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Los profesionales que estamos vinculados a la producción de carne de pollo, no dejamos de sorprendernos, año tras año, por la mejora del potencial productivo de esta especie animal. Como consecuencia de esta evolución es necesario adaptar continuamente los factores que influyen sobre esta productividad creciente para que el animal pueda expresar toda su capacidad.
Así, tanto las condiciones ambientales, como las sanitarias, como las de manejo, y cómo no, las nutricionales, están en permanente revisión, con objeto de acompañar de la forma más rentable posible esta importante actividad ganadera.
Las principales tendencias en la investigación y experimentación sobre la alimentación de los pollos de carne están vinculadas a aquéllas áreas que responden a las prioridades de la producción animal en nuestro entorno:
Se han revisado alrededor de 200 artículos sobre nutrición de pollos publicados en las más prestigiosas revistas científicas internacionales de los últimos 5 años. En este artículo nos centraremos en cuatro parcelas -necesidades de aminoácidos, estructura del pienso, alimentación mineral y vitamina-.
Las alternativas para mejorar la salud intestinal han recibido mucha atención en otros artículos que han tratado las alternativas a los antibióticos promotores de crecimiento, por lo que no las citaremos a lo largo de este trabajo.
Se trata de una parcela de la nutrición de gran implicación en las tres prioridades de investigación mencionadas anteriormente, y es por ello que representa aproximadamente un tercio de la investigación sobre las necesidades nutricionales del pollo de carne. La mejora genética de los pollos nos conduce a animales más eficientes en el uso del pienso, con un rendimiento en pechuga cada vez mayor. Por ello, el pienso debe irse concentrando cada vez más en aminoácidos para dar respuesta a la creciente capacidad de deposición magra de estos animales
El ajuste apropiado de los requerimientos en aminoácidos conlleva:
2.Sostenibilidad Un adecuado ajuste representa una mejora en el índice de conversión, un menor consumo de agua y menos liberación de gases
3.Fuerte componente económico La principal fuente de aminoácidos son los concentrados de proteína vegetal: soja, girasol, colza
El ritmo de aumento necesario de aminoácidos está alrededor del 1 al 2% anual en base a la mejora genética continua que estamos observando. La producción de un número cada vez más elevado de aminoácidos industriales nos permite ajustar la inclusión de fuentes de proteína caras acompañadas de la utilización de estos aminoácidos industriales de modo que contribuye a los objetivos de economía, sostenibilidad y salud intestinal.
La dificultad inherente de la actualización permanente de las recomendaciones de aminoácidos ha conducido al desarrollo de herramientas para facilitar esta actualización entre las que se hallan los modelos. Diferentes instituciones (INRA, UNESP), empresas (EFG) y autores (Talpaz, Pesti) han propuesto o se están planteando proponer (NRC) modelos para ayudar a establecer las especificaciones nutricionales, especialmente en aminoácidos, para los pollos de carne. Nosotros* hemos desarrollado nuestro propio modelo en base a los conocimientos científicos, experimentales y prácticos adquiridos y en permanente actualización que nos permiten un mayor ajuste de estos importantes nutrientes.
*Nutreco
Durante los últimos años se han realizado multitud de trabajos en los que se ha constatado la importancia del desarrollo de la molleja como elemento clave en la salud intestinal y en la óptima utilización de los nutrientes del pienso.
Harina VS Gránulo
Se están desarrollando últimamente, especialmente en España, diversas experiencias prácticas de utilización de pienso en harina frente a gránulo.
Las repercusiones de la administración del pienso en harina frente a gránulo en cuestión de conversión no son tan llamativas como en el caso del crecimiento pero, sí tiene, en términos generales, una repercusión negativa.
Sin embargo esta repercusión también depende en gran manera de la calidad del gránulo, especialmente en lo que a durabilidad y longitud se refiere, para obtener todas las ventajas del gránulo.
En el gráfico siguiente se expone un reciente ensayo desarrollado por nosotros* en donde se puede observar el efecto beneficioso que tuvo la inclusión de un 1-4% de una fuente de fibra con capacidad de dar “estructura” al pienso, sobre el índice de conversión en pollos.
