Existe una amplia variedad de técnicas para aplicar vacunas a las aves de corral, pero con todas ellas, para lograr sistemáticamente una aplicación exitosa, es necesario prestar atención a los detalles.
Las técnicas de administración se ven limitadas considerablemente por los costos y el tiempo de trabajo, y estos factores deben tenerse muy en cuenta ya que afectan negativamente la calidad.
La mayoría de las aves criadas para la producción de carne reciben las vacunas a través de sistemas de aplicación masiva como:
- a inyección de huevos embrionados,
- la formación de aerosoles en la vacunación por aspersión
- y la dilución de la vacuna en el agua de bebida.
En todas estas técnicas los costos de la mano de obra son relativamente bajos. En el caso de las aves de ciclo de vida largo, las vacunaciones de las aves adultas se hacen mediante manejos individuales y esto representa un costo relativamente alto por concepto de mano de obra y tiempo.
La comprensión de los factores que influyen sobre los contaminantes de los equipos o del ambientales, la edad embrionaria o de las aves, el personal y sus necesidades de capacitación continuas y los principios subyacentes del proceso de vacunación desempeñan todos papeles significativos en la mejora de la aplicación, independientemente del método utilizado.
Las tendencias de vacunación en las incubadoras de pollos de engorde en EE. UU. (US Broiler-Health Market Tracker, Rennier 2017) durante los últimos 10 años han tenido un marcado aumento en las dosis de vacunas y el costo cuando son administradas en la incubadora en comparación con las que se aplican en el campo.
El valor de las vacunas aplicadas en las incubadoras ha crecido en aproximadamente $80 millones del 2007 al 2017 (Figura 1). Teniendo estos hechos en cuenta, el análisis se centrará en qué podemos hacer para mejorar la seguridad y la eficacia de la vacunación a fin de maximizar tanto el retorno de la inversión como el desempeño de las aves.
La vacunación exitosa en la incubadora es un esfuerzo coordinado de toda la cadena de producción animal que incluye la incubación, las prácticas de limpieza y desinfección, la operación de los equipos de vacunación in ovo, el retiro oportuno de los pollitos de las nacedoras y el alojamiento de los animales en la granja.
Estos procesos y las personas que los llevan a cabo interactúan de tal forma que pueden afectar la inmunocompetencia de las aves.
Los programas de vacunación más exitosos cuentan con funcionarios que supervisan los procesos claves como la incubación, la sanidad de la planta, la transferencia y vacunación in ovo así como el nacimiento y el alojamiento de los pollitos en la granja. Una interacción constante entre los servicios veterinarios y los de producción animal con el personal de la nacedora agrega otra capa de control de calidad.
Es importante establecer un paradigma de trabajo en el cual la comunicación, las interacciones y la comprensión de los detalles de la producción animal entre todos los grupos de la nacedora se consideren componentes claves de la evaluación de la calidad y no solo se analicen durante los períodos difíciles o de resolución de problemas. Las mejores prácticas se basan en una cultura de comunicación abierta, capacitación rutinaria y monitoreo de las aplicaciones de vacunas.
Algo fundamental para mejorar las técnicas de vacunación en las incubadoras es la comprensión y el control de los desafíos microbianos. Un exceso de desafíos microbianos en el área de preparación de la vacuna, el medioambiente del pollito que nace y el equipo utilizado en la aplicación de las vacunas pueden afectar negativamente la vacunación.
Las evaluaciones cuantitativas de bacterias y hongos (diarias, semanales, mensuales) de los puntos de control y equipos esenciales deben realizarse de manera exhaustiva para que todas las decisiones de manejo que se hagan estén sustentadas en datos y no en percepciones subjetivas.
Muestreos ambientales de las áreas de preparación de la vacuna (>150 incubadoras en los EE. UU.) reveló que hay importantes desafíos microbiológicos en las fuentes de aire y agua que pueden afectar negativamente la calidad de la vacuna (Figura 2).
Necesitamos mejorar la construcción y la bioseguridad de las áreas de preparación de las vacunas y las instalaciones.
Se pueden crear áreas de trabajo con una superficie estéril dentro del cuarto de preparación de la vacuna que será aplicada in ovo utilizando campanas de flujo laminar.
El tratamiento del agua en los puntos donde se usa, la mejora de la ventilación del ambiente, un acceso restringido y el control de inventario pueden reducir significativamente todos los desafíos microbianos en el área de preparación de la vacuna.
