Toda incubadora que realice la vacunación vía in ovo debe ser consciente de los riesgos microbiológicos que pueden poner en peligro la supervivencia del embrión vacunado y del pollito, algunos de los cuales destacaremos a lo largo del artículo.
CALIDAD MICROBIOLÓGICA DEL HUEVO
Los huevos son una de las principales fuentes de patógenos en la incubadora, debido a que pueden traerlos tanto en la superficie de la cáscara como internamente. Aunque se considera que los huevos son generalmente estériles en el momento de la puesta, pueden contaminarse rápidamente por superficies contaminadas (suelo, material del nidal, cintas, etc.).
Es de máxima importancia realizar recogidas de huevos con una elevada frecuencia, lo que nos permitirá manejar el huevo de una mejor manera desde el punto de vista de temperatura y de desinfección temprana, minimizando la posibilidad de que la posible contaminación externa penetre al interior del huevo a través de los poros
El manejo de las temperaturas desde la recogida del huevo no debe ser descuidado. Las temperaturas siempre deben ir en sentido decreciente desde la nave donde han sido puestos, pasando por el almacén de la granja, el camión que los recoge y la sala de conservación en la incubadora.
Gracias al descenso progresivo de la temperatura desde las diferentes ubicaciones por las que pasará el huevo evitaremos que “sude”, es decir: que se le condense agua en la superficie
Desde un punto de vista estrictamente de riesgo microbiológico, los huevos puestos en el suelo no deberían no solo no incubarse, sino que no deberían llegar ni siquiera a la incubadora. Está más que demostrado que la carga bacteriana de la cáscara de un huevo puesto en el suelo es muchísimo más elevada que un huevo puesto en un nidal, y que a mayor número de bacterias en la superficie del huevo mayor será la penetración de las mismas a su interior.
En caso de que la decisión sea la de utilizar huevos provenientes de suelo, estos deben ser colocados en alveolos y carros separados, en las partes bajas de los carros y estar claramente identificados desde la granja de origen, de manera que puedan ser manipulados de forma separada todo el tiempo. Los huevos provenientes del suelo deberían ser incubados en una sola máquina, colocados en las partes bajas de los carros y ser vacunados in ovo y transferidos de último.
CONTAMINACIÓN DE LA VACUNA
Si se produce contaminación de la vacuna durante su proceso de preparación, esta puede producir pérdidas en el nacimiento e incremento en la mortalidad embrionaria tardía.
En los casos de contaminación bacteriana durante la preparación de las vacunas in ovo, generalmente el agente causal puede ser aislado de los embriones no nacidos y del ambiente de la Sala de Preparación de Vacuna (SPV)
En la mayoría de las situaciones el origen es el agua del baño maría donde se descongelan las ampollas de la vacuna de Marek; o una mala praxis a la hora de manipular las agujas e inyectar la vacuna en los puertos.
No debemos olvidar que el disolvente de la vacuna de Marek es un medio muy rico para proteger a los fibroblastos de embrión de pollo que portan el virus de Marek, y esto mismo lo hace un medio idóneo para que cualquier contaminación bacteriana se multiplique.
En la vacunación in ovo la bolsa de disolvente utilizada suele permitir vacunar entre 20.000 y 24.000 embriones, por lo que una bolsa contaminada puede significar de 20.000 a 24.000 embriones contaminados. De ahí la importancia de que el personal que prepara las vacunas in ovo vea la Sala de Preparación de Vacuna (SPV) en la incubadora como una especie de “quirófano”, de manera que sea consciente que se deben extremar las medidas de higiene en todas las labores que se realizan en la misma.
SPV & SALA DE TRANSFERENCIA
Otro punto importante que a veces se olvida, especialmente cuando la SPV está muy cerca de la Sala de Trasferencia, es que ésta última se considera como zona “sucia” una vez iniciada la transferencia debido a la alta carga biológica que puede tener como consecuencia de la manipulación de los huevos, de los huevos explosivos, de la retirada de los huevos claros o infértiles, etc., y, por diferencia de presiones al abrir la puerta de la SPV (zona “limpia”), puede entrar aire contaminado a la SPV, por lo que es muy importante que la SPV cuente con presión positiva con respecto a la sala de transferencia y que esta sea con aire proveniente del sistema de ventilación de la incubadora, el cual ya está atemperado y filtrado.
MALA PREPARACIÓN DEL FLUIDO DE DESINFECCIÓN DEL DISPOSITIVO IN OVO
El fluido que higieniza o desinfecta en el dispositivo in ovo las agujas y los perforadores entre inyecciones es la base para la desinfección de la inyección del huevo y está diseñado para prevenir la transmisión de microbios de huevo a huevo. Si la solución de cloro no es preparada correctamente y no tenemos los ppm de cloro aconsejados, podemos correr el riesgo de una contaminación horizontal de huevo a huevo por una mala desinfección de las agujas entre inyecciones
En el caso de utilizar las pastillas Inovotabs®, las mismas están diseñadas para llegar a una concentración de cloro adecuada y mantener los valores por muchas horas. Si se realizan preparaciones de cloro de forma manual, se debe tener en cuenta que la persistencia de los valores adecuados de cloro es bastante menor y se requieren concentraciones del cloro utilizado mucho más elevadas.
