La eclosión temprana significa, por tanto, una desventaja debido al prolongado período de ayuno y deshidratación que puede originar
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Los pollitos son animales precoces y buscan alimento inmediatamente tras su nacimiento, iniciándose su crecimiento desde el momento cero de su vida.
Sin embargo, como se muestra en la Figura 1, en la incubadora los huevos de una misma bandeja pueden eclosionar en un espacio de tiempo de hasta 48 horas, tiempo durante el cual los pollitos que han nacido antes se quedan sin acceso a alimentación durante horas.
La eclosión temprana significa, por tanto, una desventaja debido al prolongado período de ayuno y deshidratación que puede originar
Además de la ventana de nacimiento —espacio de tiempo durante el cual se completa la eclosión de todos los huevos—, el manejo de los animales en la planta de incubación (ej. sexado, clasificación, vacunación etc.) y el transporte hasta la granja implican un nuevo período de espera, en el que los pollitos seguirán perdiendo peso debido a su deshidratación, así como a la utilización de yema y músculo.
Los pollitos normalmente pueden ser retenidos, dependiendo de los factores mencionados, hasta 72 horas antes del primer acceso al alimento y al agua, produciéndose ciertos efectos negativos:
Hoy en día, dichos efectos son aún más pronunciados ya que las estirpes modernas de pollo de engorde se caracterizan por una tasa metabólica elevada en comparación con las estirpes de hace unos años.
«Todos estos efectos conducirán a un detrimento irreversible del rendimiento productivo y enlentecimiento del crecimiento hasta el sacrificio»
En esta primera parte del trabajo se aborda la importancia del período perinatal en el desarrollo intestinal e inmunológico del pollito así como los avances en la alimentación in ovo de los embriones.
Importancia de la alimentación perinatal
En la actualidad, los pollos de engorde alcanzan antes el peso de sacrificio que hace unos años atrás, representando el período de incubación más la primera semana de vida una gran parte de toda su vida.
Los procesos que ocurran durante el período perinatal —justo antes de la eclosión y durante los primeros días de vida— tendrán un gran impacto sobre el crecimiento del pollo a lo largo de toda su vida.
Altas tasas de crecimiento
Las altas tasas de crecimiento (>70 g/día de media) de hoy en día precisan de una reevaluación de los aportes de nutrientes durante el período perinatal. Cada gramo de peso adicional a los 7 días de edad se traduce en 5 g de peso corporal extra en el día 49 —Leeson y Summers, 2001—. Por lo tanto, un retraso en la alimentación en los primeros días de vida reducirá el peso corporal final.
El período perinatal es crítico para el desarrollo intestinal. Cuanto antes se complete dicho desarrollo, más rápidamente podrá el pollito utilizar los nutrientes de la dieta, alcanzando así su potencial de crecimiento genético, a la vez que estableciéndose un sólido sistema inmune.
Alimentación del embrión —in ovo—
Hoy en día, existe un método para la alimentación del embrión mediante la inoculación de nutrientes en el líquido amniótico del huevo en la última fase del desarrollo embrionario. Aunque todavía no exista un marco normativo que lo regule en la Unión Europea, en otros países grandes productores de carne de pollo como Estados Unidos o Brasil, se trata de una práctica en aumento. Será cuestión de tiempo que la alimentación in ovo acabe introduciéndose también en Europa.
Inoculación de nutrientes en el huevo
En el momento de la inoculación de nutrientes en el huevo, el futuro pollito ha empezado a ingerir líquido amniótico, con lo cual los nutrientes inoculados en dicho líquido llegarán sin problema alguno al intestino embrionario.
Alimentación in ovo con aminoácidos
Shafey y col. (2014) inocularon una mezcla de lisina, arginina, glutamina, glicina y prolina en huevos con 15 días de incubación y observaron no sólo un incremento significativo del peso del embrión respecto al peso total de huevo en comparación con el grupo control, sino que además observaron mejoras significativas en el rendimiento productivo de los pollos durante las tres primeras semanas de vida.
De forma similar, Coşkun y col. (2014) demostraron el efecto positivo de la inoculación de DL-metionina en el líquido amniótico a los 16 días de incubación, observándose un mayor peso relativo del pollito respecto al peso total del huevo (72.7%) en el grupo inoculado, en comparación con el grupo control (70.0%). Resultados similares habían obtenido Kadam y col (2009), quienes observaron un efecto positivo de la inyección in ovo de treonina sobre el peso de los pollitos en la eclosión. Más recientemente, Kermanshahi y col. (2017) indicaron que la inoculación de treonina en huevos de cordorniz deriva en un incremento de la longitud y del área de superficie de las vellosidades intestinales en los pollitos recién nacidos.
Inoculación de arginina
La arginina participa en diversas vías metabólicas que producen una serie de compuestos biológicamente activos, los cuales también contribuyen a maximizar el potencial de desarrollo del embrión, estimulando la secreción de hormonas de crecimiento (Kusharska-Gaca y col., 2017). En la actualidad el efecto de la inoculación in ovo de arginina sobre el desarrollo embrionario y el rendimiento productivo de los pollitos eclosionados está siendo motivo de diversos estudios (Yu y col, 2018; Gao y col, 2018 a,b).
El efecto positivo de la inoculación de arginina en huevos con 17,5 días de incubación sobre el desarrollo del tracto gastrointestinal de los pollitos durante la primera semana de vida y sobre la morfología de las vellosidades intestinales ha sido recientemente demostrado por Gao y col (2018a), como se muestra en la Figura 3.
