Uno de los pilares fundamentales para el éxito sanitario en cualquier explotación avícola es la implementación rigurosa de un programa de bioseguridad. No basta con tenerlo escrito en papel: la clave está en aplicarlo con constancia y compromiso, sin excepciones. Todo el personal, desde operarios hasta encargados, debe participar activamente en su cumplimiento.
- Es común caer en la tentación de pensar que los problemas sanitarios son culpa de la granja vecina, pero antes de señalar hacia afuera, es crucial revisar nuestras propias prácticas. Además, aunque este artículo no aborda directamente la gestión ambiental, vale la pena recordar que factores como el estrés, el polvo, el amoníaco o el agua insalubre pueden debilitar las defensas de los pavos y facilitar la aparición de enfermedades con cargas bacterianas menores.
EL VALOR DEL ESFUERZO COLECTIVO
En zonas con alta concentración de granjas, la bioseguridad no puede ser un esfuerzo individual. Es indispensable trabajar de manera conjunta y coordinada para minimizar el riesgo sanitario general. Algunas enfermedades, como E. coli o Bordetella, tienden a ser específicas de una granja, mientras que otras como la Influenza Aviar, Newcastle o los micoplasmas se propagan rápidamente entre granjas cercanas, exigiendo medidas colectivas para su erradicación.
- Recordemos que la enfermedad surge de la interacción entre el ave, el patógeno (virus, bacteria, hongo) y el ambiente. Si uno de estos elementos se altera, el equilibrio sanitario se pierde.
PASOS FUNDAMENTALES PARA ELIMINAR PATÓGENOS EN LA GRANJA
1.-DIAGNÓSTICO PRECISO DE LA ENFERMEDAD
Para eliminar eficazmente una enfermedad, el primer paso es obtener un diagnóstico certero. No se trata solo de identificar a E. coli como culpable, sino de reconocer si otros agentes, como Bordetella o Newcastle, también estuvieron presentes. A menudo, los patógenos oportunistas actúan tras el debilitamiento previo del sistema inmune causado por otros microorganismos.
- Además, es esencial conocer las características del agente involucrado. Por ejemplo, los clostridios que provocan dermatitis pueden formar esporas altamente resistentes, mientras que E. coli y Salmonella son más susceptibles a los desinfectantes.
Transmisión por vectores
Cada enfermedad tiene su propio modo de propagación. El cólera aviar se transmite principalmente a través de roedores y otras plagas, mientras que Bordetella puede estar asociada al sistema de agua.
2.-EVALUACIÓN DEL PROGRAMA DE BIOSEGURIDAD DURANTE UN BROTE
Ante la aparición de un brote, es imprescindible revisar a fondo el programa de bioseguridad actual y asegurarse de que se esté cumpliendo de forma rigurosa. Un buen programa debe estar por escrito e incluir procedimientos operativos estándar (SOP) para cualquier actividad o persona que cruce entre zonas sucias y limpias, así como especificaciones sanitarias.
La ejecución correcta es tan importante como el diseño del programa. Por ejemplo, una desinfección deficiente del sistema de agua puede deberse al uso de productos inadecuados, concentraciones erróneas o aplicación en momentos incorrectos.
- Si el programa no está dando resultados, es hora de ajustarlo. Los patógenos evolucionan, y nuestras estrategias también deben hacerlo.
3.-APROVECHAR EL VACÍO SANITARIO ENTRE LOTES
Cada vez que las aves salen del galpón, se abre una oportunidad para eliminar completamente los agentes patógenos. Aprovechar el vacío sanitario implica más que solo dejar el galpón vacío: requiere un proceso riguroso.
Recomendaciones clave:
- Retire la cama usada fuera del perímetro de la granja para evitar plagas y agua contaminada.
- Elimine todo el material orgánico (plumas, polvo, basura).
- Limpie y desinfecte las entradas, los silos y las tuberías de agua al menos dos veces: antes de quitar la cama y antes del nuevo lote.
- Invite a terceros a revisar la limpieza antes de desinfectar. Un par de ojos nuevos puede detectar fallas que se pasan por alto fácilmente.
Una vez desinfectada, el galpón debe tratarse como un área biosegura, evitando recontaminaciones accidentales.
4.-MONITOREO CONSTANTE DE LOS PROGRAMAS
No basta con aplicar medidas sanitarias, es fundamental verificar que realmente estén funcionando. Esto se logra a través de un sistema de monitoreo específico, que puede incluir:
- Muestreo de tuberías de agua para detectar bacterias más que solo medir la calidad del agua.
- Verificación diaria del sistema de sanidad en los puntos terminales de la tubería.
- Control de poblaciones de escarabajos de cama, asegurando que los métodos aplicados sean efectivos y que no exista resistencia.
- Estaciones de cebo para roedores activas y correctamente abastecidas.
- Serologías rutinarias para evaluar si el lote ha sido desafiado y la eficacia del programa de vacunación.
5.-ANALIZAR LOS RESULTADOS Y ACTUAR
Los datos del monitoreo deben analizarse regularmente en función del rendimiento productivo de los lotes. Si no se detectan problemas porque no se está buscando adecuadamente, se corre el riesgo de perder la oportunidad de actuar a tiempo. La serología de rutina también puede ser una herramienta valiosa para validar la eficacia de las vacunas utilizadas.
- Por último, aunque este artículo se enfoca en eliminar patógenos una vez presentes, es igualmente importante entender cómo ingresaron a la granja. De no hacerlo, el esfuerzo invertido en limpieza y desinfección será en vano, ya que el problema puede repetirse.
CONCLUSIÓN
La bioseguridad es una herramienta vital que debe ir más allá del papel. Su eficacia depende del compromiso, la constancia y la vigilancia continua. No existen soluciones mágicas, pero con programas bien diseñados y ejecutados correctamente, es posible reducir significativamente la incidencia de enfermedades y mejorar la rentabilidad de las granjas avícolas, revise el artículo completo aquí.
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