Cada primer viernes de julio, América Latina y el Caribe celebran el Día Latinoamericano del Pollo, una fecha que destaca la creciente relevancia de esta proteína en la alimentación, economía y sostenibilidad del continente. En 2024, la región consolidó su liderazgo en el sector avícola con cifras impresionantes: se produjeron 29,9 millones de toneladas de carne de pollo, de las cuales 5,7 millones de toneladas fueron exportadas al mundo.
- Esto significa que América Latina y el Caribe representaron el 56,7% de toda la producción avícola del continente americano y el 29% del total mundial. En otras palabras, 3 de cada 10 kilos de carne de pollo producidos en el planeta provienen de esta región.
- Este crecimiento sostenido no solo refleja el peso económico del sector, sino también su impacto en la seguridad alimentaria, el desarrollo inclusivo y el acceso a una nutrición saludable y asequible para millones de personas en todo el continente.
UNA FECHA PARA DESTACAR EL CRECIMIENTO DEL SECTOR AVÍCOLA EN AMÉRICA LATINA
Cada primer viernes de julio se celebra el Día Latinoamericano del Pollo, una fecha que rinde homenaje a una de las proteínas más consumidas y valoradas del continente.
Este año, la conmemoración resalta no solo el incremento sostenido en la producción y el consumo de carne de pollo, sino también su importancia en la sostenibilidad y seguridad alimentaria de la región.
CIFRAS QUE REFLEJAN LIDERAZGO MUNDIAL
Según el Informe 2024 del Instituto Latinoamericano del Pollo (ILP/ALA), el año pasado América Latina y el Caribe produjeron 29,9 millones de toneladas de carne de pollo. Esta cifra representa un 29% de la producción mundial, con un incremento de 600 mil toneladas respecto a 2023. Dentro del continente americano, la región fue responsable del 56,7% de la producción total.
- En cuanto al comercio exterior, se exportaron 5,7 millones de toneladas en 2024, lo que equivale al 42% del comercio mundial de esta proteína. Esto representa un aumento de más de 250 mil toneladas en comparación con el año anterior.
CONSUMO REGIONAL EN ALZA
El gusto por la carne de pollo no solo crece en los mercados internacionales, sino también en el consumo local. En 2024, se registró un consumo superior a 26 millones de toneladas en América Latina, con un crecimiento acumulado de más del 9% en los últimos cinco años.
- Esta tendencia refleja una preferencia regional por una fuente proteica accesible, nutritiva y sostenible.
MOTOR ECONÓMICO Y SOCIAL DE LA REGIÓN
La presidenta de la Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA), María del Rosario Penedo de Falla, subraya el papel central del pollo en el desarrollo regional:
“La carne de pollo está presente en casi todos los países de América Latina, con fuerte capilaridad territorial. Es clave para el PIB agroindustrial, fomenta la formalización del empleo, dinamiza otras industrias —como insumos, logística y servicios— e integra a pequeños y medianos productores en un modelo sostenible, inclusivo y descentralizado”.
NUTRICIÓN PARA TODOS: SALUDABLE, ACCESIBLE Y VERSÁTIL
El pollo no solo es una proteína económica, sino también un alimento recomendado por expertos en salud y nutrición. Entre sus principales beneficios destacan:
- Alta en proteínas de calidad y fácil digestión.
- Rica en vitaminas del complejo B (B6 y B12), zinc, fósforo e hierro hemo.
- Bajo contenido de grasa saturada y sin grasas trans.
- Ideal para niños, adultos mayores y personas en situación de vulnerabilidad.
En muchos países de la región, la carne de pollo es la base de los programas de alimentación escolar, hospitales públicos, comedores comunitarios y planes de asistencia social.
UN HOMENAJE A QUIENES ALIMENTAN AL CONTINENTE
El Día Latinoamericano del Pollo también es una oportunidad para reconocer a millones de personas que hacen posible esta cadena productiva: productores, trabajadores, técnicos, nutricionistas y distribuidores que, con su esfuerzo diario, alimentan a millones de familias.
- En un contexto global marcado por la crisis climática, la desigualdad y la inseguridad alimentaria, la carne de pollo representa una respuesta concreta, accesible y sostenible para garantizar el derecho a una alimentación adecuada en América Latina.
Fuente: Con información del Instituto Latinoamericano del Pollo – ILP.