Gao y col., 2018b han demostrado que el efecto positivo de la inoculación in ovo de arginina se prolonga hasta el final del engorde de los pollos, como se observa en la Figura 4. La inoculación de aminoácidos en los últimos estadios de la incubación tiene un efecto positivo sobre el crecimiento de los órganos linfoides como observaron Gaafar y col. (2013), contribuyendo al establecimiento de un sólido sistema inmune en periodo perinatal.
Alimentación in ovo con azúcares
El rápido crecimiento del embrión va asociado a una gran demanda de energía. La glucosa se almacena en embriones principalmente en forma de glucógeno en hígado y músculos. Sin embargo, esta fuente natural de glucosa no cubre las necesidades metabólicas del embrión en sus últimas fases de desarrollo, teniendo que recurrir a la gluconeogénesis a partir de los lípidos o proteínas disponibles y, consecuentemente, comprometiendo el crecimiento del embrión.
Tal como indican en su reciente revisión Kucharska-Gaca y col. (2017), la administración de diferentes tipos de carbohidratos (glucosa, sacarosa, maltosa, dextrina) in ovo, en el amnios, indudablemente aumenta el nivel de disponibilidad de energía para el embrión y reduce el consumo de energía del metabolismo de proteínas y lípidos. Sin embargo, Zhai y col. (2011) recomiendan no inocular fructosa, porque en comparación con otros carbohidratos, disminuye el peso corporal de los pollitos. El aumento de peso corporal de los pollos tratados con carbohidratos durante el desarrollo embrionario puede estar relacionado con una mejora del desarrollo del sistema gastrointestinal de pollitos de un día, tal como confirmaron las investigaciones de Bhanja y col. (2008) y de Kornasio y col. (2011) al inyectar glucosa y dextrina, respectivamente, en huevos fertilizados en el día 18 de incubación.
Smirnov y col (2006) observaron como la inoculación conjunta in ovo de distintos carbohidratos (sacarosa, maltosa y dextrina) a los 17,5 días de incubación produce un mayor desarrollo morfológico del epitelio intestinal, mayor número de células caliciformes así como una mayor expresión genética de mucinas, primera barrera protectora contra patógenos, en el intestino de los pollitos eclosionados —Figura 5—, contribuyendo a su buena salud durante las primeras horas de vida.
Alimentación in ovo con vitaminas
Durante el desarrollo embrionario se dan gran número de procesos oxidativos a partir de los lípidos de la yema, acompañados por la producción de una gran cantidad de radicales libres, los cuales conducen a daño a nivel celular por la degradación de ácidos grasos poliinsaturados en las membranas celulares. La presencia de vitaminas en el huevo contrarresta los efectos negativos de los radicales libres y por lo tanto protegen el embrión contra el daño celular
La administración in ovo de vitaminas exógenas contribuye al crecimiento de los pollos de engorde y puede modular su resistencia a sufrir enfermedades (Kucharska y col., 2017). El efecto de la inoculación de vitaminas en huevos fértiles ha sido demostrado por distintos autores (Bhanja y col., 2007; Nowaczewski y col., 2012; Selim y col, 2012; Goel y col., 2013; Salary y col., 2014; Yair y col. 2015; Sgavioli y col., 2016).
Las vitaminas más utilizadas en dichos estudios han sido la A, B1, B2, B6, C, E y D3, siendo los principales efectos observados:
Inoculación de probióticos in ovo
Además de aminoácidos, azúcares o vitaminas, la inoculación de probióticos en huevos fértiles se ha convertido en una práctica muy extendida en aquellos países donde la alimentación in ovo está implementada.
Cabe destacar los trabajos realizados en los últimos años por el Dpto. de Ciencia Avícola de la Universidad Estatal de Mississippi. Este equipo demostraron que la inoculación de 1,4 x 107 unidades formadoras de colonias de una cepa de Enterococcus faecium en huevos fértiles de 18 días de incubación reducía la mortalidad de los pollitos durante la primera semana de vida en un 50% (Beck y col., 2016). Posteriormente, se ha confirmado que Enterococcus faecium coloniza el intestino de los embriones y permanece en él como mínimo durante los siete primeros día de vida de los pollitos (Blanch y col., 2017).
Más recientemente, el mismo equipo de Mississippi (Dittoe y col., 2018) observó que la inoculación in ovo de Enterococcus faecium deriva en un aumento significativo del peso de cada segmento gastrointestinal en relación con el peso corporal en pollitos de 12 horas de vida —Tabla 1—. En el mismo trabajo se observó que el saco vitelino, a las 12 horas tras la eclosión, era más pequeño en aquellos pollitos originarios de huevos inoculados con probiótico, indicando que éstos habían utilizado mejor los nutrientes disponibles en el saco durante los últimos días de incubación.
Inoculación de prebióticos in ovo
De forma similar, se ha observado que la administración in ovo de mananooligosacáridos da lugar a un pollito tras la eclosión con enterocitos más maduros y una mayor capacidad digestiva y de absorción en el primer día de vida (Cheled-Shoval y col., 2011).
La administración de distinto tipos de nutrientes antes de la eclosión mediante la inoculación de los mismos in ovo parece ser una buena estrategia para promocionar no sólo la viabilidad de los pollitos recién nacidos, sino también el crecimiento y el sistema inmune de los pollos de engorde a lo largo de toda su vida.
En la segunda parte de este trabajo de revisión, se abordarán aquellas posibles estrategias alimentarias inmediatamente tras la eclosión y durante los primeros días de vida del pollito…