Dado que la mayoría de las células inmunitarias del pollo de engorde residen en el intestino en forma de GALT (tejido linfoide asociado al intestino), es de suma importancia mantener un intestino sano para promover la salud del pollo.
Las investigaciones muestran que una estrategia integral de cuatro pasos (Figura 1) que aprovecha la relación entre nutrición y microbiología, inmunología y fisiología puede ayudar a mejorar y mantener la salud intestinal, a la vez que se reduce el uso de los antimicrobianos.
La eficacia de cualquier enfoque se comprueba en el ambiente de producción. Un buen ejemplo de este enfoque es el integrado avícola de Of Tov en Israel, que implementó la producción sin antibióticos y aumentó el desempeño por arriba de los niveles en los que se usaban antibióticos. Adoptando un programa que integra el manejo del alimento, de la granja y de la salud, aumentó a un 98.8% el porcentaje de parvadas de pollos producidos sin antibióticos (inclusive sin coccidiostatos).
El enfoque integrado ayudó también a mejorar en más del 4% la conversión alimenticia en comparación con la producción tradicional con inclusión de antibióticos.
La nutrición y la formulación de alimento balanceado, incluyendo el uso de aditivos y la estructura del alimento pueden ayudar a mejorar el desarrollo gastrointestinal, la digestión, la absorción y el aprovechamiento de los nutrientes.
Esto mejorará el desempeño y sustentará el estado de salud, lo que conlleva a la reducción en el uso de antibióticos en las granjas.
Otros enlaces de interés:
Reduciendo el uso de antibióticos a través de la salud intestinal