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Utilización y manejo de vacunas en la incubadora

Escrito por: Juan Carlos Abad
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Utilización y manejo de vacunas en la incubadora

La utilización de vacunas en la planta de incubación se está convirtiendo en el enfoque estándar para la vacunación de rutina debido a la facilidad de administración, la posibilidad de estandarizar y optimizar el proceso completo y provocar el menor impacto en el bienestar animal en comparación con los diferentes tipos de vacunación en la granja. Sin embargo, un mantenimiento, refinamiento y capacitación continuos del personal son la clave del éxito.

Cada vez es más frecuente la utilización de vacunas en la incubadora, existiendo integraciones de pollos de engorde donde todo su programa vacunal se realiza solamente en la incubadora, incluso en el caso de las reproductoras y ponedoras la inmunización en incubadora cubre cada vez más enfermedades.

La mayor parte de las vacunas nuevas se han diseñado para su aplicación en la incubadora, lo que tiene ventajas respecto a la aplicación en granja. El procedimiento de vacunación se controla mejor y se utilizan equipos de vacunación más sofisticados y precisos tanto en la dosificación como en la distribución de la vacuna, mejores condiciones higiénicas en la preparación y reconstitución de la vacuna y una inmunización más temprana.

Esto nos obliga a que desde la incubadora tengamos que llevar diversos controles para asegurar una correcta vacunación:

CONDICIONES DE CONSERVACIÓN

Atendiendo a las condiciones de conservación manejamos dos tipos de vacunas diferentes:

Vacunas congeladas en nitrógeno. Cabe destacar que para la conservación de estas vacunas se utilizan dos tipos de contenedores:

Con nitrógeno seco: no debemos utilizar estos contendores durante más de 14 días, por lo que es necesario apuntar la fecha de recepción de estos contenedores.

Los viales de vacuna vienen colocados boca abajo en las varillas que se introducen en los canastillos del contenedor de nitrógeno, esto nos sirve para detectar si en algún momento se ha descongelado parcial o totalmente la vacuna. Siempre que encontremos vacuna en la tapa del vial debemos descartarlo.

Vacunas refrigeradas. En este grupo estarían tanto las liofilizadas como las vacunas de coccidia. Las recomendaciones de los laboratorios es conservar estas vacunas entre 2 y 8º C, para lo que podemos utilizar un frigorífico. En este caso es interesante tener un termómetro que nos registre las máximas y las mínimas que hay en el interior del frigorífico para asegurar que las condiciones de conservación de la vacuna son las idóneas. Teniendo cuidado que la vacuna no contacte con la pared del fondo del frigorífico que puede producir su congelación.

CONTROL DEL PROCESO DE PREPARACIÓN

Las vacunas que se mantienen en nitrógeno las tenemos que descongelar e introducirlas en diluyente, este proceso lo debemos hacer siguiendo estrictamente los protocolos de reconstitución para que no se produzca lisis celular lo que disminuiría la capacidad inmunógena de la vacuna y manteniendo unas estrictas condiciones de higiene para evitar cualquier contaminación de la vacuna y/o del diluyente.

En el caso de las vacunas liofilizadas y las vacunas de coccidia debemos de mantener unas adecuadas condiciones de higiene a la hora de medir los volúmenes de agua y disolver la vacuna.

Es indispensable contar con un lugar de preparación de vacuna que esté físicamente separado de la zona de producción y con presión positiva para minimizar los riesgos de contaminación a la hora de preparar la vacuna.

COMPATIBILIDAD DE LAS VACUNAS

Con la aparición de las vacunas recombinantes que habitualmente utilizan la cepa del Herpesvirus del pavo (HVT) del virus de la enfermedad Marek para introducir material genético capaz de producir inmunidad frente a otras enfermedades (ILT, ND, IBD…) surge la incompatibilidad de utilizar otra cepa de HVT diferente.

Cuando se utilizan dos cepas diferentes de HVT recombinantes o una cepa de HVT recombinante con otra normal, pueden competir por los sitios de adhesión celular impidiendo su replicación y la correcta inmunización de las aves. Es muy útil manejar una tabla de incompatibilidades de vacunas para evitar utilizar vacunas incompatibles.

En los programas de vacunación de Marek en las reproductoras y/o ponedoras a veces se utiliza doble dosis de vacuna de Marek, la primera in ovo y la segunda al día de vida, o bien vacunación y revacunación al día de vida. Cuando se utilizan cepas recombinantes siempre se debe utilizar la misma cepa recombinante en la vacunación y revacunación, esto puede encarecer mucho el programa de vacunación y en este caso se podría vacunar in ovo con la cepa recombinante + la cepa Rispens y revacunar al día de vida solo con Rispens.

La utilización de la cepa HVT y Rispens in ovo en lugar del día de vida es porque cuando utilizamos una cepa de virus HVT recombinante su capacidad de replicarse e inmunizar, según diferentes investigaciones depende de:

Las cepas de HVT se replican más rápidamente en el embrión del pollo (Sharma J.M.  Avian Diseases  31:570-576, 1987; Gimeno et al. Avian Diseases. 60(3): 662-8. 2016) y tienen menos interferencias cuando se combinan con otras cepas del virus de la enfermedad de Marek que cuando se utilizan al día de vida. ( Gimeno et al. Avian Diseases. 59(3): 400-9. 2015).

Con las vacunas respiratorias se nos puede dar el caso de que tengamos que utilizar diferentes cepas de vacuna o incluso diferentes vacunas respiratorias para diferentes destinos de pollitos el mismo día de nacimiento, y no es conveniente que pollitos que no llevan una determinada vacuna puedan inhalar esta vacuna cuando la estamos utilizando para vacunar otros animales o incluso que un mismo pollito pueda inhalar dos cepas diferentes de una determina enfermedad.

Para evitar estas situaciones debemos de programar adecuadamente las sesiones de vacunación durante el nacimiento, para seguir leyendo el artículo completo ingrese a “Manejo de vacunas en incubadoras”.

 

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