VOLVEMOS A 1996…
Durante la revisión de la literatura para la producción de este artículo, me encontré con una publicación de Brenes et al. publicada en 1996 en FEDNA, donde se lee que «los enzimas han sido utilizados experimentalmente en raciones para aves desde hace más de 40 años con el objeto de mejorar el valor nutritivo de los cereales blancos y otros ingredientes. A pesar de esta larga historia, su explotación comercial no se ha hecho realidad hasta esta última década».
- Pasados otros 30 años de esa «última década», la pregunta que nos viene a la cabeza es si aún nos queda algo por explorar cuando hablamos de la utilización de enzimas en avicultura.
Las enzimas son moléculas orgánicas que aceleran la velocidad de las reacciones químicas. Actúan sobre los llamados sustratos que, después de la acción del enzima, se convierten en diversos productos con características diferentes a su forma original.
Como se sabe, los enzimas suplementados a través de la alimentación proporcionarán soporte a los enzimas ya producidos por las aves, aumentando la digestibilidad y mejorando la biodisponibilidad de los nutrientes. Según Sheppy (2001), las cuatro principales razones para la utilización de enzimas en la nutrición animal son:
- Reducir el efecto antinutricional – sustancias que no son susceptibles a la acción de enzimas endógenas y pueden interferir en la digestión normal de los alimentos, perjudicar el desarrollo del animal y causar trastornos digestivos.
- Aumentar la disponibilidad de proteínas y minerales que son inaccesibles para el animal, ya sea porque están protegidos por las paredes celulares de fibras de baja digestibilidad o porque están en formas químicas que no permiten su aprovechamiento.
- Romper enlaces químicos específicos que impiden que los enzimas digestivos endógenos hagan disponible ciertos nutrientes.
- Ayudar a los animales jóvenes, que pueden presentar una producción enzimática endógena insuficiente.
Los cuatro principales tipos de enzimas en la nutrición de animales son: enzimas que degradan proteínas, fibras, almidón y ácido fítico.
- Las enzimas son extremadamente selectivos, necesitando sustrato para poder actuar. La Tabla 1 muestra los enzimas utilizados en la producción animal y su respectivo sustrato.
Razones para usar enzimas
Por supuesto, no se puede pasar por alto lo que se considera la principal razón para que los productores de pollos y los fabricantes de piensos utilicen enzimas: la reducción de los costos de las dietas.
Los precios de las materias primas proteicas, como la harina de soja, han mostrado una tendencia ascendente durante años.
- Por lo tanto, flexibilizar las dietas, con la inclusión de menores niveles de soja, sin duda ayudará en la rentabilidad de las explotaciones avícolas.
Pero después de todos estos años, dos factores comienzan a destacarse en el argumento a favor de los enzimas: el impacto ambiental y el bienestar animal de las aves.
El papel de las proteasas y las alfagalactosidasas en la sostenibilidad de la producción avícola
La industria avícola es una de las más grandes del mundo, atendiendo a una creciente demanda global de carne de aves. Sin embargo, esta producción a gran escala enfrenta desafíos significativos, especialmente en lo que respecta a la sostenibilidad ambiental.
- Según la ONU, la sostenibilidad puede definirse como «satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades». Y, por lo tanto, también cuando hablamos de avicultura, no podemos olvidar su impacto social y ambiental.
La industria avícola está buscando constantemente formas de mejorar su eficiencia sin apartarse del concepto de sostenibilidad. En este contexto, la aplicación de proteasas y alfa-galactosidasas, ha surgido como una solución prometedora para reducir el impacto ambiental de la producción avícola sin perder en productividad. |
Proteasas y Alfa-Galactosidasas en la Producción Avícola
La alimentación de animales monogástricos se basa principalmente en cereales y leguminosas como fuentes de energía y proteína.
En la dieta de las aves, las proteínas son una fuente importante de aminoácidos esenciales necesarios para un crecimiento y desarrollo adecuados.
Sin embargo, las proteínas presentes en los alimentos para aves a menudo son complejas y de difícil digestión, lo que puede limitar la absorción de nutrientes y conducir al desperdicio.
La soja es la fuente de proteína más utilizada en la alimentación animal. Su inclusión en la dieta está limitada por tener poca energía disponible debido a los factores anti nutricionales (oligosacáridos y polisacáridos no amiláceos o PNAs Figuras 1 y Tabla 2).
