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El mayor impacto de la incubación no está solamente en el número de pollitos nacidos, sino en cómo crecerán y en el desarrollo que tendrán. Lo primero que debemos entender es que un buen índice de incubabilidad no siempre indica buena calidad del pollito. De hecho, muchas prácticas que aumentan la incubabilidad pueden afectar negativamente a la calidad de la mayoría de los pollitos.
Pollitos sanos, vigorosos y no contaminados por bacterias, hongos o virus, son claves para la productividad avícola. La calidad del pollito se puede ver influenciada por las condiciones de manejo del huevo desde la selección, transporte, almacenamiento, todo el proceso de incubación, el procesamiento en la incubadora y el transporte a las granjas.
Para mejorar la calidad del pollito es importante entender el impacto de las circunstancias del manejo del huevo y de las condiciones ambientales durante la incubación en el desarrollo de órganos internos que puede afectar la salud de las aves por efectos negativos en la inmunidad, el funcionamiento cardíaco, la fisiología intestinal, el desarrollo de los huesos, la capacidad locomotriz y el desarrollo de la piel y plumas. Muy probablemente, deterioros en estos sistemas fisiológicos que ocurren durante el desarrollo embrionario, generalmente por exceso de temperatura y/o reducción en la ventilación, no tienen solución durante la vida post-eclosión y siempre disminuyen la capacidad de crecimiento y resistencia de las aves a condiciones adversas.
Todo jefe de incubación conoce la importancia de la calidad de los pollitos, pero la pregunta más frecuente es: cuál es el mejor sistema para determinar esa calidad. Entre los sistemas propuestos de evaluación de la calidad de los pollitos están el PASGAR (Boerjan, 2002), Cervantes (Cervantes, 1994), Hill (Hill, 2001) y Tona (Tona, 2005).
Algunos de estos métodos se utilizan comercialmente, pero es difícil mantenerlos todos como práctica rutinaria en las incubadoras debido al gran volumen de producción y la variabilidad entre lotes y máquinas. Incluso, todavía existe debate a nivel técnico y científico acerca de los parámetros que son más relevantes para determinar la calidad del pollito.
A nivel comercial, los huevos fértiles pueden verse afectados por la falta de uniformidad en tiempo de selección, desinfección, limpieza, enfriamiento y almacenamiento. La incubación subóptima también se presenta en pequeñas proporciones de los huevos incubados, por problemas de microambientes que se presentan desde la selección del huevo en las granjas de las reproductoras, en los camiones de transporte y lugares del almacenamiento de los huevos y dentro de las máquinas incubadoras y nacedoras. Una pequeña parte de la población de aves también puede verse afectada de forma que no utilicen bien los nutrientes desde la yema en adelante, no respondan bien a vacunas y sean posibles reservorios o multiplicadores de patógenos, o incluso puedan tener problemas de patas, muerte súbita, ascitis, o problemas intestinales.
No es fácil identificar los manejos de los huevos y los sectores que están causando falta de uniformidad en el manejo de los huevos o problemas de incubación circunstanciales dentro de las máquinas incubadoras comerciales. En los cuartos de almacenamiento, con cientos de miles de huevos, es importante identificar: los huevos que están contaminados, las zonas húmedas y regiones donde no se consigue disipar el calor metabólico, el CO2 y el vapor de agua que sale fisiológicamente de los huevos. En la misma medida que se hace con los otros, incluso algunos huevos están expuestos a temperaturas más bajas o humedades muy altas, comparado con lo deseado de acuerdo al desarrollo fisiológico del embrión.
Las máquinas incubadoras actuales pueden contener entre 20.000 y 120.000 huevos dependiendo de la capacidad de la máquina. En visitas a incubadoras en todo el mundo hemos observado que del 1-5% de los huevos sufre problemas en incubación por microambientes con temperaturas y concentraciones de gases diferentes al promedio de la máquina. Estos huevos casi siempre están localizados en sectores dispersos de las máquinas en varios microambientes.
Con cámaras termográficas es posible observar áreas más calientes o frías en las máquinas. En la parte central de las bandejas donde el aire no parece llegar cuando las máquinas están haciendo el volteo (Figura 1), o en bandejas específicas dentro de la máquina (Figura 2), se pueden observar estos microambientes. Estos sectores se convierten en áreas con condiciones adversas para el desarrollo embrionario. Estas condiciones pueden afectar la viabilidad de los embriones, pero lo peor es cuando aceleran o demoran el desarrollo de tejidos. Estos cambios no controlados y excesivos en el desarrollo del embrión pueden causar daños internos casi siempre irreparables y, principalmente, mayor variación en el tiempo de nacimientos.
Figura 1: Fotos de infrarrojo mostrando áreas de calor en la mitad de las bandejas en incubadoras multietapas. Debido principalmente a problemas de ventilación.
