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NUTRICIÓN
El progreso genético ha permitido reducir la duración del ciclo productivo en el pollo de engorde y aumentar el ciclo en ponedoras mejorando la conversión alimenticia.
La primera semana después del nacimiento representa aproximadamente el 20% de la vida útil de los pollos de engorde modernos, lo que destaca la importancia de este período para el rendimiento posterior.
Los pollitos emergen de una condición embrionaria en la que la base energética de su nutrición es la grasa de la yema y las proteínas de la clara del huevo.
Durante las primeras horas de vida se produce una reducción importante de los niveles de glucógeno endógeno, en que la fuente de energía predominante cambia de los lípidos basados en la yema a los carbohidratos de la dieta, siendo que el saco vitelino contribuye solo con una parte de los requisitos de mantenimiento del pollito durante los primeros días y es incapaz de sustentar el crecimiento (Bigot et al., 2003; Noy et al., 1996).
Nacimiento
Los pollitos necesitan aprender rápidamente a consumir alimento, lo que permite que su sistema digestivo experimente una rápida transformación anatómica y fisiológica que corresponden a su desarrollo inmunológico, gastrointestinal y sistema termorregulador.
Según un meta análisis de Ingrid C. de Jong, et al., 2016, hecho en 75 artículos que tenían como tema la privación de comida y agua después de la eclosión concluyeron que en estas pruebas hubo:
En los primeros días, el crecimiento gastrointestinal se produce a un ritmo más rápido en comparación con todos los demás órganos y tejidos (Noy y Sklan, 1997) y la tasa de crecimiento representa una ventana de oportunidad si entendemos y conocemos las características de esta etapa de allí que podemos incrementar nuestros resultados.
La actividad de la amilasa pancreática se establece 4 días después de la eclosión (Marchaim y Kulka, 1967). La digestibilidad del almidón alcanza el 85% 4 días después de la eclosión (Noy y Sklan, 1995).
La utilización de carbohidratos en la dieta no se establece hasta unos pocos días después de la eclosión (Siddons, 1969). La lipasa pancreática aumenta linealmente hasta 16 días después de la eclosión cuando alcanza una meseta (Vieira & Moran, 1999).
La tripsina y la quimotripsina tienen actividades bajas después de la eclosión, aumentan hasta alcanzar un máximo de 10 días (Nitsan et al., 1991a; Nir et al., 1993) y la digestión de proteínas es más limitada que la de carbohidratos o grasas en el pollito recién nacido (Bielorai et al., 1973; Noy y Sklan, 1995).
Las consecuencias de tener un sistema digestivo deficiente se expresan comprometiendo tanto en la digestibilidad de la energía como de los aminoácidos durante al menos los primeros 10 días de las aves.
Hay estrategias que se pueden emplear para garantizar un buen peso durante los 7 primeros días.
Todo esto implica garantizar que se maximice la ingesta de nutrientes digestibles por parte de las aves. Algunos de estos aspectos son tratados en detalle a continuación.
El consumo de alimento
La mejor manera de mejorar el rendimiento de un pollito es garantizar que consuma suficiente alimento y agua lo más pronto posible tras el nacimiento; el consumo de agua y alimento dependen mutuamente.
Gran parte de la mejora en el consumo de alimento debe lograrse en la granja; sin embargo, es importante que las empresas presten atención al tamaño de las partículas de varios ingredientes del alimento, así como a la forma física de la dieta final.
El tamaño de las partículas en las dietas para pollitos no debe ser demasiado grueso; tampoco debe ser demasiado fino (entre 500 y 600 μm), ya que esto puede impedir el funcionamiento normal del intestino.
Los micropellets se pueden utilizar para mejorar el consumo de alimento durante 3 o 4 días en pollitos y 14 días en pollitas ponedoras.
Se sabe que todas las aves requieren una cantidad mínima de fibra en la dieta para mantener la forma y función normal del TGI, particularmente en la molleja, y esto probablemente constituye alrededor del 3% de la dieta (Svihus, 2010).
El uso de fibras insolubles en la dieta favorece la digestibilidad del almidón, grasas y proteínas debido a:
Para la especificación de alimentación:
Con relación a los ingredientes utilizados
Dado que los pollitos tienen un sistema digestivo poco desarrollado, parecería sensato alimentarlos con dietas altamente digestibles y por lo tanto, la elección de los ingredientes para las dietas de los pollitos debe abordarse desde la perspectiva de maximizar la disponibilidad de nutrientes, especialmente los carbohidratos, en lugar de formularlos para cumplir con un conjunto predeterminado de niveles de energía o aminoácidos.
En las dietas y nutrición de las aves, la principal fuente de energía son los carbohidratos, siendo el maíz, el sorgo y el trigo las principales materias primas utilizadas para su obtención. Proporcionalmente, estos cereales se encuentran en mayor cantidad en las dietas y por tanto requieren una atención especial:
Otros puntos:
Los pollitos tienen una capacidad reducida para digerir calcio y fósforo y la adición de fitasa en la dieta mejora la absorción de ambos elementos por parte de los pollitos jóvenes en su nutrición.
Referencias bajo consulta al autor
