La elevación excesiva de la temperatura corporal es un problema importante en la producción de broilers, sobre todo en los meses de verano, en la que la elevada temperatura y humedad relativa, dificulta la disipación del calor, pudiendo llegar a ser letal.
Desde hace tiempo se investigan métodos que permitan monitorizar la temperatura interna de los animales. Sin embargo, los que se encuentran disponibles actualmente tienen limitaciones. La técnica más extendida consiste en tomar la temperatura a nivel cloacal; sin embargo a menudo da mediciones erróneas, ya que la propia manipulación del ave para colocar el termómetro, puede generar un estrés que aumente falsamente la temperatura del mismo. Existe también la posibilidad de la implantación quirúrgica de un dispositivo de registro de la temperatura dentro de la cavidad peritoneal; sin embargo, a nivel comercial, debido a su gran invasividad, este sistema es inviable.
Con el objetivo de encontrar un sistema que sea aplicable en la práctica diaria, y que permita obtener información precisa, Iyasere et al. (2017) llevaron a cabo un ensayo publicado en la revista científica Computers and Electronics in Agriculture, en el que validaron un método de medición de la temperatura corporal en Broilers mínimamente invasivo.
El experimento consistió en la implantación de un registrador de temperatura en el interior de la cavidad corporal y un microchip en la musculatura de la pechuga de 12 broilers, que posteriormente fueron colocados en un corral con otras 36 sujetos. Para poder hacer una lectura de la temperatura monitorizada por el microchip, se utilizó un termómetro infrarrojo. Se sometieron a los animales a un estrés térmico durante 3 días, midiendo el incremento de temperatura detectado, tanto por el registrador de temperatura interna, como por el microchip de ubicación superficial. Al comparar los datos recogidos, se observó una correlación entre el incremento de temperatura registrado por ambos sistemas.
De esta forma, se confirma la posibilidad de monitorizar la temperatura corporal de los broilers de forma precisa y sin necesidad a recurrir a técnicas invasivas, con la simple implantación de un microchip y la colocación estratégica de termómetros infrarrojos, lo cual redunda en un mejor control del bienestar animal.
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