CONTAMINACIÓN POR ASPERGILOSIS
Una vez finalizado el proceso de vacunación in ovo e introducidos los huevos en las nacedoras, puede producirse un desafío por hongos. Cuando hay niveles elevados de esporas o conidias de Aspergillus a nivel ambiental en las nacedoras, las conidias pueden entrar a través del agujero realizado en el huevo
En estos casos se pueden esperar niveles elevados de conidias durante el procesamiento de los pollitos y la separación de estos de los huevos no nacidos, los cuales se rompen muchas veces durante este proceso. De ahí la necesidad de un flujo de aire seguro desde el punto de vista biológico que impida que el aire de la sala de preparación de pollitos de un día llegue a otras partes de la incubadora.
La reducción y el control de los niveles de conidios de Aspergillus presentes en las incubadoras que realizan la vacunación in ovo representan un desafío para los gerentes de incubadora, especialmente en relación a los sistemas de ventilación, la calidad de los huevos colocados en las nacedoras y la desinfección en general. Aunque los sistemas de miraje utilizados mayoritariamente en la actualidad, que retiran los huevos claros y la mortalidad embrionaria temprana, han disminuido esto en gran medida, no debemos descuidarnos.
- Granja de reproductoras
Es una de las fuentes primarias, por medio de la contaminación de la cáscara proveniente de material del nidal contaminado, de la cinta de recogida de huevos, de la recogida y uso para incubar de huevos de suelo (no recomendado), y de la sala de almacenaje de huevos en la granja. En caso de utilizar cartones de huevo, si estos se han humedecido también son una fuente de contaminación tanto en la granja como en la incubadora.
- Huevos
El huevo es un sitio ideal para el crecimiento de los Aspergillus por lo que debe evitarse el ingreso de las conidias al interior del huevo, que puede producirse a través de roturas de la cáscara por mala manipulación o durante la incubación misma, o por “sudado” del huevo, así como por defectos en el sistema de humidificación que hace que se mojen los huevos
- Incubadora
Una fuente primaria de Aspergillus es el ambiente cercano que rodea a la incubadora. Fuentes obvias incluyen:
-Fábricas de pienso
-Procesadoras de madera y papel
-Sembradíos de arroz, maíz, trigo y avena (principalmente durante los períodos de cosecha, e incluso bosques en el otoño).
Las variaciones estacionales de conidios de Aspergillus presentes en el aire están generalmente asociadas con el cambio de estaciones de primavera a verano y de verano a otoño.
La incubadora en sí misma puede ser una fuente, a través de un pobre mantenimiento de los canalones de agua o de desechos orgánicos descompuestos en los techos o en los alrededores. Una vez que el Aspergillus entra en el ambiente interno de la misma, puede servir como fuente adicional de proliferación, especialmente en el sistema de filtrado de aire, los paneles evaporativos, las unidades de acondicionamiento de aire, los ductos de aire y el aislamiento.
Durante el invierno puede haber un desafío adicional por la mayor recirculación de aire para ahorrar en energía, pudiendo quedar expuesto a puntos de contaminación altamente concentrados dentro del sistema de ventilación. Áreas críticas de la incubadora pueden re-contaminarse continuamente de fuentes internas por el flujo de aire de zonas sucias a limpias.
La re-contaminación desde el ambiente externo a través de las entradas de aire puede ocurrir. Por todo esto la incubadora nunca está realmente libre de Aspergillus y requiere un constante manejo de la situación. Incluso en las nacedoras con plenum, si este no tiene las presiones correctas o no está correctamente sellado, el aire del plenum puede re-circular a la incubadora o al pasillo de las nacedoras.
CONCLUSIONES
- Prácticas de desinfección o higiene deficientes en la incubadora pueden tener un impacto negativo en la vacunación in ovo.
- Las causas principales provienen de huevos contaminados, uso de huevos provenientes del suelo o sucios, salas de preparación de vacunas mal diseñadas, fallos en el seguimiento riguroso en los procesos higiénicos de preparación de la vacuna de Marek, en la preparación del desinfectante del dispositivo in ovo, así como contaminación por Aspergillus de los sistemas de ventilación de la incubadora.
- Un análisis de riesgo permite establecer las mejores prácticas y cuáles son los puntos críticos de control para que los procesos se realicen correctamente y se minimicen los riesgos inherentes al mismo, desde las granjas de puesta hasta la sala de incubación.