La limpieza de los ambientes y los equipos de ventilación de la incubadora que soportan el desarrollo de los embriones en su última etapa (después de la transferencia/vacunación in ovo) desempeñan una función en el control del tipo de microflora que queda residente.
Los programas de saneamiento y sustancias químicas deben de adaptarse a las características específicas de la incubadora, al tipo de máquinas empleadas, la calidad del agua y la época del año.
El monitoreo de los equipos de aplicación de la vacuna para verificar la esterilidad después de su uso y la limpieza a la que fueron sometidos también es una parte importante del control de calidad.
Se obtuvieron muestras para el análisis microbiológico de 120 diferentes gabinetes de vacunación por aspersión (un total de 450 muestras incluyendo las que se tomaron de los conductos de distribución de fluidos) en 57 diferentes incubadoras para evaluar las condiciones de limpieza del almacenamiento de estos equipos (Figura 3).
Los conductos de distribución de fluidos de los gabinetes de vacunación por aspersión estaban contaminados con bacterias más del 40 % del tiempo durante el almacenamiento nocturno después de la limpieza.
El monitoreo de rutina de las vías de la vacuna de los equipos de vacunación in ovo rara vez presentan contaminación; sin embargo, los recipientes de los fluidos que se emplean en el sistema de limpieza están expuestos continuamente a la contaminación ambiental.
Debemos hacer un mejor trabajo con las rutinas de saneamiento y mantenimientos diarios, semanales y mensuales de nuestros equipos de vacunación.
Con la eliminación de los antibióticos de las vacunas aplicadas en las incubadoras, existe un mayor riesgo de contaminación durante los procesos de mezcla y aplicación de la vacuna, específicamente con la vacunación in ovo.
El riesgo más alto se asocia con dos pasos cruciales:
- la apertura y extracción de la vacuna concentrada de Marek de la ampolla después de la descongelación y
- el proceso de ‘colgado’ y conexión de la vacuna al sistema de inyección mediante el uso de un trocar que se inserta en el tubo de conexión de la bolsa.
La contaminación inadvertida de la vacuna durante la reconstitución puede ocurrir debido a la transferencia de agua de baño de descongelación contaminada al vial o, con mayor frecuencia, por un llenado excesivo del vial durante el “enjuague” de la ampolla.
La obtención de muestras de los baños de descongelación de la vacuna de Marek en 169 incubadoras durante 2017/2018 reveló que >40 % estaban contaminados con bacterias.
Se recomienda agregar cloro al baño de descongelación (15 mL de blanqueador al 5-6% por galón de agua destilada) [3,78 l], lo que resulta en ~200 ppm Cl) para prevenir la contaminación del baño de descongelación (Figura 4).
Se recomienda secar completamente las ampollas antes de abrirlas. De manera similar, cuando la bolsa de la vacuna mezclada se conecta al sistema (bomba) de suministro de vacuna de la máquina de vacunación in ovo, la bolsa y el puerto de conexión se deben secar completamente antes de perforar el puerto de admisión de la bolsa con el trocar de la máquina.
En una evaluación reciente a gran escala de la eficacia del enjuague del vial de la vacuna de Marek se observó que hay solo un aumento nominal en las células viables que se rescatan de la ampolla y la tapa. Enjuagar las ampollas de la vacuna de Marek con diluyente fresco tras retirar la vacuna concentrada resulta en un “rescate” del ~ 1 al 5 % de células de fibroblastos de embrión de pollo de la ampolla y la tapa (Figura 5a, 5b).Quizás deberíamos considerar los riesgos de la contaminación bacteriana debido a este procedimiento teniendo en cuenta los cientos de veces que esta tarea debe realizarse sin errores y cuán negativo puede ser en el peor de los casos.
Finalmente, debemos tener en cuenta la etapa de desarrollo del embrión y el pollito nacido en el momento de la vacunación para optimizar y mejorar la respuesta de la vacunación.
El monitoreo de la progresión de la eclosión a través de la observación previa al nacimiento (12-15 horas antes de la extracción) permite establecer si la incubación se ha hecho apropiadamente y por lo tanto se ha producido una población “normal”.
Los pollitos subdesarrollados (eclosión tardía) plantean problemas significativos para la vacunación posterior con aerosol ya que no solo las aves están débiles, sino que su estado inmunológico se ha comprometido. De manera similar, la determinación del grado de desarrollo embrionario antes de la vacunación in ovo puede revelar si el embrión ha tenido dificultades crecer y por consiguiente si la calidad de la incubación ha sido buena o no.