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Al inicio, la producción avícola era de doble propósito. Dedicada inicialmente a la producción de huevos y cuando la puesta caía muy baja las aves eran sacrificadas para ser consumida su carne.

No fue sino hasta 1923 cuando una granjera llamada Cecile Steele en el estado de Delaware en Estados Unidos orientó sus aves desde el primer día a producir carne destinada para consumo en los restaurantes de los hoteles locales dividiendo en dos la producción: aves destinadas para producción de huevo y aves destinadas para producir carne.

Imagen 1. Cecile Steele Fuente: Findagrave

  • A partir de ese momento ambas líneas -carne o huevos- fueron sometidas a una intensa selección genética generando cambios metabólicos y fisiológicos positivos y negativos tanto en los embriones como en las aves mismas.
  • Como resultado de esa selección hoy en día las ponedoras han alcanzado una producción impensable años atrás: más de 470 huevos en 100 semanas.
  • En el caso de los pollos de engorde su habilidad para ganar peso también ha sido sorprendente:En el año 1956 un ave necesitaba 84 días para alcanzar 1.82 kg, diez años después necesitaba 60 días para el mismo peso y a principios del año 2000 solo 34 días (Hafez y Hauck 2005).

Un pollo de engorde a los 42 días pesa hoy en día 5 veces más que una ponedora a la misma edad.

Imagen 2. Pollo de engorde

 

Imagen 3. Pollitas Ponedoras

Debido a ese gran cambio metabólico hay órganos y sistemas que no se han podido adaptar eficientemente, entre ellos el sistema cardiopulmonar en las líneas pesadas o de carne.

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En las aves de engorde la gran demanda de energía y oxígeno para su desarrollo muscular genera actualmente más problemas que en el pasado como fallos cardíacos congestivos (Widenman et al 2010).

Adicionalmente los cambios genéticos en las reproductoras pesadas orientados a mejorar conversión alimenticia y ganancia de peso en su descendencia (pollos de engorde) han tenido efecto negativo en la fertilidad, además de una mayor mortalidad embrionaria y de problemas esqueléticos (Joseph y Moran 2005).

 

Ponedoras

Gran parte del énfasis genético en la línea de ponedoras se ha direccionado en mejorar la dureza de la cáscara de los huevos comerciales para facilitar así su transporte y comercialización (Shafey 2002), lo que ha generado reducción en la conductancia y por ende disponibilidad de oxígeno.

Reproductoras ligeras o livianas

En las reproductoras livianas el incremento en postura y persistencia ha contribuido a la mayor presencia de problemas como hígados grasos, hepatitis necrótica hemorrágica, osteoporosis e hipocalcemia (Julian 2005).

De manera interesante esa selección genética ha tenido menos efectos adversos sobre la respuesta inmune de las aves de producción de huevo que de carne (Koenen et al 2001; Parmentier et al 2010)

TEMPERATURA EMBRIONARIA

Durante el proceso de incubación la temperatura embrionaria para ambas líneas es el principal parámetro a monitorear.

La mayoría de los estudios se han realizado en pollo de engorde (Lourens et al 2005) y las plantas de incubación de aves livianas han tomado esa información y la han incorporado en sus perfiles.

Adicionalmente a la temperatura que experimenta el embrión existen importantes diferencias entre incubar huevos de aves ponedoras y de pollo de engorde que se deben tener en consideración.

Un estudio realizado por Nangsuay et al 2015 comparó huevos de línea de engorde y ponedoras provenientes de reproductoras de una edad similar (41-42 semanas) con un peso en un rango parecido y lo más importante:

Los huevos en este estudio fueron incubados a la misma temperatura embrionaria de 37,8oC (100°F).

Como se ve en la Tabla 1 una diferencia importante entre las dos líneas es la proporción de yema, que en pollo de engorde es mayor.

Esto ofrece casi un 15% mayor disponibilidad de alta energía proteica de ahí su gran capacidad para crecer del embrión desde el inicio del proceso de incubación.

Sabiendo que el calor metabólico va asociado a los lípidos de la yema se asumiría que se necesitaría menor temperatura para la incubación de huevos de ponedoras.

Pero no es tan fácil generalizar siempre esa observación ya que la proporción cáscara de ponedoras es mayor como se ve en la Tabla 1 y la conductancia de esta direcciona en gran medida el movimiento de los gases y la temperatura.

De ahí la importancia de medir la temperatura de la cáscara periódicamente y realizar ajustes al incubar diferentes líneas genéticas.

 

UTILIZACIÓN DE NUTRIENTES Y TASA METABÓLICA

La Tabla 2 nos muestra como la genética a inclinado la utilización de nutrientes a favor de los pollos de engorde: a las mismas condiciones de incubación al nacer la masa corporal libre de yema en el pollo de engorde es mayor debido a una mejor capacidad de absorción de la yema y una mayor vascularización vitelina (Adair et al 1990).

Adicionalmente se ha encontrado que el peso del intestino, el hígado y el corazón también es mayor en pollos de engorde que en ponedoras al ser incubados bajo las mismas condiciones ambientales.

