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Hay que tener atención a la recolección de muestras. Los errores dificultan el control de la contaminación.
“El precio de los principales granos usados en alimentos para animales experimentaron un aumento sin precedentes. En un año el maíz pasó a costar el doble y el precio de la soja aumentó el 75%, según el Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada (CEPEA/USP, Brasil). Este aumento de los costos de producción de aves y cerdos ha encendido un alerta: en tiempos de alto costo de los granos, más que nunca debemos estar atentos a la calidad de las materias primas”, resalta Tiago Birro, Gerente de Producto de Biomin para Latinoamérica.
Además del aumento de los precios, la producción agrícola se ve afectada por los cambios climáticos drásticos, lo que tiene impacto en el valor nutricional de los granos. Ante este escenario, la ocurrencia de micotoxinas en los insumos usados en alimentos para animales constituye un grave problema en las más diferentes regiones del planeta. Específicamente en Latinoamérica, la más reciente Encuesta Mundial de Micotoxinas de Biomin ha detectado la presencia de contaminación en el 68% de los alimentos y materias primas analizados.
El análisis fiable de la presencia de micotoxinas está al alcance de los productores. Todo ese cuidado garantiza la seguridad de los insumos y , cumpliendo las rigurosas reglamentaciones vigentes. “La recolección de muestras puede realizarse en cualquier período, pero ciertos momentos son más adecuados. Aunque métodos precisos estén disponibles, la estimación exacta de la concentración de micotoxinas en un lote más grande puede ser difícil debido a la distribución no homogénea. Eso se debe a que los hongos no se desarrollan de manera uniforme en el campo o en un silo de granos. Por esa razón, la literatura informa que el mejor momento de tomar una muestra es cuando los granos están en movimiento, ya que la contaminación o el muestreo quedan mejor distribuidos”, afirma Tiago Birro.
El especialista de Biomin toma como ejemplo un silo donde la recolección de muestras homogéneas es más difícil, a diferencia de lo que se observa en un camión, donde se tiene métodos para tomar pequeñas muestras en puntos distintos, las cuales formarán parte de lo que se conoce técnicamente como muestra compuesta.
“La recolección de muestras debe realizarse por un profesional calificado, siguiendo las instrucciones para hacerlo de manera adecuada. La capacitación es muy importante y su falta puede afectar negativamente el resultado final del análisis. El riesgo es grande. Los errores que se atribuyen a la recolección de muestras varían entre el 60% y el 90%”, comenta Birro. El especialista refuerza la importancia de la capacitación y de seguir cuidadosamente todas las etapas del proceso para tener resultados asertivos.
“Según el tamaño del lote, la recomendación es tomar 10 muestras simples de 100 g de diferentes puntos para formar muestras compuestas de 1 kg. Este método difiere de la técnica de recolección de muestras de 1 kg de un único punto, que no es eficaz porque nos da un resultado incompleto”, resalta el gerente de Biomin.
Hay una amplia variedad de pruebas para detección de micotoxinas disponibles en el mercado, como las tiras de prueba que pueden identificar, en general, hasta 4 micotoxinas: aflotoxina, fumonisina, deoxinivalenol y zearalenona. El ensayo inmunoenzimático en medio sólido (ELISA), que es capaz de identificar hasta 6 tipos de micotoxinas, incluye los mismos metabolitos de las tiras y permite también la detección de ocratoxina y toxina T-2. Otro método disponible es la cromatografía líquida acoplada a la espectrometría de masas (LC-MS/MS), que puede detectar 10-15 micotoxinas, según el laboratorio donde se realiza el análisis. La prueba ELISA analiza muestras de ingredientes, sobre todo soja, maíz, trigo y sorgo, mientras que el método LC-MS/MS permite analizar todos los ingredientes e incluso los alimentos.
“La tecnología disponible permite identificar un espectro más amplio de micotoxinas. Por ejemplo, la Universidad de Viena, en Austria, analiza más de 800 tipos de metabolitos, incluidas las micotoxinas emergentes que aún son poco conocidas. El Spectrum 380 ® es la herramienta actual con mayor amplitud de análisis del mundo. La elección del método depende de los riesgos del cultivo, condiciones climáticas, historial de contaminación y almacenamiento. Independientemente del método usado, el productor debe tener en cuenta que incluso bajas concentraciones de micotoxinas pueden afectar el desempeño de los animales, con efectos principalmente sobre los sistemas gastrointestinal e inmunológico. Analizar y gestionar los riesgos de contaminación es también una manera de aumentar la productividad del negocio”, complementa Tiago Birro.