En Bolivia, la carne de pollo no solo es la proteína más consumida, sino también un componente esencial en la economía productiva nacional.
- A pesar de los desafíos actuales, como la escasez de diésel que afecta directamente al transporte y la logística del sector avícola, esta industria continúa sosteniendo la seguridad alimentaria de millones de familias en todo el país.
- Con un consumo per cápita que alcanza los 46 kilogramos anuales, el pollo se ha consolidado como la principal fuente de proteína animal en la dieta boliviana.
Este fenómeno no solo refleja una preferencia cultural y económica, sino también el resultado del esfuerzo constante de miles de productores que, incluso en tiempos difíciles, mantienen activa la cadena productiva.
INDUSTRIA AVÍCOLA IMPULSA LA ECONOMÍA NACIONAL
El sector avícola es una de las actividades agropecuarias más dinámicas del país. Según la Asociación Nacional de Avicultores, ANA, Bolivia cuenta con 2.829 granjas registradas con sanidad vigente y una producción que supera los 255 millones de pollos al año. Toda esta producción se destina al mercado interno, alimentando a hogares de todos los departamentos.
Santa Cruz lidera ampliamente esta actividad, generando el 66% de la producción nacional, seguida por Cochabamba con un 24%. El resto se distribuye entre Tarija, Chuquisaca, La Paz, Beni y Potosí.
- La cadena comienza con la importación de genética aviar, principalmente desde Brasil, y continúa con la crianza y alimentación especializada de los pollitos, utilizando maíz, soya, sorgo y suplementos nutricionales.
En condiciones adecuadas, un pollo puede alcanzar su peso comercial entre los 32 y 48 días, con una masa promedio de entre 2.300 y 2.800 gramos. Este proceso no solo requiere atención técnica, sino también acceso constante a insumos y condiciones logísticas estables.
DESAFÍOS LOGÍSTICOS: LA CRISIS DEL DIÉSEL
Sin embargo, la estabilidad de este sector clave se ve amenazada por la actual escasez de diésel en el país. En departamentos como Cochabamba, Tarija y Chuquisaca, los productores enfrentan serios problemas para abastecerse de combustible, lo que provoca retrasos de hasta nueve días en el transporte de insumos, principalmente granos, desde Santa Cruz.
Esta situación ha generado incertidumbre entre los productores, muchos de los cuales dudan en repoblar sus granjas ante el riesgo de no poder alimentar o transportar a tiempo a las aves. Como resultado, los stocks de maíz en estas regiones han llegado a niveles críticos.
Omar Castro, presidente de la ANA, expresó su preocupación al respecto: “Los camiones pasan más tiempo en fila esperando combustible que en producción o distribución. Esto afecta directamente la capacidad de respuesta del sector avícola”.
IMPACTO EN PRECIOS Y ABASTECIMIENTO
Las consecuencias de esta crisis ya se sienten en los mercados. En junio, el precio de la carne de pollo aumentó considerablemente debido a los bloqueos de carreteras. Aunque los precios se estabilizaron en semanas posteriores, la escasez de diésel ha vuelto a provocar alzas en varias regiones, perjudicando tanto a consumidores como a comerciantes.
- Si la situación persiste, advierten desde la ANA, podría haber una disminución en la oferta de carne de pollo, afectando directamente al consumo nacional y generando presiones inflacionarias en la canasta básica.
PERSPECTIVAS Y COMPROMISO CON EL PAÍS
A pesar de las dificultades, el sector avícola boliviano continúa demostrando su resiliencia y compromiso con el país. “Queremos seguir produciendo alimentos de calidad, pero necesitamos condiciones estables para hacerlo”, subrayó Castro.
Con acceso garantizado a combustible, insumos y rutas libres, el sector podría incrementar aún más su capacidad productiva y aportar a la sostenibilidad económica nacional.
- En definitiva, la carne de pollo no es solo un producto de consumo diario, sino también una pieza clave en el engranaje económico y social de Bolivia. Conforme a la ANA cuidar este sector es cuidar la seguridad alimentaria y el desarrollo regional.
Fuente: Con información de la Asociación de Avicultores de Santa Cruz, ADA, y La Razón, Bolivia.