Una de las principales reivindicaciones de la Federación Avícola Catalana (FAC) durante la asamblea general de la entidad ha sido la relevancia que tiene el sector avícola sobre la economía catalana y la importancia de reconocer el valor de su modelo organizativo, ya que ha sido clave para posicionar la avicultura como el segundo sector en contribución a la producción final agraria de Cataluña, atrás del sector porcino.
En el sector avícola está presente la percepción generalizada de un conocimiento insuficiente de su estructura y del sistema de integración, con lo que hace que las integraciones sean percibidas erróneamente como grandes empresas, incluso por parte de la administración. Esta falta de entendimiento dificulta la articulación de propuestas adecuadas para el sector desde las instituciones públicas.
Dentro del sector hay integradoras de varios tamaños, incluso muy pequeñas, diferentes en cuanto a su actividad y eslabones de la cadena de producción, ya que las hay de engorde, de reproductoras, de recría o de ponedoras. Por ejemplo, según la actividad de engorde de pollo y pavo, aproximadamente el 50% de la producción está en un gran número de integradoras de tamaño medio y pequeño, que admiten a muchas explotaciones repartidas por todo el territorio catalán.
El sector avícola se compone también de granjas independientes que complementan este modelo de producción y que añaden diversidad y complejidad al sector.
“El sistema de integración es un modelo de estructura económica de la avicultura que ha demostrado su validez por su alto grado de eficiencia, competitividad y arraigo en el territorio. Es un modelo que convive perfectamente con una avicultura de base familiar, pero que está altamente profesionalizada y del que forman parte muchas pequeñas explotaciones de todo el territorio.”
Rafecas añadió que “la integración de la avicultura ha tenido un papel decisivo en la evolución del sector avícola y nos ha permitido desarrollar un altísimo grado de profesionalización y eficiencia en un tiempo relativamente corto y alcanzar los niveles actuales de calidad, bioseguridad, bienestar animal y sostenibilidad, por lo que es modélico dentro del sector ganadero. Las integraciones establecen sinergias entre integrados e integradoras, donde el beneficio es mutuo, y permiten al sector funcionar de forma eficiente y mantener un crecimiento conjunto, así como unir recursos para alcanzar los retos que afronta.”
Es importante que la administración cuente cómo funciona y como es el sector avícola, para de este modo tener la posibilidad de dar respuesta a las necesidades específicas y evitar situaciones como la que se produjo en el año 2020 en el sector durante la crisis que sufrieron las empresas sobre pandemia de Covid-19. Por lo tanto no pudo contar con ayudas dirigidas a la ganadería, ni de la administración para amortiguar los efectos de la crisis.
Por conclusión, Joan Anton Rafecas comentó que “hay que promover un mejor conocimiento del sector, de cómo se estructura y cómo funciona por parte de la administración catalana, lo que consideramos imprescindible para la toma de decisiones estratégicas ante las necesidades más urgentes para el sector y para el desarrollo de políticas públicas que nos afectan y que marcarán profundamente nuestra actividad en el futuro”.