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La vacunación in ovo seduce a una incubadora en Irlanda

Escrito por: Maëva Jégou - PhD Animal nutrition and physiology
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vacunación in ovo ceva

La empresa irlandesa Western Brand equipó su incubadora con una máquina para realizar vacunación in ovo. La empresa se unió a las 1051 incubadoras europeas involucradas en el C.H.I.C.K. Program para monitorear las buenas prácticas de la vacunación. Desde entonces, la tasa de mortalidad y el uso de antibióticos se han reducido significativamente. Se observó una ganancia de peso de 100 g y una mejor protección.

Western Brand

Western Brand produce 36 millones de pollos de engorda (convencionales y de cría al aire libre) al año. La empresa se encuentra involucrada en cada sector de la producción avícola, desde las aves reproductoras (adquiridas de Moy Park), hasta el frigorifico y, obviamente, la incubadora.

La pechuga se vende en el mercado irlandés, mientras que las piernas y los muslos son exportados a África y Asia.

Hace 10 años, la empresa adquirió una incubadora, la cual fue completamente renovada.

“El equipo es completamente nuevo y la productividad se ha multiplicado cinco veces en comparación con el principio, para cubrir la demanda del frigorifico”, dijo Diamaid Kirby, Gerente de Agricultura de Western Brand.

La incubadora suministra 1 millón de pollos por semana a las granjas, lo cual representa la mitad de la producción nacional de Irlanda.

Para mejorar el desempeño y reducir el uso de antibióticos, “hemos suspendido la vacunación en granja y hemos optado por la vacunación in ovo en la incubadora contra la enfermedad de Gumboro desde marzo de 2018” añadió.

Siguiendo los consejos de Ceva, Western Brand equipó la sala de transferencia con equipos desarrollados por Ecat-iD (bajo la supervisión de Ceva).

Por lo tanto, la incubadora se unió a las 1051 incubadoras auditadas por Ceva como parte del programa C.H.I.C.K, un servicio dedicado a ayudar a las incubadoras a controlar las buenas prácticas de la vacunación.

En este programa, cada 6 semanas se reúne y se analiza información sobre la eclosionabilidad, la calidad de los pollitos y los huevos no eclosionados.

Cada 6 semanas se somete un reporte para asegurar un seguimiento de las asesorías dadas en relación a el almacenaje, la preparación y la administración de las vacunas (vía in ovo o spray).

UN PODEROSO EFECTO PARA LOS POLLITOS

LaserLife permite la detección temprana de los huevos infértiles, contaminados y de huevos que contienen embriones muertos.

El Pasgar Score (una versión simplificada del puntaje Tona) es utilizado para evaluar la calidad de los pollitos. Mientras más alta sea la puntuación, mayor será la calidad del pollito.

Un equipo tradicional de observación visual del huevo, proporciona un puntaje Pasgar de 9.54, “con LaserLife, se eleva a 9.71, junto con la mejoría de la calidad del huevo”, dijo Diarmaid.

Además, el puntaje Pasgar varía de 8 a 9.5 con un sistema tradicional de observación, y aumenta de 9.5 a 10. “Gracias al LaserLife, se observa una mejoría en la homogeneidad de la calidad de los pollitos”, añadió.

Para evaluar el efecto de la inversión, se llevó a cabo un estudio de 3 meses en la incubadora. “Con la vacunación en granja, la vacuna se distribuye vía oral en el agua de bebida y la edad promedio al sacrificio era de 36.4 días. Con la vacunación in ovo, esta disminuyó a 35.4 días, representando una ganancia de un día”, remarcó.

Además, el peso corporal a la misma edad es 100 g mayor en las aves vacunadas in ovo. Las vacunas se administraban a nivel de granja a los 17 días de edad, mientras que ahora se inyectan después de los 18.5 días de incubación (de acuerdo con la recomendación de Ceva). Por lo tanto, “la curva de crecimiento no muestra ninguna caída, lo cual puede explicar la ganancia de 100 g al final del proceso”, justifica.

“El animal no se encuentra expuesto durante el periodo de crecimiento a ningún estrés debido a la vacunación, por lo que el crecimiento no se ve afectado por un estrés de 2 a 3 días debido a la vacunación y se evita el fenómeno de inmunosupresión” añadió Zejka Ervacinovic, gerente de servicios veterinarios de Ceva.

“Mientras más temprana sea la estimulación, se tendrá una mejor defensa inmune para el pollito, tanto a corto como a largo plazo”, dijo. La CA es de 1.7 con la vacunación en granja, pero llega a 1.6 con la vacunación in ovo.

A la edad al sacrificio, la tasa de mortalidad fue de 4.8%, “La vacunación in ovo redujo la mortalidad en 1% para llegar a un 3.8%”, añadió Diarmaid.

En las 130 granjas, el coeficiente de variación (CV) que representó la calidad de la vacunación era de 13 a 280% (debido a problemas con la conservación de la vacuna y su administración en la granja), pero “con la vacunación in ovo, el CV es de 10 a 40%, por lo que la protección es más homogénea y eficiente”, remarcó.

