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UE y EE.UU. polémica frente a cloración de pollos

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UE y EE.UU. polémica ante cloración de pollos

Una vez más, surgió la polémica entre la Unión Europea(UE) y Estados Unidos(EE.UU.) sobre la técnica de cloración de pollos, esta vez se produjo cuando el Secretario de Comercio Internacional del Reino Unido (RU) se reunió con su homólogo estadounidense para establecer acuerdos comerciales entre ambos países, tras el Brexit.

Durante la visita, el Secretario de Comercio Internacional británico, Liam Fox, señaló que estaría a favor de dejar de lado la prohibición de la UE de importar pollo desde Estados Unidos si resultara ser una barrera para llegar a establecer acuerdos comerciales entre EE.UU. y RU.

Desde ese momento, comenzó un enfrentamiento entre el Secretario de Comercio, Liam Fox, y el Secretario de Medioambiente, Michael Gove.

Por su parte, Michael Gove se ha opuesto a la sugerencia del Secretario de Comercio, Liam Fox, quien ha señalado que el Reino Unido debería estar abierto a la posibilidad de permitir que las aves tratadas con un proceso de lavado con cloro, lo cual está prohibido por la UE, como parte de un acuerdo comercial con EE.UU.

La polémica opaco el viaje de Fox a Estados Unidos, la semana pasada, para discutir el potencial acuerdo. Es más, Gove fue más allá, indicando que la reducción de los estándares ambientales o agrícolas sería un factor decisivo.

Además, Gove fue enfático en señalar en que Estados Unidos tendrían que “despedirse” de un acuerdo comercial si incluía tales importaciones.

El portavoz de Theresa May no respondió a una solicitud de comentarios y ha negado repetidamente responder preguntas sobre la protección de estándares alimentarios durante las negociaciones comerciales en el pasado – The Guardian.

Gove ha dicho que mantener la seguridad y la confianza del público en los alimentos es de la más alta prioridad, pero que es demasiado pronto para entrar en los detalles específicos y “hipotéticos”. Además, agregó “Cualquier acuerdo comercial futuro debe trabajar para los agricultores, las empresas y los consumidores del Reino Unido”.

Fox se ha enfrentado a duras interrogantes sobre el tema, pero ha insistido en que es un detalle menor en potenciales negociaciones complejas. Desestimó una pregunta acerca de si iba a comer un pollo lavado con cloro, diciendo que los medios estaban obsesionados con el tema, que era un “detalle de la etapa final de un sector de un posible acuerdo de libre comercio”.

Una fuente cercana al secretario de comercio fue citada por el Telegraph diciendo que creía que “los estadounidenses han estado comiendo pollo perfectamente seguro durante años” y que cualquier acuerdo comercial significativo con los Estados Unidos tendría que incluir la agricultura.

A pesar de la clara división del gabinete, Gove insistió en que el gobierno estaba unido en la necesidad de “no destruir nuestros altos estándares de bienestar animal o nuestros altos estándares ambientales en la búsqueda de cualquier acuerdo comercial”.

También se ha sumado la objeción de Gianni Pittella, líder del grupo socialista en el parlamento europeo, por su sugerencia de “indigestible”, que según él conduciría a la UE a introducir controles sobre las mercancías importadas desde el Reino Unido. “No vamos a aceptar una carrera a la baja en los estándares”.

Hablando en el programa Newsnight de la BBC, Fox llamó al Reino Unido a que podría aceptar productos como el pollo clorado y proteger sus estándares porque no había riesgo directo para la salud.

La UE prohíbe la práctica porque dice que los mataderos podrían confiarse en esto como un descontaminante y los productores sin escrúpulos podrían usarlo para hacer que la carne parezca más fresca.

Los movimientos para levantar la prohibición son presumiblemente opuestos a los productores británicos, porque el pollo estadounidense es significativamente más barato que el producido en el Reino Unido. Barry Gardiner, secretario de estado oponente, dijo que los comentarios de Fox mostraron que “Usted nunca debe confiar en Fox”.

Él manifestó que “Al discutir el caso de la cloración de pollos, Liam Fox muestra que está dispuesto a abandonar a los productores avícolas británicos a favor de las importaciones estadounidenses baratas que no cumplan con nuestros estándares de bienestar sanitario o animal”.

Barry Gardiner, enfatizó “Estados Unidos es nuestro mayor socio comercial fuera de la UE y representa el 17% de las exportaciones británicas. Queremos que esa cifra crezca y que se haga todo lo posible para apoyar a los exportadores británicos y reducir las barreras innecesarias al comercio, pero nunca a expensas de los intereses de los consumidores y productores británicos”.

Posición de la UE frente al clorado del pollo
La visión que tiene la Unión Europea es que es mejor prevenir que curar. Consideran que las intervenciones químicas al final de la cadena de producción y la cloración de pollos es solo una de varias técnicas utilizadas, son una manera de compensar una carencia de higiene adecuada en todas las etapas previas de producción.
Para realizar la cloración, los productores sólo tienen que darles a los pollos muertos un baño en agua clorada, un proceso mucho más barato que el uso sistémico de medidas de higiene durante toda la vida y muerte de las aves.

Un estudio de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sugiere que los beneficios para la salud pública al controlar los patógenos en la producción primaria del pollo son mayores que los de hacerlo al final de esa cadena. Puntualizan además que “las bacterias también pueden pasar de las granjas a los seres humanos por otras vías adicionales a la carne de pollo”.

Por eso, por ejemplo, las regulaciones europeas obligan a los trabajadores de las granjas avícolas a usar ropa y calzado específico y tienen normas detalladas para el transporte y sacrificio de los animales.
Monique Goyens, de la Organización Europea de Consumidores (BEUC), lo resumía así en 2014: “Esencialmente lo que nos preocupa no es la sustancia química en sí misma, sino el riesgo de que estos tratamientos se vean como una ‘solución rápida’ para limpiar carne sucia”.

Estados Unidos estima que esta es una técnica segura e inofensiva para el ser humano
Las soluciones antimicrobianas que se utilizan en la producción de pollo en Estados Unidos están aprobadas por el Departamento de Agricultura y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de ese país, que las consideran seguras para el consumo y eficaces para matar o inhibir el crecimiento de bacterias.
La técnica consiste en bañar al pollo después de su muerte en una solución antimicrobiana de agua clorada para matar bacterias y otros patógenos que causan enfermedades, como Salmonella y Campylobacter.

El cloro se usa en niveles específicos de concentración considerados inofensivos y aprobados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).

El Consejo Nacional del Pollo (NCC) de Estados Unidos cita varios estudios científicos estadounidenses que confirman que el uso de agua clorada no supone ninguna amenaza para la salud pública, sino al contrario, que la protege.

Añade además que si estas sustancias diluidas están presentes en el producto final es en una cantidad tan insignificante que no afecta al aspecto ni al sabor de la carne.

 

Finalmente, cuando se trata de llegar acuerdos comerciales siempre existen diversas visiones e intereses. En este caso, si se llega a importar pollo estadounidense al Reino Unido, se puede observar que los grandes perjudicados serían los productores avícolas británicos ya que no podrían exportar carne de pollo a la Unión Europea, debido a que la UE no cambiará sus estándares productivos y por ende no permitirán el ingreso de productos que no cumplan con éstos.

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