Factores a considerar a la hora del traslado
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Una vez que se ha determinado el momento del traslado de pollitas a la nave de puesta, por la edad de las aves, por su peso corporal y por su estado sanitario correcto, se procederá a establecer la logística del transporte, el cual estará muy vinculado al proceso de la carga, el tipo de contenedores del vehículo y el personal que la llevará a efecto.
Factores a considerar a la hora del traslado
Debemos verificar con análisis serológicos y laboratoriales el estado sanitario, microbiológico e inmunológico de nuestras aves.
También debemos asegurarnos, en el caso de camperas o de suelo, que están exentas de parásitos intestinales.
Debemos tener en cuenta la edad a la que trasladamos nuestras aves teniendo en cuenta la trayectoria de su peso corporal, así como su homogeneidad.
La edad un factor limitante dado que a partir de los 120 días de edad, no es recomendable su manejo, debido a que la fase de formación de los folículos ováricos ya ha comenzado, y un manejo deficiente, ocasiona roturas de estos folículos ováricos , una posterior peritonitis y la muerte del ave.
La determinación del día/días del traslado y hora a la que comenzar el traslado hay que hacerlo teniendo en cuenta; si es verano, las horas más frescas del día o la noche y si es en invierno, las horas más templadas del día.
Siempre debemos procurar que las aves estén el menor tiempo posible sin comer y a la vez no lo hagan con un buche excesivo que las pueda acarrear problemas, intentando siempre que durante este manejo pierdan la menor cantidad de peso posible.
En el caso de aves en batería no hace falta, pero con recrías en suelo, hay que retirar previamente la gallinaza de los pasillos, para que los carros de la carga puedan ser transportados fácilmente por la nave, sin riesgo de volteo, evitando así un mayor estrés.
Las aves estarán confinadas en los habitáculos de las naves de recría, para poder ser manipuladas de una forma más fácil y delicada posible, intentando así evitar amontonamientos, asfixias y produciendo el menor estrés posible.
Las aves serán así recogidas de dichos espacios y colocadas en las diferentes jaulas de los carros de transporte, respetando las densidades establecidas por la normativa de bienestar animal, así como teniendo en cuenta, el tamaño corporal del ave, su peso, y dimensiones de las jaulas, intentando así rebajar golpes, estrés o asfixias entre ellas.
Todo este proceso de colocación de las aves en el interior de las jaulas de los carros, ha de ser realizado por personal previamente formado e informado sobre leyes y disposiciones vigentes sobre transporte, manejo y bienestar animal, así como estar cualificado y capacitado para el manejo de dicha actividad.
A su vez, este personal debe estar supervisado por un encargado que en todo momento velará por el bienestar animal y por el menor estrés para el ave posible.
Una vez completados todos los carros que sean posible, tras su relleno dentro de la nave, éstos se irán colocando distanciados unos de otros con el fin de que pueda fluir la ventilación entre ellos, hasta el momento de ser cargados en el camión.
El camión responsable del traslado, así como toda su dotación de carros y enseres, tiene que haber sido lavado, desinfectado y certificada dicha desinfección.
Además debe cumplir con todas las disposiciones oficiales relacionadas con el correcto manejo y disposición del espacio, capacidad de carga y todos los requisitos legales para su movilización tales como seguros, guías sanitarias, etc.
De la misma forma tiene que poseer aquellos sistemas que le permitan proteger a las aves durante dicho transporte de los diversos factores atmosféricos como viento, agua, frío o calor.
El conductor también tiene que haber sido formado para la realización de dicha tarea fundamentándose en el bienestar animal, intentando en todo momento evitar diferentes situaciones bruscas, durante el viaje, carga y descarga de las aves, que puedan ocasionar golpes bruscos, asfixias, etc. y asegurar en todo momento el flujo de aire entre la carga, realizando trazados continuos sin paradas.
A la llegada del camión a la nave de puesta, ésta debe poseer un buen recinto a la entrada de la nave para que la descarga sea lo más segura, eficiente y rápida posible, estando a su vez protegida frente a posibles fenómenos atmosféricos que se puedan dar. De ésta forma, comenzará la descarga de las aves en la nave de puesta.
La descarga se realizará, igual que la carga, desalojando e introduciendo los carros en el interior de la nave, distribuyéndolos y separándolos entre sí para que todos ellos puedan estar ventilados.
Preparación de la nave de puesta para la recepción pollitas
Estado previo de la instalación
Previamente a la recepción de las pollitas recriadas en su nuevo alojamiento de puesta, debemos comprobar el perfecto estado higiénico-sanitario y microbiológico de la nave , verificando y certificando su perfecto lavado y desinfección, mediante los consiguientes análisis laboratoriales.