Figura 2: Áreas de bandeja dentro de la máquina incubadora, donde el flujo de aire no es adecuado, creando microambientes. Los huevos llegan a tener temperaturas en la cáscara superiores a las recomendadas.
Los microambientes se presentan frecuentemente por problemas de ventilación y capacidad de calentamiento o enfriamiento de las máquinas. El volteo de las bandejas durante la primera fase de incubación naturalmente bloquea el flujo de aire. Todas las máquinas están diseñadas para superar este bloqueo del aire durante el volteo. Generalmente, lo hacen aumentando la velocidad del aire. Pero en la práctica diaria se observan defectos en la ventilación interna de las máquinas, cuando las bandejas no voltean uniformemente y/o con el ángulo de 40 a 45, por problemas de mantenimiento de los mecanismos de volteo de las máquinas. Estos problemas pueden presentarse por fallas en los ventiladores, bloqueos del flujo de aire por otros carros o bandejas, o por bloqueo del flujo de aire por otros huevos. Cuando los huevos provienen de lotes de reproductoras finalizando el ciclo de producción, los huevos de mayor tamaño pueden causar obstrucción física de los flujos de aire que distribuyen el calor o ayuda en el enfriamiento.
Si el aire que circula alrededor de los huevos de algunas bandejas no se remueve adecuadamente, la temperatura interna de los huevos aumenta, especialmente desde el inicio de la tercera semana de incubación. En estas bandejas las concentraciones de CO2 aumentan y las de O2 disminuyen alrededor de esas bandejas de huevos que no tienen el mismo flujo de aire. Los nuevos diseños de bandejas y de máquinas permiten una mejor uniformidad en la ventilación y en la capacidad de transferir calor o frío. Lógicamente, los problemas de microambientes son mayores en sistemas de máquinas de carga múltiple que en sistemas de carga única.
Los microambientes y faltas de uniformidad en temperaturas internas de las máquinas son más comunes cuando el cuarto de máquinas no tiene un preacondicionamiento del aire en temperatura y humedad. Con este preacondicionamiento se evita que los sistemas de calefacción, enfriamiento o humidificación internos de las máquinas tengan que trabajar constantemente. En máquinas incubadoras donde el enfriamiento depende en parte de la aspersión, unas temperaturas del cuarto de máquinas muy calientes pueden ser negativas. Cuando el aire externo es muy seco, los sistemas de aspersión internos de las máquinas también pueden trabajar excesivamente y crear áreas húmedas, con temperaturas más bajas que el resto de la máquina, causando enfriamiento de algunos huevos, demoras al nacimiento y efectos negativos en desarrollo de los embriones de ese sector humedecido. Temperaturas muy frías del cuarto pueden causar que los dampers tiendan a cerrarse para conservar energía. Esto disminuye la renovación del aire, con efectos mayores en áreas que tienen poco flujo de aire.
Es importante analizar los efectos de las condiciones de incubación en el desarrollo del sistema inmunitario, la actividad enzimática e inmunitaria del sistema digestivo, la función cardiaca y la formación de la piel. Todos estos factores afectan el desempeño, bienestar animal, la viabilidad, salud de los lotes e incluso, pueden afectar algunas características de las carcasas.
Sistema inmunológico. El desarrollo de la bolsa de Fabricio y el timo se reducen por las altas temperaturas (37.8 frente a 38.8ºC, 40.1 frente a 40.6ºC en la cáscara, a 65 ± 2% de HR) durante la incubación o, incluso por temperaturas por debajo del óptimo. Este efecto puede ser observado en los pollitos de una semana por claros signos de inmunosupresión como se puede observar en la Tabla 1.
Corazón. Altas temperaturas de la cáscara durante la incubación (38.9 ºC) alteran el desarrollo del músculo cardiaco y reducen el tamaño relativo (% del peso vivo) del corazón entre 15 y 30% al nacimiento. Además, se pueden observar cambios en la proporción entre el ventrículo derecho e izquierdo. Aves procedentes de huevos sobrecalentados durante la incubación tienen clara hipertrofia ventricular derecha, pudiéndose comprobar aumento de la mortalidad, especialmente la debida a ascitis o casos de muerte súbita con corazón redondeado en pavos. Hemos comprobado también que el músculo del corazón de los pollitos que eclosionan de huevos sobrecalentados tienen menos glucógeno almacenado, lo que facilita que sea un músculo que se fatiga más fácilmente, con arritmias que pueden derivar en la muerte súbita.
Tracto gastrointestinal. Nuestros resultados de investigación y, a nivel comercial, indican que las temperaturas elevadas durante los últimos cuatro días de incubación tienen efectos adversos sobre el crecimiento del embrión y el desarrollo del tracto gastrointestinal. Las elevadas temperaturas reducen la masa de los tejidos y la actividad enzimática. Por ejemplo, nuestro grupo de investigación ha comprobado que el peso promedio de los pollitos se reduce en solo 5%, lo que indicaría entre 2 o 3 gramos menos; pero el tamaño relativo al peso vivo sin yema, del proventrículo, la molleja e intestino se reduce en 13% y 16%, respectivamente.
