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Sin olvidar el resto de los sentidos, las aves dependen enormemente de su visión, es por ello que han desarrollado características únicas durante 150 millones de años de selección natural. Su notable percepción del color, resolución espacial y temporal, aprendizaje visual y capacidades de memoria se llevan estudiado durante los últimos 40 años.
En este artículo se pretende revisar aspectos relevantes para seleccionar el sistema de iluminación óptimo en las granjas de reproductoras, tanto en recría como en producción. Para ello se debe conocer aspectos de la fisiología de la visión del ave, los fundamentos básicos de la luz, como medirlos y cómo responden las reproductoras a diferentes estímulos.
Fisiología de la visión de las aves, comprendiendo la visión aviar
Las reproductoras y pollos con las que trabajamos ven básicamente de la misma manera que los humanos: en color.
Tienen una córnea e iris en cada ojo por donde entra la luz antes de llegar a los conos de la retina que detectan los diferentes colores. Pero ahí es donde terminan las similitudes entre las aves y los humanos:
Las reproductoras poseen no solo los tres conos de colores básicos que tienen los humanos (rojo, amarillo y azul), sino también un cono de luz ultravioleta (UV).
También tienen un cono de detección de movimiento en los ojos. Debido a que sus ojos son tan sensibles, pueden ver pequeñas fluctuaciones de luz que son imperceptibles para los humanos.
Las reproductoras pueden sentir la presencia o ausencia de luz a través de la glándula pineal en su cabeza, por lo que incluso un ave completamente ciega puede sentir la luz del día o el cambio estacional.
La visión nocturna de nuestras reproductoras y pollos, a diferencia de otras aves, es pobre debido a que poseen pocos bastones.
Las aves nacen fotorefractarias; un fenómeno natural que, impide que un animal se reproduzca en su primer año o cuando las condiciones ambientales no son propicias para la crianza exitosa de su descendencia. Por tanto, no pueden responder sexualmente a un fotoperiodo estimulante hasta que hayan experimentado un período de fotoperiodos neutros (sinónimo de días cortos).
Fundamentos básicos de la luz
A la hora de seleccionar el sistema óptimo de iluminación para una granja de reproductoras es importante analizar los siguientes parámetros y conocer cómo medirlos:
La intensidad de la luz es sinónimo de iluminancia y nivel de luz. Describe la cantidad de luz que cae sobre una unidad de área y se mide con un luxómetro.
Sin embargo a la hora de medir la intensidad de luz en un LED diferentes luxómetros pueden proporcionar diferentes lecturas.
Esto es debido a que muchos de los luxómetros están diseñados para medir luz incandescente, la cual es muy consistente independientemente del tipo de bombilla que se mida. El tipo de luz que produce un LED depende del tipo de chip y de la cantidad de fósforo utilizado.
Como se muestra en la siguiente tabla puede haber variaciones dependiendo del luxómetro que se emplee (Ivan Perre, 2005)
Por tanto habrá que tener en cuenta el tipo de luxómetro (especialmente en recría donde trabajaremos con intensidades de luz bajas) que se utiliza o utilizar espectrofotómetros, los cuales dan una lectura exacta de la intensidad de luz.
Otro de los factores importantes a tener en cuenta en el sistema de iluminación es la capacidad de este de ser regulable permitiendo intensidades bajas.
En una nave, los cambios de alta y baja iluminación causan una enorme incomodidad ocular, lo que lleva al estrés a las aves.
El nivel de iluminancia y su uniformidad en las naves se pueden expresar como una relación entre el área más iluminada y la más baja en una nave o espacio determinado. Cuanto más cerca de 1 esté, más uniformemente iluminado está el espacio.
La luz que vemos con nuestros ojos es realmente una parte muy pequeña del espectro electromagnético. La radiación electromagnética con una longitud de onda entre 380 nm y 760 nm) es detectada por el ojo humano y se percibe como luz visible.
El espectro electromagnético se compone de todas las clases de radiación en el universo. La luz visible está aproximadamente a la mitad del espectro, y comprende una fracción muy pequeña de este.
Las aves ven diferentes longitudes de onda de luz y como hemos comentado son capaces de ver longitudes de onda ultravioleta (detección de comida y cortejo)
Para medir la longitud de onda de una luminaria se utiliza un espectrofotómetro. Según el tipo de luz se obtienen diferentes tipos de espectro electromagnético.
Cuando decimos que una fuente de luz tiene una cierta temperatura de color, 5000 K por ejemplo, quiere decir que se tendría que calentar un cuerpo negro a esa temperatura para obtener ese color.
La temperatura de color se mide en grados Kelvin (en una escala de 1.000 a 10.000.) y solo se aplica a las luces blancas. Si tenemos una fuente de luz de cualquier color, como azul o verde, no podríamos medir su temperatura de color.
Para medir la temperatura de color de una luminaria se utiliza un espectrofotómetro.
Normalmente, las temperaturas Kelvin de las luces utilizadas en iluminación están en algún lugar entre una escala de 2000K (luces cálidas) a 6500K (luces frías).
Relación inversa entre longitud de onda y temperatura de color
La ley de desplazamiento de Wien es una ley de la física que establece que hay una relación inversa entre la longitud de onda y su temperatura.
En términos generales el flicker o parpadeo es un cambio visible y repetitivo en la intensidad de la luz causado en su mayoría por las fluctuaciones de voltaje en las redes eléctricas.
