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Coronavirus: Empresa brasileña Aurora invierte más R$ 100 millones para proteger a trabajadores

Escrito por: Priscila Beck
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Contenido disponible en: Português (Portugués, Brasil)

En Brasil, en la implementación de medidas para proteger la salud de sus trabajadores frente al nuevo coronavirus, la Cooperativa Central Aurora Alimentos desembolsó, en gastos exclusivamente derivados de la pandemia, R$ 100,5 millones en 2020.

 

Como el tercer grupo más grande en la industria brasileña de proteína animal, Aurora fue una de las primeras empresas en intensificar las medidas de protección, cumplir con las directrices de las autoridades sanitarias y tomar todas las medidas para garantizar la salud, seguridad y bienestar de sus más de 35.000 empleados directos, además del universo de socios y tercerizados.

 

Aurora ocupa la novena posición nacional entre las empresas brasileñas que ofrecen mejor calidad de vida a sus empleados – Glassdoor.

 

Los montos desembolsados ​​cubrieron alrededor de 30 ítems de gastos, que incluyen:

“Pusimos en práctica decenas de acciones respaldadas por los lineamientos del Ministerio de Salud, el Ministerio de Agricultura y la Secretaría de Trabajo del Ministerio de Economía para evitar que las personas contraigan el covid-19”, informó el presidente del Cantón Neivor. Además, mencionó que el pleno cumplimiento de estos objetivos requirió el desembolso adicional de recursos que impactan los costos operacionales de la empresa.

 

El líder recuerda que una de las premisas de Aurora es la prioridad con el bien-estar de su capital humano. “Testimonio de esta realidad es el hecho que ocupa la novena posición nacional entre las empresas que ofrecen la mejor calidad de vida a sus empleados, según el ranking elaborado por el sitio web de reclutamiento y carrera Glassdoor (antes Love Mondays)”, agrega.

 

Un año difícil

El presidente Neivor Canton destaca que “el sistema Aurora no dejó de producir ningún día en 2020”. Esta postura fue fundamental, ya que la eventual falta o escasez de alimentos en la mesa brasileña tornaría caótico e impredecible -bajo el aspecto de seguridad alimentaria – un panorama que ya era y es delicado y preocupante con respecto a la salud pública.

La base productiva en el campo – con el apoyo de 11 cooperativas agropecuarias afiliadas – siempre operó con normalidad para generar materias primas esenciales, como aves, porcinos, leche y granos.  Todas las reuniones, cursos y formación fueron suspendidas.

La asistencia técnica a los productores rurales se mantuvo, no solo para apoyar la producción, sino especialmente para orientar sobre las medidas y conductas para proteger a la familia rural en relación al nuevo coronavirus.

 

En las plantas industriales de Aurora se intensificaron las medidas rutinarias de profilaxis e higiene, como la medición de la temperatura corporal, el uso de mascarillas y vestimenta de trabajo con la presencia y acompañamiento de médicos y otros profesionales de la salud. Las personas en grupos de riesgo fueron despedidas preventivamente para que esperen en su casa hasta superar esta fase del coronavirus y solamente después podrán regresar al trabajo.

 

El acceso de los trabajadores a las fábricas se garantizó con transporte privado mediante la contratación de autobuses directamente por parte de la empresa, mientras duró la suspensión del transporte público urbano público por Decreto del Gobierno del Estado. Estos autobuses estaban destinados exclusivamente al personal de Aurora y se someten a un intenso proceso de desinfección y limpieza.

En las áreas administrativa y comercial, parte de la fuerza laboral trabajaba en régimen de home office. Las visitas a los clientes fueron sustituidas por el contacto remoto vía teléfono, correo electrónico, redes sociales, etc. Las reuniones presenciales dieron paso a telereuniones o videoconferencias.

Todas las acciones y medidas efectuadas por Aurora siempre han estado armonizadas con los directrices de los gobiernos federal, estatal y municipal para enfrentar el coronavirus, con el régimen de calamidad pública en el que vive el país y con la necesidad de responder simultáneamente al llamado a cumplir con la seguridad alimentaria y salud pública.

 

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