A partir de aquí, procederemos a chequear los sistemas de alimentación y del agua con la comprobación de la presión y caudal de agua en las líneas, así como asegurar que cada una de las tetinas están operativas y no obstruidas, y que las tuberías han sido totalmente higienizadas en su interior, eliminando restos de biofilm, cal, etc.
También es importante, dependiendo el tipo de tetina, determinar la cantidad de agua/minuto que puede aportar cada tetina, este valor debe encontrarse entre 80/100 ml por minuto, esto es determinante, ya que el ave come en función de lo que bebe.
La alimentación es un factor a tener en cuenta, ya que es importante que el alimento esté ya depositado en las canales cuando las aves lleguen, y que la velocidad de reparto de las cadenas sea más bien rápida, para que las aves no puedan seleccionar mientras está repartiendo, sobre todo en el caso de pienso en harina.
Sistemas de iluminación
La iluminación también debe estar preparada y comprobada para poder continuar en un principio con la misma intensidad y número de horas que en la recría, para posteriormente ir alargando el programa lumínico.
Cama en el suelo
El suelo de la nave, una vez descargadas las aves, lo cubriremos con una fina capa de cama, para evitar que las aves se patinen cuando bajen al suelo.
Descarga de las pollitas en la nave de puesta
Así pues, con todo ya preparado, procederemos a la descarga de las pollitas, de forma delicada y homogénea, en cada uno de los departamentos en que están divididas las naves, evitando así, posibles amontonamientos masivos y asfixias.
Las primeras 24-48 horas
Las aves serán depositadas en el sistema, en un primer momento, y sin contacto con el suelo durante un pequeño espacio de tiempo, de 24 a 48 horas, para que se adapten lo más rápido posible a dicho sistema y aprendan dónde se encuentran los puntos de agua y pienso cuanto antes.
Reparto homogéneo
Es importante, el reparto homogéneo por toda la nave, así como también por las diferentes alturas del sistema.
Debemos considerar que los cargadores siempre tenderán a la descarga mayoritariamente por las zonas más bajas del sistema, dado que será lo más fácil para ellos, pero no lo más conveniente para el reparto más ágil de las aves por todo el sistema.
Una vez las aves ya estén repartidas, se sacarán de la nave todos los carros de transporte, para poder chequear que todas las aves se puedan desplazar libremente por el sistema sin ningún elemento que se lo impida, excepto la malla que las mantendrá confinadas en el sistema durante unas horas, asegurándonos que ninguna ha quedado en el suelo aislada.
Condiciones de manejo
Las condiciones de manejo serán las mismas que en la recría, en cuanto a número de pasadas de pienso, a número de horas de luz e intensidad.
Si bien en un comienzo, ésta puede ser mayor durante las primeras horas para que el aprendizaje a la nueva situación sea lo más rápido posible, y puedan estar comiendo y bebiendo todas cuanto antes, con el fin de que la pérdida de ganancia de peso sea lo más leve posible durante el traslado.
Después de las 48 horas
Transcurridas unas 48 horas, ya podemos proceder a permitirles el acceso al suelo y a su libre expansión por toda la nave a través de los pasillos laterales y centrales que comunican toda la nave entre sí.
Esto conlleva una nueva distracción, entretenimiento y estrés para el ave, que disminuirá de nuevo su velocidad de engorde, por una disminución de la frecuencia en las comidas, por su mayor distracción.
Esto tiene que tenerse en cuenta, a la hora de colocar todos aquellos accesorios en la nave (plataformas, rampas, aseladeros, etc.), para que permitan a las aves moverse lo más fácil y rápido posible a aquellos lugares donde se encuentre la alimentación y la bebida.
El acueste, un tema fundamental
Otro aspecto fundamental sobre el que tenemos que actuar, una vez las aves han tenido contacto con el suelo y desde la primera noche, es el tema del acueste.
Para ello hemos de disponer para cuando el periodo luminoso finalice, de un sistema de apagado de luces progresivo.
De tal forma que primero se irán apagando las luces de debajo del sistema, luego los laterales de la nave, y finalmente la iluminación del sistema, para ir provocando que el ave vaya abandonando la zona que primero queda oscuro, que es el suelo, para dirigirse hacia los laterales de la nave, para de ahí, subir al sistema donde deberá acostarse; evitando siempre que las aves se acuesten y pasen la noche en el suelo.
Para esas primeras noches, es esencial la presencia del granjero, dado que va a ser él quien se encargue de monitorizar el número de aves que se queden en el suelo las primeras noches, y a su vez recogerlas y colocarlas en el sistema manualmente. Todo ésta manipulación es imprescindible para evitar que desde el arranque, se queden aves a dormir en el suelo, pudiendo así minimizar el número de huevos en suelo.
CONCLUSIONES