La Enfermedad de Newcastle (EN) está causada por cepas virulentas del paramixovirus aviar tipo 1 (APMV-1), un serotipo del género Avulavirus perteneciente a la subfamilia Paramyxovirinae, familia Paramyxoviridae. Se han identificado un total de 15 serotipos de paramixovirus aviares (APMV-1 a APMV-15) en diferentes especies de aves silvestres y domésticas.
Las cepas presentan una elevada variación respecto a la patogenicidad en los pollos. Así, se agrupan en cinco patotipos en función de los signos clínicos observados en los pollos infectados (Alexander y Senne, 2008b).
El Laboratorio Central de Veterinaria de Algete confirmó la detección del virus de la Enfermedad de Newcastle (EN) en una explotación de broilers localizada en el municipio de Huércal-Overa, provincia de Almería, el pasado 29 de junio de 2022.
Posteriormente, se confirmaron dos focos de enfermedad de Newcastle en dos explotaciones de broilers localizadas en el mismo municipio el 7 de julio de 2022, ambas en el radio de los 3 km del foco declarado el pasado 29 de junio.
Resultados
Se llevó a cabo una necropsia reglada con EPIs, con el siguiente resultado:
Además, se tomaron muestras de heces, cama, hisopos traqueales y cloacales para en análisis de IA y EN por PCR de transcripción inversa en tiempo real (RRT-PCR).
La EN es una de las enfermedades aviares más importantes que afectan significativamente la producción avícola en todo el mundo.
La enfermedad de Newcastle se define como una infección de aves de corral causada por un virus del serotipo 1 del paramixovirus aviar (PMVA-1) que cumple uno de los criterios siguientes de virulencia:
De acuerdo a lo establecido el Reglamento de Ejecución (UE) 2020/2002 de la Comisión, de 7 de diciembre de 2020, por el que se establecen normas de desarrollo del Reglamento (UE) 2016/429 del Parlamento Europeo y del Consejo relativas a la notificación a la Unión y al envío de informes a la Unión sobre enfermedades de la lista, al sistema informático de información, así como a los formatos y los procedimientos de presentación y envío de informes relacionados con los programas de vigilancia y erradicación de la Unión y con la solicitud de reconocimiento del estatus de libre de enfermedad, la detección de Infección por el virus de la enfermedad de Newcastle, es de notificación inmediata excepto cuando se diagnostica en:
Entre estas proteínas, la F generalmente se considera un marcador molecular de la virulencia de este virus. Desafortunadamente, esta no es una regla general, ya que se ha demostrado que algunas cepas adaptadas en aves silvestres como las palomas son mínimamente patógenas a pesar de poseer el llamado sitio de escisión polibásico F.
Además, se ha informado que algunos de estos paramixovirus de paloma manifiestan un aumento en la virulencia después de algunos pases en pollo, sin los cambios de nucleótidos que los acompañan en toda la región codificante de F.
Por lo tanto, cabe preguntarse si la evaluación del sitio de escisión F sigue siendo un indicador molecular fiable de la virulencia del virus o si se requiere un análisis del genoma completo para predecir adecuadamente el potencial de virulencia de los aislamientos de este virus.
El periodo de incubación es breve, entre 2 y 12 días (media de 5 días), de tal forma que la aparición de la enfermedad se produce simultáneamente en todo el lote de aves tras la exposición. La mortalidad puede llegar al 100% en lotes de aves jóvenes.
Las muestras a recoger para el diagnóstico de esta enfermedad son:
Los análisis que se realizan para el diagnóstico son:
Las evidencias epidemiológicas indican que la EN está en constante evolución, y la inmunidad inducida por cualquier cepa de EN debería poder brindar protección cruzada contra el desafío con cualquier otra cepa virulenta, debido a las propiedades antigénicas bastante similares compartidas por todos los aislamientos de este virus.
Estas deficiencias de las vacunas convencionales exigen colectivamente la necesidad de mejorar las estrategias de vacunación actuales contra las cepas de EN prevalentes en todo el mundo.
No supone ningún riesgo desde el punto de vista de seguridad alimentaria y aunque el potencial zoonótico es limitado, este virus puede ser un agente patógeno de los humanos y el signo de infección más frecuente es la conjuntivitis, que aparece en un plazo de 24 horas tras la exposición al virus por vía ocular (Swayne y King, 2003).