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- La capacidad del andén de espera debe estar conforme al tipo de camión, velocidad de faena y tiempo de espera establecido.
- Su ubicación debe permitir su fácil ampliación mientras crece la faena, la libre entrada y salida de los camiones, tenerlo alejado de las fuentes de calor, permitir su correcta orientación espacial y propiciar la instalación de una barrera vegetal.
Con el confort térmico y el ahorro de energía en mente, el andén debe ser dibujado de modo a beneficiarse de la aireación natural y que su acabado interno, altura y tipo de tejas impidan el calor irradiado del techo de llegar a las cargas.
Los ventiladores y aspersores completan la protección ofrecida por el andén.
Diferente de lo que a menudo se supone y se platica, el andén no es un parqueadero, pero un área de transito rápido cuya finalidad es la de asegurar el bienestar de las aves. Esta condición está vinculada al tiempo de espera y al confort térmico de las cargas, variables que interactúan entre sí y pueden perjudicar a las aves si no son adecuadamente tratadas durante su permanencia ahí.
El tiempo de espera contribuye primordialmente a la merma, pero también al confort térmico del ave. Él es función del cumplimiento del programa de retiro y del manejo del tiempo total de ayuno. Su importancia económica exige que se le instituya un límite, así como se asegure su cumplimiento a través de la revisión del programa de retiro, del monitoreo de la espera por carga y de la faena por orden de llegada a planta, salvo las excepciones.
A su vez, el aseguramiento del confort térmico de las aves aporta, prioritariamente, a la reducción de la mortalidad, pero de la merma, también. Él es afectado por el peso vivo, número de aves por módulo, tiempo de viaje de la granja a planta, clima, y aireación y protección de las cargas en tránsito. Luego, al llegar a planta, las cargas cuentan con el andén para restablecer y asegurar el confort térmico de las aves, de esta forma evitándose, o reduciéndose la merma y la mortalidad mientras aguardan la faena. Para ello, es vital su correcta operación:
- homogeneizar y controlar la temperatura y humedad relativa con la ventilación y los aspersores;
- extraer el calor de los módulos ventilando las aves a una velocidad mínima de 0.1m/s y ajustarla en función a la temperatura ambiente;
- apartar las rumas para facilitar su aireación, la remoción del calor irradiado y estimular la convección natural;
- limitar y hacer cumplir el tiempo de espera;
- disponer de sensores de temperatura y humedad, y monitorear la operación del área.
Como vimos, ¡cuidar al confort de las aves no solo contribuye a su bienestar, sino que a los resultados económicos de la empresa, también!
* Literatura disponible del autor mediante solicitud