“Uno de los beneficios de la vacunación in ovo es la deducción de la mortalidad, la cual disminuyó de entre 4 y 5% a 1%”, dijo. La contaminación bacteriana del huevo y los huevos contaminados que explotan durante el proceso de incubación tienen una incidencia en la mortalidad del embrión, ya que reducen la eclosionabilidad y la calidad del pollito. “LaseLife evita estos problemas”, remarcó Zeljka.

La tasa de eclosionabilidad en Western Brand es de 84.5%. El uso de antibióticos se redujo; en 2015 la empresa utilizó 9.5 mg/kg. En diciembre de 2015, la implementación de la suplementación de un probiótico hizo que el uso de antibióticos disminuyera a 6.5 mg/kg en 2016, para llegar a 3.5 mg/kg en 2017 y 1.47 mg/kg en 2018 (con la vacunación in ovo).

Actualmente, “el 92% de las aves no son expuestas a antibióticos”, Diarmaid lo dice con orgullo. Los beneficios económicos después de la reducción de los antibióticos se invierten para mejorar el desempeño de las granjas. La inversión en el LaserLife se ha pagado en menos de seis meses.

En la sala de transferencia, manejada por dos empleados, se procesan 60,000 huevos/hora; 4,800 huevos de entre 18 y 18.5 días de edad son colocados en un carrito que rota para permitir el acceso de las rejillas a la máquina.

Los huevos recolectados en las unidades reproductoras son sometidos a observación mediante LaserLife, para desechar los huevos contaminados e infértiles y los que contengan embriones muertos. Los huevos con embriones vivos son detectados mediante termografía y un análisis infrarrojo.

VACUNACIÓN IN OVO

Se genera un mapa de la bandeja de incubación.

Si el huevo contiene un embrión muerto, se pinta de rojo.

Si es infértil, se pinta de blanco.

Si puede continuar el proceso, se pinta de verde.

Posteriormente, únicamente los huevos “verdes” permanecen en la bandeja, los otros son retirados y destruidos. Los huevos fértiles se trasladan al Egginject (Ceva/Ecat-iD) para ser vacunados. Los huevos son desinfectados antes de la inyección para evitar contaminación cruzada. Cada inyector es desinfectado justo después de cada inyección.

“Se llevan a cabo dos presiones. La primera permite que la aguja rompa el cascarón, la segunda es adaptable en términos de profundidad para inyectar la vacuna en la posición correcta, dependiendo de la posición del embrión”, explicó Diarmaid.

Dentro del cascarón se encuentran cinco compartimentos: cámara de aire, líquido alantoideo, embrión, yema y líquido amniótico. Para que la vacuna sea eficiente, puede ser inyectada directamente vía subcutánea al embrión o en el líquido amniótico.

Antes de la reconstitución, las vacunas son almacenadas en un refrigerador que se deberá encontrar en una habitación dedicada únicamente a este fin, a un lado de la sala de transferencia. “Una bolsa de vacuna reconstituida sirve para vacunar 20,000 huevos”, dijo.

Para cumplir las recomendaciones del programa C.H.I.C.K, es obligatorio desinfectarse las manos y utilizar cubre zapatos de plástico antes de ingresar a esta habitación.

Un colorante azul se añade a la vacuna para verificar su correcta aplicación en los huevos. Todos los días, esta habitación se limpia y desinfecta. Para asegurar la eliminación final de los patógenos, se instaló una lampara de rayos UV, “la cual evita contaminación cruzada”, añadió.

Todos los días, una persona asegura la reconstitución de las vacunas. Solamente cuatro personas son entrenadas en la incubadora para esta tarea específica, y toman turnos.

Posteriormente, los huevos son transferidos a canastas, las cuales son apiladas en un carrito para llevarlas a las incubadoras.

Cuando los huevos se reciben de las granjas reproductoras, son enviados a una sala de fumigación para su desinfección.

Después se trasladan a una sala de almacenamiento, la cual cuenta con condiciones controladas (humedad y temperatura). Posteriormente, los carritos se colocan en las 30 incubadoras Petersime, cada una de las cuales tiene una capacidad de 115,200 huevos.

Estos se incuban entre 18 y 18.5 días antes de transferirlos al lugar donde se vacunan.

Después de la transferencia son colocados en las nacedoras hasta los 21 días o durante 20 horas.

SPRAY DE GEL PROBIÓTICO

“La incubadora produce 50,000 pollitos por hora”, 3 días a la semana. “Gracias a la eliminación de los huevos contaminados, el área huele bien”, remarcó Diarmaid.

Las canastas tienen una capacidad de 150 huevos. Después de la eclosión se colocan en una cinta transportadora, donde los cascarones se retiran mecánicamente. Los pollitos débiles se retiran manualmente.

Los pollitos se colocan en cajas de 100. Reciben una solución de un gel que se rocía en la caja: Biacton Zoolac Plus Combo. “Queremos estabilizar la digestión y balancear la flora intestinal”, explicó Diarmaid. Zeljka añadió que “una vacuna contra la bronquitis infecciosa se rocía en las cajas para inmunizar a las aves” (serotipo Massachusetts).

El probiótico es reconstituido con agua desmineralizada y un colorante en gel por personal entrenado en una habitación exclusiva para este fin.

El agua se purifica en la incubadora mediante un sistema Ecosoft. Después de este proceso, los pollitos son entregados a las granjas en camiones adaptados (150,000 aves por camión).

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