La magnitud, forma y frecuencia dependerá de factores como la calidad del suministro de energía, el tipo de balastro o driver que se esté utilizando, la técnica de regulación de luz aplicada, incluso la aparición de conexiones sueltas. En muchas ocasiones se observa presencia de parpadeo cuando se regula la intensidad de luz
El parpadeo se puede medir con un espectrofotómetro y podemos obtener 2 tipos de resultados:
A pesar de ser más antiguas, las tecnologías incandescentes sufrían de menor parpadeo ya que el filamento mantiene su incandescencia entre ciclos (persistencia térmica)
En las fuentes de luz fluorescentes, el gas y el fósforo también tiene cierta perdurabilidad, pero mucho menos que las incandescentes, con lo que el flicker es mayor.
La última tecnología, las fuentes de luz de estado sólido, como LED, son las que más acusan las variaciones de tensión producidas por la fuente de alimentación, o “drive”.
Para calcular el coste de un sistema de iluminación:
Índice de Reproducción Cromática (CRI/IRC)
Es la capacidad de una fuente de luz para reproducir colores. La luz solar contiene todos los colores del espectro y puede reproducir todos los colores, por lo que la luz solar tiene un CRI/IRC de 100.
Cuanto más alta la calificación CRI de la lámpara mejor se diferenciarán los colores de la misma.
Fotoperíodo
Controlar las horas de iluminación en recría, el momento de la fotoestimulación y las horas de luz en producción son aspectos de importancia capital en las reproductoras para conseguir una producción óptima.
RESPUESTAS DE LAS REPRODUCTORAS
Una vez conocidos los aspectos específicos de la fisiología de la visión del ave, los fundamentos básicos de la luz y como medirlos, veamos cómo responde las reproductoras a las variaciones en los diferentes parámetros analizados, estímulos y cual son los valores deseados
Intensidad de luz
Durante las 2 primeras semanas de las reproductoras se requieren niveles altos de intensidad de luz para facilitar el acceso al alimento y agua, para conseguir un buen arranque de las aves.
Durante el resto de la recría hasta el traslado se ha demostrado que la iluminancia en el período de recría no necesita ser superior a 5 lux a la altura de la cabeza del ave. Esto mejorará el confort de las aves, ayudará a la reducción de comportamientos esterotípicos y contribuirá a obtener un nivel satisfactorio de rendimiento en la puesta.
Las recomendaciones de intensidad de luz en el periodo de producción para maximizar el rendimiento productivo y evitar puesta en el suelo son entre 30 y 60 lux.
Uniformidad
La falta de uniformidad en la iluminación conllevará problemas en los parámetros productivos;
Empeoramiento de la homogeneidad y dificultad de acceso al agua y alimento de las aves en el periodo de recría.
Empeoramiento de cama y problemas de emplume debido a mayor densidad de aves en zonas más iluminadas.
Puede provocar mayor incidencia de puesta en el suelo en producción
No deberá haber una diferencia mayor del 20% entre la zona más iluminada y menos iluminada.
Longitud de onda y temperatura de color
Luces frías (longitudes de onda aprox. 500nm) aumentan la actividad y el crecimiento durante la primera etapa y ayuda al sistema inmune. Son adecuadas para las 3 primeras semanas en recría.
Una vez pasadas las 3-4 primeras semanas se ha demostrado que el espectro rojo (3000 K y longitudes de onda aprox. 650 nm) estimulan los osciladores hipotalámicos promoviendo la madurez sexual. También estimula la liberación de las hormonas reguladoras de la reproducción, FSH y LH esenciales para la maduración sexual y la producción diaria de huevos
Flicker o parpadeo
Cada vez hay más estudios de sensibilidad al parpadeo en las reproductoras y pollos, que ya han demostrado como provocan estrés general y deterioro del bienestar (Greenwood et al., 2004, Nuboer et al., 1992, Prescott et al., 2003) Sin embardo es difícil decir a partir de qué porcentaje de parpadeo pude haber un deterioro en el desempeño de las aves.
Por tanto tenemos que buscar sistemas de iluminación libres de parpadeo.
Habrá que prestar especial atención al porcentaje de parpadeo en la medida que regulemos la intensidad de luz (especialmente en recría). Hay sistemas de iluminación que no causan flicker cuando operan al 100% de intensidad de luz, pero este va a pareciendo a medida que se disminuye la intensidad, debido a problemas con el regulador.
Fotoperíodo
Las reproductoras pesadas deben recriarse en una duración del día de 10 horas o menos, idealmente 8 horas, para disipar la fotorefractoriedad. Con ello impediremos una maduración temprana y mejoraremos la uniformidad.
Fotoperíodos en producción de 11-12 horas dan mejores producciones que fotoperíodos largos de 16 horas.
Fotoperíodos largos (16 horas) dan peor calidad de cáscara.
El fotoperíodo necesita ser mayor de 12 horas para asegurar que no haya puesta en el suelo antes de que se encienda la luz.
Por todo esto el fotoperíodo recomendado es de 14 horas.
Conclusiones
Al igual que otras actividades relacionadas con las reproductoras pesadas, la iluminación es un área en la cual intervienen muchos factores y por tanto requiere de un conocimiento del sistema de iluminación que estamos empleando en nuestras explotaciones.
Para ello es fundamental medir los parámetros que hemos comentado y analizar si estamos brindando a nuestras reproductoras el confort lumínico que necesitan para que puedan producir de forma adecuada sin comprometer su bienestar.