Introducción a las micotoxinas
Las micotoxinas son metabolitos tóxicos generados por ciertas especies de hongos ante situaciones de estrés, los cuales pueden crecer e infectar al cultivo en el campo (Fusarium) o durante el almacenamiento de los granos y alimentos, bajo condiciones inadecuadas (Aspergillus, Penicillium).
Las micotoxinas suelen causar diversos efectos tóxicos en los animales, siendo las aves sumamente sensibles a la presencia de las mismas, ocasionando alteraciones de la salud y la productividad.
Tabla 1. Límites en ppb sugeridos para cada micotoxina en aves.
Las prevalencias de micotoxinas y sus concentraciones en los cereales sufren modificaciones a lo largo del tiempo, ya que se encuentran influenciadas por varios factores relacionados a condiciones ambientales y ecológicas. De tal forma, se ven favorecidos el desarrollo de ciertos hongos y sus micotoxinas por sobre otros.
En los últimos años hubo un notable incremento en micotoxinas del género Fusarium (Fumonisina, Tricotecenos y Zearalenona), que afectan principalmente al maíz y ocasionan cuadros del tipo “subclínico”, con un impacto negativo sobre los índices productivos.
Por eso la importancia de realizar monitoreos periódicos para conocer el estado actual de contaminación y cuáles son las micotoxinas más prevalentes que afectan a la producción, considerando su estructura química, para poder llevar a cabo estrategias de control eficaces.
Programa de monitoreo de micotoxinas
VETANCO S.A. en compromiso con el impacto de las micotoxinas en la producción avícola, lleva a cabo monitoreos de prevalencia de micotoxinas en toda Latinoamérica y programas de control con productos de última tecnología.
El protocolo de muestreo es fundamental para la correcta detección de las micotoxinas. Se establecen estrictos controles de la materia prima, tanto en la recepción de los transportes, como así también en las plantas de almacenamiento, considerando que la contaminación no es homogénea en la distribución de los cereales. De esta forma, se logra que las muestras sean representativas de las condiciones de contaminación.
Como método de detección se utiliza la técnica de inmunoensayo basados en membranas por flujo lateral. Este tipo de métodos de detección semicuantitativos permite, de manera rápida y sencilla, detectar y cuantificar las micotoxinas en los rangos de concentración de importancia clínica.
Resultados
Durante el año 2022 se analizaron muestras de alimentos y materias primas utilizadas para su elaboración en 7 países de Latinoamérica con el objetivo de llevar a cabo un relevamiento sobre las prevalencias de micotoxinas.
Dentro de este porcentaje de muestras, el 39% fue positivo a dos o más micotoxinas.
Esto resulta relevante debido a que las alteraciones en los parámetros fisiológicos y las consecuentes pérdidas productivas son mayores cuando las micotoxinas se encuentran combinadas que cuando se presentan en forma individual, de esta manera, poseen efectos sinérgicos y aditivos, por más que se encuentren en bajas concentraciones.
En relación a las prevalencias de las distintas micotoxinas, la más prevalente fue la Fumonisina B1 (59%) seguida por la Zearalenona (51%), Aflatoxina (38%) y DON (30%).
En cuanto a las concentraciones promedio de las mismas: Fumonisina B1 tuvo una concentración promedio de 1700 ppb, lo que supera los límites máximos recomendados, mientras que Zearalenona y Aflatoxina, a pesar de estar presentes, las concentraciones son más bajas.
Conclusiones
La Fumonisina sigue siendo la micotoxina de mayor prevalencia en los países de Latinoamérica, con concentraciones que se mantienen elevadas.
Esta situación se encuentra agravada por la capacidad de esta micotoxina de ser metabolizada durante la temporada de crecimiento de las plantas y adquirir la forma enmascarada u oculta, bajo determinadas condiciones climáticas.
Es así como la presencia de fumonisinas ocultas contribuyen en una cantidad adicional que oscila entre el 40% y el 70% de los compuestos originales y, en algunos casos, puede alcanzar un 100% adicional.
A su vez, la combinación con DON y Aflatoxinas que siguen en el orden de prevalencias agrava la situación por los efectos tóxicos potenciados. En el caso de los cerdos, la Zearalenona se mantiene en prevalencias preocupantes. Todo esto es debido a que el hongo Fusarium es actualmente el mayor contaminante y productor de estos grupos de micotoxinas.
Es por esto que es importante que el control de las micotoxinas tenga un enfoque integrado, debido a las elevadas prevalencias que se van modificando dependiendo de múltiples factores, la presencia de micotoxinas ocultas y de combinaciones que potencian los efectos, causando un daño preocupante.
Este control implica llevar a cabo programas de monitoreo, en conjunto con la implementación de medidas preventivas y de control que atenúen los efectos nocivos de las micotoxinas a lo largo de todas las etapas de producción de alimentos para aves, desde:
- El cultivo de los cereales.
- El almacenamiento.
- Hasta incluso en el alimento terminado.
Esto último es sumamente importante ya que, a pesar de los esfuerzos que se realizan para reducir el nivel de micotoxinas en ingredientes y materias primas, siempre existe un grado de contaminación en el alimento que constituye un riesgo al que se exponen las aves.
Es de vital importancia proteger a los animales que van a consumir estos alimentos contaminados de forma segura y eficaz a través del uso de aditivos alimentarios de amplio espectro y con acción enzimática de inactivación, que actúen sobre las micotoxinas antes de que lleguen al intestino, para así evitar que tanto las formas ocultas liberadas durante la digestión como las formas libres de las micotoxinas, puedan absorberse y producir sus efectos tóxicos.
Referencias bajo consulta del autor.