Los oligosacáridos y PNAs presentes en la soja y otras leguminosas reducen la digestibilidad de la dieta (Tabla 3) y:
- Aumentan la presión osmótica
- Aumentan el flujo hacia el lumen intestinal
- Aumentan la velocidad de tránsito y reducen la digestión y absorción de nutrientes
- En la sección final del intestino son fermentados
- Producen gases e hinchazón – Reducen el consumo y la eficiencia productiva
Las proteasas son enzimas responsables de romper los enlaces peptídicos en las proteínas, convirtiéndolas en aminoácidos más simples. En las aves, las proteasas endógenas son:
- Pepsina – presente en el estómago
- Tripsina, quimiotripsina, carboxipeptidasas A y B y elastasa – presentes en el duodeno
La suplementación de la dieta de las aves con proteasas puede mejorar significativamente la digestibilidad de las proteínas, permitiendo que más nutrientes sean absorbidos por las aves (Figura 2).
Esto no solo promueve un crecimiento más eficiente, sino que también reduce la cantidad de proteína no digerida excretada en las heces de las aves, disminuyendo así el impacto ambiental de la producción avícola.
Además, al mejorar la digestibilidad de las proteínas, las proteasas también pueden reducir la necesidad de agregar proteína a la dieta de las aves, lo que puede contribuir a una producción más sostenible al reducir la dependencia de fuentes de proteína de origen vegetal.
Las alfa-galactosidasas son enzimas responsables de romper los enlaces de azúcares complejos, como los oligosacáridos, en azúcares simples, como la glucosa y la galactosa (Figura 3). |
- En la dieta de las aves, los oligosacáridos no digeribles, como los presentes en algunos granos y leguminosas, pueden causar trastornos digestivos, como la fermentación excesiva en el intestino, lo que resulta en malestar y reducción de la eficiencia alimentaria.
La suplementación de la dieta de las aves con alfa-galactosidasas puede ayudar a descomponer estos oligosacáridos no digeribles, mejorando así la digestibilidad de los alimentos y reduciendo la incidencia de trastornos digestivos y mejorando el bienestar de los animales por una disminución de la incidencia de pododermatitis plantar (causado por el exceso de humedad y patógenos en las camas).
En resumen, los enzimas alfagalactosidasas hidrolizan los enlaces alfa-1,6-glucosídicos presentes en los oligosacáridos y otros PNAs (factores anti nutricionales de la soja y otras leguminosas) y:
Aumentan la energía disponible en la dieta
Neutralizan los efectos anti nutricionales de los oligosacáridos
- Permite una mayor digestión y absorción de nutrientes
- Reduce los residuos no digeridos –> Menos fermentación
- Reduce la incidencia de problemas digestivos y heces líquidas
- Reduce la incidencia de pododermatitis plantar
- Mejora el bienestar animal
- Mejora el rendimiento productivo
- Mejora la calidad (ausencia de lesiones) de los productos obtenidos (patas y carcasa)
Factores críticos en la selección de los enzimas a utilizar
Dos puntos deben considerarse en la elección de las proteasas y alfa-galactosidasas en la producción avícola:
- su termo estabilidad, ya que la gran mayoría de los piensos se suministran en forma de pellets;
- y el rango de acción considerando los diferentes pH del tracto gastrointestinal de las aves.
Es de suma importancia que los enzimas estén presentes y activos a lo largo de todo el aparato digestivo para que su eficiencia sea optimizada (Gráfico 1).
CONCLUSIÓN
La producción avícola enfrenta nuevos desafíos que van más allá de la rentabilidad de las operaciones. El uso de tecnologías que aún hoy son innovadoras, como los enzimas, ofrece oportunidades para mejorar la rentabilidad y reducir el impacto ambiental de la producción avícola.
Las proteasas y las alfa-galactosidasas son dos enzimas específicas que han demostrado ser especialmente prometedoras en la mejora de la sostenibilidad de la producción avícola. Al mejorar la digestibilidad de los alimentos y reducir la incidencia de trastornos digestivos, estos enzimas no solo promueven el crecimiento saludable de las aves, sino que también aumentan la eficiencia alimentaria y reducen el desperdicio, haciendo que la producción avícola sea más ambientalmente responsable.
Referencias bibliográficas y más información, contactar al e-mail: phalbio@phalbio.com.
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