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Vetagro plantea: ¿Es la seguridad alimentaria la próxima gran preocupación?

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Datos obtenidos de otras partes del mundo, con legislaciones similares desde hace más de 10 años, pueden transmitir una sensación optimista en relación a los resultados de productividad, por lo menos en el largo plazo. Sin embargo, las actuales VFD no prohíben totalmente los antibióticos que están siendo todavía utilizados para tratamiento, profilaxis y metafilaxis.

Por otro lado, cepas de Salmonella y Campylobacter son de gran preocupación desde la perspectiva de salud pública y seguridad alimentaria, como los principales patógenos transmitidos por los alimentos que habitan el intestino de los cerdos y las aves.

Mientras se desconoce de qué forma y cuando las VFD pueden impactar la prevalencia y diseminación de patógenos en alimentos de origen animal, se sabe que la Resistencia antimicrobiana (AMR) es una amenaza global. En la Unión Europea solamente hay alrededor de 25.000 muertes al año, asociadas con infecciones de microrganimos resistentes a antibióticos y con frecuencia hay cepas que presentan resistencias a más de un compuesto, como las Enterobacteriae resistentes a colistina.

A pesar que la data proveniente del Reporte del Sistema Nacional de Monitoreo de Resistencia Antimicrobiana para bacterias entéricas (NARMS, por sus siglas en inglés) muestra que la prevalencia de resistencia bacteriana de aislados de Salmonella y Campylobacter provenientes de aves, se mantiene estable a lo largo de los años (alrededor del 80% de la Salmonella aislada de humanos no presenta resistencia a ningún antibiótico), existe una tendencia creciente a la resistencia a ciprofloxacino en Salmonella desde 1996 y un incremento en aislados de  C. jejuni provenientes de carne de aves (1).

De nuevo, en aislados de Salmonella y Escherichia coli de pollos, pavos de engorde y en carnes, Resistencia a amplicilina (fluoro)quinolonlas, tetraciclinas y sulfonamidas son frecuentemente detectados, asi como alta resistencia a ciprofloxacino y tetraciclinas fue observada en aislados de Campylobacter en pollos y carne de pollo (2).

En un escenario tan incierto, no se descarta que se deban hacer aproximaciones a la producción animal y la seguridad alimentaria a partir de la perspectiva de un «uso sensato de antibióticos» y con un acercamiento integrado: la implementación de programas de vacunación, protocolos de bioseguridad, higiene, buenas prácticas de manejo y el uso de promotores de crecimiento no antibióticos, que pueden proveer la oportunidad para controlar enfermedades subclínicas e infecciosas, así como reducir la prevalencia de patógenos transmitidos por los alimentos.

Entre los promotores de crecimiento no antibióticos, los ácidos orgánicos (OA) son ampliamente aceptados como herramienta para control del balance microbiano en animales de interés zootécnico.

Recientemente, los extractos botánicos también han llamado la atención de los productores de aves y cerdos en Estados Unidos, Europa y Asia como una nueva estrategia para mantener la producción en niveles deseables. Debido a sus propiedades antimicrobianas específicas, estos compuestos también pueden ser estudiados y utilizados para la prevención de colonización del intestino por patógenos transmitidos por los alimentos (3).

Datos de nuestro Laboratorio muestran una alta actividad antimicrobiana in vitro de ácidos orgánicos y compuestos botánicos contra Salmonella, Escherichia coli, y Campylobacter (4-6): Experimentos conducidos para probar la actividad antimicrobiana de los OA y compuestos botánicos a través del método de concentración mínima inhibitoria, revela que los ácidos orgánicos cuando se combinan con compuestos naturales idénticos, como los monoterpenos, fueron más efectivos contra S. typhimurium o C. jejuni que aquellos probados en forma individual, soportando fuertemente la acción sinérgica de estos tipos de compuestos (4-6).

El mecanismo de acción propuesto como base de la sinergia entre los ácidos orgánicos y compuestos naturales idénticos envuelve el efecto permeabilizador de los compuestos botánicos que alteran la membrana de las bacterias, facilitando eventualmente la entrada de los ácidos orgánicos y por consiguiente la acción antimicrobiana (4).

A pesar de estos resultados promisorios in vitro, la eficacia de estos compuestos in vivo es inherentemente limitada por la rápida absorción gástrica, lo que evita que puedan alcanzar la parte posterior del intestino, donde ocurre la mayor parte de la colonización microbiana.

La microencapsulación en matriz de lípidos en forma eficiente, permite la liberación lenta de los principios activos en el intestino delgado (7) y la mezcla de ácidos orgánicos y compuestos botánicos microencapsulados mostraron actividad antimicrobiana in vivo contra Campylobacter en pollos de engorde y contra Salmonella tanto en aves como en cerdos (8,5,9).

El ácido sórbico y monoterpenos microencapsulados fueron capaces de reducir en 2 Logs el contenido de Salmonella en los ciegos de pollos de engorde desafiados tanto con Salmonella Hadar o Enteritidis con un rango de dosis de 0.03 hasta 0.5% (8) y para reducir la prevalencia de Salmonella fecal en cerdos en un desafío controlado con S. typhimurium y en condiciones de producción cuando fueron incluidos en la dieta a razón de  5 g/kg (9).

Adicionalmente, la mezcla de ácidos orgánicos y compuestos botánicos al 0.1% y 0.3% redujeron efectivamente en  3-4 Log el contaje de Campylobacter jejuni a nivel de ciegos, en pollos infectados experimentalmente a la edad de sacrificio (5).

Vetagro estará presente en la edición 2018 de la PSA Latin American Conference, a celebrarse en Campinas, Brasil, del 6 al 8 de Noviembre, presentando el trabajo:

¿Pueden los aditivos alimenticios mejorar la eficacia de los antibióticos contra E.coli?

¡Los esperamos!

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