La mayor tasa metabólica de los pollos de engorde es tal vez la razón por la cual el periodo de incubación requerido por esta línea sea menor por casi 6 horas.

Esa alta tasa metabólica hace que el embrión demande más oxígeno y alcance niveles más altos de CO2 (dióxido de carbono) en la cámara de aire, estimulando a los pollos de engorde a realizar el picaje interno más temprano (Everaert et al 2008).

 

 

TIEMPO DE INCUBACIÓN Y HUMEDAD

El tiempo de incubación total en la mayoría de las casas genéticas está alrededor de 507-509 horas para líneas de ponedoras de huevo marrón y 3-4 horas más para blanco.

Generalmente en ponedoras después de 5 días de almacenamiento se adiciona una hora por cada día.

Para lotes menores a 30 semanas 3-6 horas más y lo mismo para más de 50 semanas.

Algunas plantas que incuban huevos de línea de ponedoras jóvenes cuando los huevos tienen albumen más denso y cáscaras más gruesas emplean niveles de humedad más bajos que las habituales (Vick et al 1993).

El bajo nivel de humedad permite más salida de agua del huevo y ser reemplazada por oxígeno.

La mayor pérdida de dióxido de carbono que se presenta también podría ayudar a acelerar la licuefacción del albumen

La Imagen 4 muestra un pollito con fragmentos de cáscara adheridos como resultado a una excesiva humedad baja durante la incubación.

Imagen 4. Pollito con fragmentos de cáscara adheridos como resultado a una excesiva humedad baja durante la incubación.

 

Perfil de incubación

Un perfil frecuentemente usado en incubadoras de carga múltiple para ponedoras es la temperatura de 37,5oC (99.5°F) con una humedad relativa entre 50% (Hendrix) aunque puede variar dependiendo del fabricante y modelo.

Algunas plantas para lograr temperaturas embrionarias de 37,8oC (100°F) necesitan hasta 37,7 oC (99.8°F).

El nivel de dióxido de carbono alcanzado en las incubadoras de líneas de postura fluctúa entre 0.2-0.4%

Niveles superiores a 1% no son letales, pero no han mostrado beneficios.

La tabla 3 es una guía de la casa genética Lohmann para carga única.

 

Después de nacer los pollitos se debe ajustar la temperatura y humedad para lograr que las aves alcancen un estado de confort térmico: 39,4-40,6oC (103-105°F) temperatura cloacal.

Recuerde que después de una semana de almacenados los huevos, los nacimientos caen 0.5-1.5% por día variando entre las diferentes líneas genéticas (Lohmann).

La calidad también se ve comprometida con el almacenamiento prolongado, siendo más notoria en líneas blancas.

¿CÓMO MONITOREAR EL PERFIL DE INCUBACIÓN?

1 Medir temperatura embrionaria en la cáscara

La mejor manera de monitorear si la temperatura del perfil de incubación ya sea para carga única o múltiple es la correcta, es medir la temperatura embrionaria medida en la cáscara, esta debe estar cercana a 37,8oC (100°F).

En general (pueden cambiar entre líneas genéticas) los huevos de ponedoras de cáscara marrón requieren menor temperatura externa para lograr los 37,8 oC ( 100 oF) medidos en la cáscara.

Imagen 5. Temperaturas embrionarias bajo el ideal de 37,8oC (100°F).

 

2 Evaluar niveles de humedad

Para evaluar si los niveles de humedad son los correctos se puede medir la pérdida de peso de los huevos a la transferencia de 11-12%.

Si la pérdida de peso es mayor o menor a lo esperado de manera practica ajusta la humedad 1°F o 2 % (humedad relativa) para compensar desviaciones de 0.5%.

Algo importante a tener en cuenta, es que no es necesario que esta pérdida sea igual día a día, lo importante es llegar a la meta al momento de la transferencia.

3 Horas totales de incubación

La manera de saber si las horas totales de incubación son las correctas es primero mirar la ventana de nacimiento.

En ponedoras puede cambiar entre las diferentes líneas genéticas, pero usualmente a las 24 horas previas a la salida de las aves de las nacedoras debe haber menos de un 25% de las aves nacidas, 12 horas antes el 75% y 6 horas antes el 99% (Lohmann)

Esto debe ser cotejado con la relación de peso del pollito contra el huevo = 66-67% y ajustarse.

De manera práctica una diferencia de 1% equivale a 3-4 horas de incubación bajo condiciones óptimas.

 

 

EN CONCLUSIÓN 

Los cambios genéticos orientados a mejorar la producción de carne o huevos han generado diferencias entre las dos líneas que deben ser tenidas en cuenta para alcanzar buenos nacimientos y calidad de las aves.

La manera más práctica de corroborar si el perfil usado es el correcto o requiere ajustes es monitorear:

Temperatura embrionaria (cercana a 37,8oC)

Pérdida de peso a la transferencia (11-12%)

Ventana de nacimiento Relación ave a huevo (66-67%)

Temperatura de los pollitos al nacer (39,4-40,0oC)

 

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