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Estrategias de protección frente a la Enfermedad de Newcastle

Escrito por: Francisco E. Dias
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vacunas vivas HIPRA

La enfermedad de Newcastle (ENC) es una de las enfermedades aviares más importantes a nivel mundial por su alta mortalidad y amplia distribución, siendo de declaración obligatoria y, por tanto, de gran importancia a nivel comercial, viéndose afectadas directamente las exportaciones de carne y huevos.

Las vacunas vivas para el control de la enfermedad de Newcastle continúan siendo la herramienta profiláctica segura y de bajo costo

Tenemos que tener siempre en cuenta que la monitorización de la enfermedad de Newcastle mediante pruebas de ELISA (Enzyme-Linked Immuno Sorbent Assay) y HI (Haemagglutination Inhibition) son de extrema importancia para confirmar la efectividad y protección frente a la enfermedad de Newcastle.

Método de transmisión

Un gran avance en la utilización de vacunas vivas aviares contra la enfermedad de Newcastle es el empleo de cepas clonadas, ya que se logra disponer de una población de virus vacunal completamente uniforme y con unas características determinadas en cuanto a:

La enfermedad de Newcastle

El virus de la ENC se encuentra clasificado en la familia Paramyxoviridae, subfamilia Paramixovirinae y dentro del género Avulavirus. De acuerdo con la OIE (2012) se reconocen 10 serogrupos, pero algunos autores relatan que hasta hoy hay 13 serogrupos diferentes, siendo el serogrupo 1 (APMV-1) el causante del ENC.

El virus de la ENC es un virus letal que no tolera un inadecuado manejo de bioseguridad y vacunación, llevando a grandes pérdidas económicas. Tiene la capacidad de sobrevivir en las excreciones de la cama por varias semanas y ambiente fresco durante varios años, ya que soporta temperaturas extremas en conjunción con la existencia de materia orgánica.

Las aves enfermas propagan el virus por vía respiratoria a través del aire por aerosoles e inhalación de partículas infecciosas producidas a partir de heces secas y por vía digestiva a través de la ingestión de heces, agua y alimentos contaminados. Las principales causas de contagio son el contacto con aves enfermas, con fómites, personas, productos de granjas avícolas contaminadas, incluyendo aves muertas y deyecciones, así como insectos que pueden ser portadores del virus.

El estudio hecho en Irán por Barin en (2010) detectó el virus de Newcastle en el tejido gastrointestinal diseccionado de las moscas expuestas en el laboratorio hasta 72 horas después de la exposición.

Control & seguimiento de la enfermedad de Newcastle

El control de la enfermedad se lleva a cabo mediante firmes medidas de bioseguridad, monitoreo (serológico y molecular), programas de vacunación completos que variarán en función de la prevalencia y presión del virus campo.

Además del diseño vacunal, posiblemente el mayor problema a la hora de conseguir un buen control del ENC con un programa vacunal es la gestión adecuada del equipo de los vacunadores, garantizando una óptima aplicación de los productos elegidos. Todas las personas implicadas en el proceso productivo (veterinarios, granjeros, vacunadores, etc.) deben estar involucradas. Para lograr el mejor control de esta enfermedad, es esencial estar atentos a su epidemiología y patogenia para desarrollar un programa efectivo de bioseguridad y vacunación que bloquee la entrada del virus y diseminación en la granja, siendo necesario mucho entrenamiento y control de los puntos críticos.

Debemos tener en cuenta todos los programas estándares de bioseguridad que ya conocemos, como son:

Tampoco podemos olvidar la monitorización serológica y molecular que es una pieza fundamental para la validación de un programa completo de bioseguridad, no sólo para su diagnóstico, sino también para el diseño del programa vacunal, evaluación del proceso de vacunación así como la eficacia de las vacunas utilizadas con el monitoreo post-vacunación.

Las técnicas de monitoreo incluyen la utilización de ELISA y HI para determinar los niveles de anticuerpos y el diagnóstico molecular mediante RT-PCR a partir de tarjetas FTA, para la identificación del virus de Newcastle, siendo ampliamente utilizada en enfermedades como Gumboro y Pneumovirus.

Podemos concluir que las vacunas disponibles en la actualidad, administradas correctamente en aves sanas y con suficiente tiempo para generar una respuesta inmune óptima antes del desafío, protegen a las aves frente a ENC. (Cornax et al., 2012; Dortmans et al., 2012; Kapczynski and King, 2005).

Programas vacunales

Para que el programa vacunal tenga una buena eficacia es fundamental saber el momento ideal de la aplicación, la vía de aplicación y el tipo de vacuna utilizada.

De acuerdo con Dortmans (2012) las distancias genotípicas de las vacunas comerciales para el control y disminución de la replicación viral del virus de Newcastle no son tan importantes como las malas prácticas de vacunación y las infecciones con diferentes patógenos inmunosupresores

Parámetros para obtener una buena eficacia del programa vacunal

Junto a la prevención vacunal, un programa complejo de bioseguridad es esencial para el control de la enfermedad. Mientras existan países en los que estas medidas sean escasas, la ENC será una enfermedad a tener muy en cuenta.

Vacunas vivas vs ENC

Entre los productos utilizados en el control del ENC, haremos una diferenciación entre:

Vacunas muertas o inactivadas: Rango de acción limitado a la inmunidad humoral

Recombinantes: Estimulación de la inmunidad humoral y celular, aunque muy dependientes de la velocidad y lugar de replicación del vector que expresa el antígeno de ENC

Vacunas vivas

Entre estos tipos de vacuna ninguna es más importante que las otras en el control, si bien las recombinantes y las inactivadas pueden ser sustitutivas entre sí en casos de alto desafío. Las vacunas vivas sin embargo posiblemente representan el método más rápido en generar inmunidad celular. Si el programa de vacunación adoptado recomienda el uso de las vacunas vivas será muy importante valorar la seguridad del uso en cuanto a la patogenicidad de la cepa utilizada, las posibles ocurrencias de reacciones post-vacunales y la capacidad inmunogénica.

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