Una temperatura de cáscara de 37,8 °C (100 °F) se considera ampliamente como el punto óptimo para el desarrollo embrionario desde el inicio de la incubación hasta la transferencia.
Por lo tanto, el control de la temperatura de cáscara en la incubadora se ha convertido en una práctica común para lograr resultados óptimos.
Pero, ¿qué pasa con la fase de la nacedora? ¿Una temperatura de cáscara de 37,8 °C (100°F) es también el punto de ajuste óptimo después de la transferencia de los huevos?
TEMPERATURA: el parámetro de incubación más importante
Normalmente se considera que una temperatura de cáscara de 37,8 °C (100 °F) es la óptima durante la fase de la incubadora.
Por lo tanto, la mayoría de las incubadoras modernas de carga única cuentan con dispositivos adecuados que controlan la temperatura de cáscara durante todo el
proceso de incubación y configuran la máquina para satisfacer las necesidades de los embriones.
Por ejemplo, las incubadoras controladas por OvoScan™ utilizan la tecnología de medición de temperatura por infrarrojos para adaptar automáticamente la temperatura del aire de la máquina en respuesta a la temperatura real de la cáscara del huevo.
Alrededor del día 18 de la incubación, todos los huevos viables se transfieren de la incubadora a la nacedora, que se sabe que es un entorno más retador.
En consecuencia, suele surgir la pregunta de si el valor de referencia de 37,8 °C (100 °F) también es el punto de ajuste óptimo de la temperatura de cáscara durante la fase de la nacedora. Lamentablemente, la respuesta no es tan sencilla debido a algunas limitaciones prácticas para controlar la temperatura de cáscara dentro de una nacedora:
- Los huevos se mueven libremente en las cestas de nacedora, lo que dificulta el uso de registradores de datos o unidades de escaneo.
- Los niveles de humedad del aire suelen ser más altos durante el nacimiento.
- El meconio y el plumón de los pollitos pueden suponer un problema, ya que pueden provocar que los sensores se mojen, se ensucien o incluso se bloqueen.
- Hay mayores niveles de polvo, lo que dificulta la obtención de mediciones exactas con la tecnología de infrarrojos.
- Los dispositivos de los sensores pueden dañarse fácilmente si los pollitos caminan por encima o los picotean.
Así pues, la práctica habitual es aplicar perfiles de temperatura de la nacedora preprogramados basados en la experiencia del jefe de la planta de incubación (por ejemplo, teniendo en cuenta la línea genética, la edad del lote, el tamaño del huevo, etc.).
NACEDORAS: mucho más que una «máquina de acabado»
Hay diversos parámetros que afectan al resultado de incubación, pero el objetivo del presente ensayo de Petersime fue investigar el efecto de las desviaciones en la temperatura de la cáscara del huevo de +1,5 °F y –1,5 °F con respecto al óptimo teórico de 100 °F (37,8 °C) dentro de una nacedora.
Después de 18 días de incubación, se hizo ovoscopia a los huevos y todos los huevos viables se agruparon aleatoriamente y se transfirieron a tres nacedoras idénticas, cada una con una temperatura objetivo de cáscara diferente:
La temperatura de cáscara se monitoreó en tiempo real por medio de sensores de contacto cableados (con una precisión de ±0,1 °F) y la temperatura del aire de la máquina se ajustó regularmente para mantener el punto de ajuste deseado de la temperatura de cáscara.
RESULTADOS Y DEBATE
1.Incubabilidad
Los resultados medios de nacimiento sobre fértil resumidos en la tabla anterior no muestran diferencias significativas en porcentaje por efecto de las desviaciones de la temperatura de cáscara entre el momento de la transferencia (día 18) y el inicio del nacimiento (día 19 y 19 horas).
2.Calidad de los pollitos
Como es lógico suponer que un embrión que se enfrenta a temperaturas diferentes de cáscara, tiene que «compensar», lo que causaría otros posibles problemas, también hemos investigado cómo las mismas desviaciones de temperatura de la cáscara de huevo influyeron en la calidad del ombligo, el indicador principal de la calidad del pollito.
CALIDAD B: el ombligo no ha cicatrizado correctamente y está húmedo o supura. Tiene un tacto tosco y un botón oscuro o un hilito.
CALIDAD C: un ombligo mal curado tiene un botón oscuro grande que sobresale o un largo hilo de membrana no absorbida.
Es importante destacar que la clasificación A-B-C para calidad de ombligo utilizada en el ensayo, es más detallado que los estándares de calidad utilizados durante el control de calidad diario en plantas de incubación comerciales.
El siguiente gráfico ilustra los porcentajes medios de nacimiento por grupo de ensayo (frío; estándar; caliente), pero divididos por la categorización de la calidad de los pollitos A-B-C.
Estos resultados muestran que se han registrado diferencias relevantes. Los porcentajes medios de incubación de calidad A son superiores para el grupo estándar (55,1 %), seguidos por el grupo frío (53,7 %).
Al mismo tiempo, se produce una caída significativa en los resultados del grupo caliente (43,7 %). Además, el grupo caliente muestra un porcentaje medio más alto de pollitos de calidad C (9,2 %).
En resumen, los resultados del ensayo sugieren dos hallazgos importantes:
El efecto de las desviaciones de la temperatura de la cáscara en la nacedora es más importante en la calidad del pollito que en la incubabilidad.
Las temperaturas posteriores a la transferencia de la cáscara del huevo que superan los 37,8 ºC (100 °F) dañan más la calidad del ombligo que temperaturas inferiores de cáscara. El motivo de esta alta sensibilidad a la temperatura puede deberse a un nacimiento acelerado: el calor acelera el proceso de nacimiento, lo que provoca un tiempo insuficiente para una correcta absorción de la yema y para que el ombligo se cure correctamente.
Conlusiones:
Una temperatura ligeramente inferior de cáscara también generará resultados de incubación aceptables y una calidad adecuada de los pollitos. Sin embargo, deben evitarse las temperaturas elevadas de cáscara, por ejemplo, que superen los 38,6 °C (101,5 °F).