Por Santiago Ciriano Gallardo, Big Duchtman
Aunque cada vez es menos frecuente, de vez en cuando, nos enteramos de que en alguna granja se ha producido la asfixia de los animales, debido casi siempre a un fallo en el sistema de ventilación y/o del suministro de electricidad.
Las naves modernas con ventilación forzada se construyen con materiales que proporcionan un buen aislamiento térmico. También se reducen al mínimo posible los “huecos” abiertos al exterior para que el control de la ventilación sea optimo según las necesidades de los animales.
Para optimizar la producción de carne, además de diseñar naves eficientes, hay que dotarlas de instalaciones y equipos que nos permitan obtener la rentabilidad deseada. Por ello, cuando se proyectan nuevas naves para aves, siempre se tiene en cuenta la utilización de las técnicas y tecnologías más avanzadas.
Hoy en día nos parece inconcebible hacer una nave y no poner un ordenador que nos permita controlar todos los factores que influyen en la producción: consumo de agua, consumo de pienso, temperaturas (interiores y exteriores), humedades relativas del ambiente, etc.
También perseguimos conseguir datos estadísticos y económicos de la granja. Y no nos olvidamos, de que queremos un “control remoto” para poder estar pendientes de nuestro negocio desde nuestro domicilio o cualquier otro lugar.
Si se hace un estudio -no hace falta que sea muy exhaustivo- sobre los distintos modelos de ordenadores que hay en el mercado, podemos comprobar que tienen alarmas de seguridad.
Esto nos lleva a buscar en el Diccionario de la Lengua Española (DRAE) los términos alarma y seguridad:
- Alarma: Mecanismo que, por diversos procedimientos, tiene por función avisar de algo.
- Seguridad: Dicho de un mecanismo: Que asegura algún buen funcionamiento, precaviendo que este falle, se frustre o se violente.
¿Qué elementos debemos conectar para un aviso de irregularidad?
Deducimos, después de leer estas definiciones, que no son lo mismo. Se pueden tener innumerables alarmas conectadas a otros tantos sistemas y no estar asegurados ante las contingencias que estas mismas alarmas nos comunican.
Se pueden enumerar los factores principales que influyen en la producción y que tienen relación directa con el buen funcionamiento de las
naves y, por tanto, con la obtención de buenos resultados: ventilación, clima, alimentación y agua de bebida.
Dejamos a un lado otros factores como sanidad de los animales y manejo correcto de los mismos, pues no dependen exclusivamente del buen funcionamiento de los mecanismos instalados.
Por ello, el gran desafío que se plantea es el de intentar minimizar al máximo los efectos negativos del mencionado fallo en el suministro de energía eléctrica. Esto podremos conseguirlo dotando a la instalación de un grupo electrógeno capaz de generar energía suficiente para hacer que funcionen todos los mecanismos instalados.
Pero los generadores de emergencia también pueden fallar, por lo que se deberían instalar sistemas de apertura de todas aquellas entradas de aire con las que hemos dotado a la nave.
Esto es factible si los tornos o motores que hacen funcionar dichas entradas de aire, son alimentadas a 24 V. con baterías que están cargándose continuamente.
El grupo electrógeno debe generar energía suficiente para que funcionen todos los mecanismos instalados
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