ser la antesala de la muerte.
Para luchar contra el incremento térmico se necesita reducir la producción de calor por el ave y favorecer un incremento de la eliminación del calor producido. Se podría pensar que con la reducción de proteína en la ración se conseguiría un metabolismo en el que se generaría menos calor, pero hay que tener en cuenta que habrá una menor velocidad de crecimiento y un menor rendimiento de pechuga.
Por tanto será mejor incrementar la relación proteína-energía en los períodos calurosos para evitar pérdidas en la producción y tener en cuenta que la ganancia de peso mejora de forma significativa con niveles altos de grasa.
Hay actuaciones en el manejo que mejoran la situación del estrés térmico, como son:
- la reducción de la densidad de kilos de carne por metro cuadrado en las naves,
- incrementar el consumo de pienso en las horas de menos calor,
- pero sobre todo controlar que el ambiente sea el más correcto para conseguir que la sensación térmica sea la ideal para el crecimiento de los pollos.
El manejo adecuado de la temperatura y humedad de las naves con una correcta velocidad de entrada de aire a la nave, conseguida con los adecuados pascales a cada dimensión de la nave y a una correcta velocidad de movimiento de aire según la edad de los pollos, son unos de los factores más importantes para lograr la sensación térmica ideal y conseguir además el mantenimiento adecuado de la cama de las aves.
En períodos o en momentos calurosos el uso de la betaína mejora el estrés térmico, actuando en la mejora de la osmosis celular, que actúa impidiendo la pérdida de agua. También el uso de carnitina más sorbitol y sulfato de magnesio influyen sobre el metabolismo de los lípidos, eliminando el exceso de ácidos grasos circulantes, haciendo mejorar el estado de los animales ante un golpe de calor.
Se puede asegurar que, como consecuencia de los pollos que hoy en día criamos, de las instalaciones que se tienen y del control nutritivo de la alimentación, se consigue que el crecimiento que se produce en los pollos en los períodos de estrés por calor tenga efectos más perjudiciales en la ganancia media diaria de crecimiento de los pollos que en la mortalidad de las aves.