Gráfico 1. El efecto del nivel de inclusión de fuentes de fibra con capacidad de dar estructura al pienso sobre el índice de conversión en pollos. a b c Los superíndices representan las diferencias estadísticamente significativas.
Debemos agradecer al enorme empuje que ha supuesto la introducción masiva de fitasas en el mercado, y al conocimiento cada vez más profundo de su mecanismo de acción y de las condiciones ideales de su funcionamiento.
Para que las fitasas desarrollen su actividad de forma óptima, es necesario que la molécula sobre la que actúa, el fitato, se encuentre disociado de los metales, azúcares, proteínas o cualquier compuesto con el que se encuentre ligado, y ello se produce principalmente a un pH ácido.
En estas condiciones las fitasas
Todo esto ha traído a que en la actualidad se estén reevaluando las necesidades de calcio y fósforo de las distintas especies animales. Además se está restringiendo cada vez más los niveles de inclusión de minerales en el pienso, especialmente de calcio, por el efecto tampón que ejercen que dificulta la disminución del pH necesario para una buena acción de las fitasas, básicamente en buche y molleja. También ha conducido a la utilización de dosis cada vez más elevadas de fitasas para poder aprovechar todo el potencial de hidrólisis del enlace entre la molécula de inositol y del grupo fosfórico.
En el gráfico siguiente se refleja uno de los trabajos desarrollados por nosotros* que nos ha permitido realizar unas recomendaciones muy a la baja tanto de Calcio como de Fósforo en la alimentación del pollo, así como la recomendación de superdosificar la fitasa.
Gráfico 2. Efectos de la inclusión de varios niveles de calcio al día en dietas de pollos con diferentes niveles de fósforo y fitasas
Al principio de este trabajo hemos expresado nuestra sorpresa ante el ritmo frenético que lleva la mejora genética del pollo de carne. Esta creciente capacidad de crecimiento tiene como base un ritmo metabólico acelerado que entre otras consecuencias, da lugar a una cantidad creciente de radicales oxidantes libres capaces de desarrollar efectos negativos sobre el animal, tanto a nivel de fertilidad, como a nivel de calidad de la canal, como de degeneración de la pared celular y depresión del crecimiento.
Es por ello que otra de las áreas de gran desarrollo en estos últimos tiempos ha sido el estudio de fuentes alternativas y complementarias a la vitamina E, como antioxidantes naturales que puedan prevenir estos efectos negativos de los radicales libres.
Gráfico 3. Efectos de una combinación a base de polifenoles antioxidantes asimilables en lo que a estabilidad oxidativa del pollo se refiere a nivel plasmático medido a través del indicador MDA (Malondialdehido).
Gráfico 4. Efectos de una combinación a base de polifenoles antioxidantes asimilables en lo que a estabilidad oxidativa del pollo se refiere a nivel de pechuga medido a través del indicador MDA (Malondialdehido).
Para estimular la formación de radicales libres los pollos se sometieron a estrés por calor, y se mantuvo un nivel mínimo de vitamina E de 10 ppm en los tratamientos control y experimental con polifenoles, para suministrar la vitamina E necesaria para las funciones específicas e insustituibles de esta vitamina. En los gráficos 3 y 4 se muestran los resultados de uno de los ensayos realizados, en donde una combinación a base de polifenoles antioxidantes asimilables equivalente a la aportación de 100 ppm de vitamina E dio lugar a resultados muy similares a la utilización de la propia vitamina E en lo que a estabilidad oxidativa del pollo se refiere, tanto a nivel plasmático (gráfico 1), como a nivel de pechuga (gráfico 2), medido a través del indicador MDA (Malondialdehido)
La evolución genética del pollo conduce a que sus condicionantes de la producción deban estar en permanente revisión. Entre ellos la Nutrición debería acompañar este proceso evolutivo de forma que el animal pueda expresar todo este potencial, de la forma más económica, sostenible y segura posible.
Por Gerardo Santomá
Trouw Nutrition España