El tamaño relativo del hígado también se reduce un 7% y la longitud del intestino se reduce en un 10%. De la misma manera, hemos observado que la actividad de la enzima maltasa disminuye drásticamente en pollitos procedentes de huevos sobrecalentados, en comparación con pollitos que fueron incubados a temperaturas óptimas. Todos estos efectos en conjunto tienen implicaciones en la capacidad digestiva de los pollos al nacimiento y, probablemente, en la incidencia de problemas intestinales y resistencia a parásitos.
Por otro lado, las temperaturas elevadas durante la incubación aceleran el nacimiento de algunos pollitos y causan que duren más tiempo sin contacto con el alimento. En algunos casos, se observa que varios pollitos ya están eclosionando al momento de la transferencia, más de 36 horas antes que el resto del lote. El ayuno por 48 horas causa demoras significativas en el desarrollo del sistema linfocitario asociado al intestino. Estas demoras en respuestas celulares y humorales que también puede afectar a la migración de células a la bolsa de Fabricio, puede causar inmunosupresión temporal por hasta 12 días. Cuando los antígenos no son reconocidos temprano pueden dejar de generar respuesta.
Bacterias patógenas tipo Salmonella pueden colonizar el tracto intestinal, haciendo que se conviertan en normales y difíciles de eliminar. Este problema puede ser reducido con un buen control de temperatura y buscando mejor uniformidad en el manejo de los huevos desde la colecta, pasando por almacenamiento, transporte y calentamiento previo a la incubación.
Piel de las patas. La pododermatitis es un problema de salud aviar común a todas las especies. Nuestras últimas investigaciones indicaron qué condiciones de incubación alteran el desarrollo de la piel de la superficie plantar de las aves. Un grupo holandés reportó en el 2012 que la incubación es un factor importante en la incidencia de pododermatitis en el campo.
Nuestra investigación concluyó que las condiciones de estrés por alta temperatura en la nacedora parecen disminuir el desarrollo de varias camadas de la piel. Una incubación óptima ayuda a obtener pollos con mejor estructura de la piel a los 22 días de edad. El estrés de incubación es un factor que aumenta la incidencia de pododermatitis hasta los 28 días de edad.
En muchas ocasiones las empresas avícolas consideran las incubadoras únicamente como centros de costos y poco se invierte en actualizarlas. Otras empresas que no poseen incubadoras y compran pollitos de un día, ignoran el impacto total que una mala incubación puede tener en el desempeño y salud de los pollos; solo utilizan la viabilidad y salud del lote durante la primera semana para valorar la calidad de su proveedor de pollitos. Algunas empresas todavía usan equipos de incubación con más de 30 años de antigüedad, cuando los embriones hoy en día demandan unas condiciones de ventilación y control de temperatura para las que estas máquinas no están preparadas.
Para mejorar la calidad del pollito es necesario tener equipos de manejo, almacenamiento y transporte del huevo adecuados. Igualmente, se necesitan cuartos que pre acondicionen el ambiente en cuanto a temperatura y humedad para que las máquinas tengan que hacer solo ajustes mínimos que garanticen un buen desarrollo del embrión y termine en buena calidad del ambiente. Muchas veces es más importante destinar al personal a la constante monitorización y llevar el mantenimiento de los cuartos, equipos y máquinas para que todos los parámetros de manejo del huevo, embrión y pollito sean adecuados, en vez de gastar tiempo obteniendo datos para medir la calidad del pollito.
En cuanto a la evaluación de resultados, la mayoría de las incubadoras emplea la incubabilidad, el peso y las características físicas externas del pollito como únicos parámetros de calidad del proceso. Pocas veces se mantiene un control sobre características como yema residual y humedad de los pollitos al nacimiento.
Excepcionalmente, se observa que los jefes de incubación tengan acceso a análisis estadísticos de correlaciones entre las condiciones reales que consiguen obtener en las máquinas incubadoras y nacedoras y parámetros del desempeño del lote, incidencia de problemas de salud, y también datos de rendimiento de carcasas y defectos de las carcasas en las plantas de sacrificio.
Se necesita más observación, control de los parámetros y su variación dentro de los cuartos de huevos, las máquinas; ingeniería y mantenimiento constante para reducir posibles áreas de microambientes nocivos para el huevo, embrión y pollito fuera y dentro de las incubadoras. El uso de la termografía, como se ha observado, puede detectar con fotos de infrarrojo posibles áreas dentro de las máquinas donde mejorar en ventilación y reducir los microambientes que se ha demostrado son nocivos para la salud aviar.
Estas revisiones, constante mantenimiento de todas las máquinas y actualización de los equipos, puede ayudar a mejorar la incubación para una mejor calidad del pollito.