Tiempo de almacenaje y pérdidas de incubabilidad
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En el proceso de incubación de huevos a escala industrial, el almacenaje de los huevos es un factor clave que no puede pasarse por alto o evitarse. No obstante, los largos periodos de almacenaje (siete días o más) conllevan inevitablemente una pérdida considerable de la incubabilidad.
Tiempo de almacenaje y pérdidas de incubabilidad
Para entender por qué el tratamiento térmico puede recuperar parcialmente las pérdidas de incubabilidad causadas por el almacenaje de los huevos, así como las limitaciones de este método, debe examinarse con detalle la biología de los procesos embrionarios tempranos. Cuanto más tiempo se almacenan los huevos, mayores son las pérdidas de incubabilidad (Dymond, 2013). Los huevos almacenados presentan una mayor tasa de mortalidad embrionaria entre el segundo y el tercer día de incubación y requieren más tiempo para completar la incubación. Ello provoca que deban rechazarse algunos pollitos vivos en el saque de pollitos porque nacen demasiado tarde (Nicholson, 2012).
Varios estudios han investigado la posibilidad de minimizar las pérdidas de incubabilidad tras un largo periodo de almacenaje aplicando breves periodos de tratamiento térmico durante el almacenaje, con resultados heterogéneos. En los últimos años, se han descrito cada vez más intentos satisfactorios de aplicación de tratamiento térmico durante el almacenaje, incluso en ensayos a gran escala
Nicholson (2012) y Aviagen (2014) demuestran una mejora consistente de la incubabilidad de huevos almacenados durante largos periodos (huevos de pollos de engorde Ross 308 y Ross 708, así como varias líneas de abuelos y bisabuelos) aplicando uno o más tratamientos con calor en 34 ensayos a pequeña y a gran escala.
Efecto del almacenaje según el estado de desarrollo
El desarrollo del embrión aviar empieza inmediatamente después de la fertilización en el infundíbulo y continúa con el depósito de la albúmina y la cáscara durante las siguientes 24-26 horas. El estado de desarrollo embrionario en el momento de la ovoposición (puesta del huevo) varía con las diferentes líneas genéticas, así como con la edad de las reproductoras. Ello puede estar determinado genéticamente o vinculado a las variaciones en el tiempo de tránsito oviductal y/o la temperatura corporal.
En cualquier caso, el efecto de periodos largos de almacenaje en el desarrollo embrionario depende en gran medida del estado de desarrollo del embrión en la ovoposición:
Punto crítico en el almacenamiento
Se ha demostrado (Decuypere y Michels, 1992; Deijrink et al., 2008) que el embrión en estado de pregástrula en la ovoposición soporta peor los periodos de almacenaje prolongados en comparación con los embriones en estado de gástrula. En estos embriones, la incubación durante el almacenaje puede mejorar la incubabilidad, ya que puede llevarlos al estado de desarrollo en el que se completa la formación del hipoblasto.
En cambio, si el desarrollo ya está bien avanzado y el embrión ha comenzado a formar la línea primitiva, la incubación durante el almacenaje puede resultar perjudicial, ya que lleva el embrión a un estado más avanzado de formación de la línea primitiva (periodo de migración celular activa y diferenciación). El almacenamiento en este periodo podría impedir procesos embrionarios críticos.
Por lo tanto, hay cierto «punto de no retorno», alcanzado el cual el desarrollo embrionario ya no puede detenerse.
Como ayudan el tratamiento térmico durante el almacenaje
En el cuarto frío, los huevos se mantienen a una temperatura igual o inferior a la llamada temperatura umbral o cero fisiológico de desarrollo. Sin embargo, por debajo de estas temperaturas umbrales, puede producirse un desarrollo parcial, pero no global ni proporcionado. Las diferentes células o tejidos en estos embriones tempranos pueden tener diferentes temperaturas umbrales de desarrollo, por lo que podrían desarrollarse de forma desigual o desproporcionada. Si este desarrollo desproporcionado avanza demasiado, puede interferir en la viabilidad del embrión y, por tanto, en su incubabilidad.
¿Cómo podemos incluir este tratamiento con éxito en una planta de incubación moderna?
Las investigaciones indican que, para obtener unos resultados homogéneos, el tratamiento térmico durante el almacenamiento debe aplicarse en condiciones muy específicas. Por ejemplo, si la frecuencia del tratamiento no es precisa, los beneficios serán limitados o, lo que es peor, algunos embriones se desarrollarán por encima del «punto de no retorno», como se muestra en la Figura 4.
Esto implica que los embriones han sobrepasado la formación de la línea primitiva y que el desarrollo embrionario ya no se puede detener. Si estos huevos se vuelven a colocar en la sala de almacenamiento de los huevos, su viabilidad se verá afectada negativamente.
Igual de importantes son la temperatura absoluta y la duración de la transición. La Figura 5 muestra que un tratamiento excesivo, por ejemplo, un calentamiento de los huevos muy rápido o a una temperatura muy alta durante mucho tiempo, también provoca que los embriones superen el punto de no retorno.
Encontrar los parámetros adecuados
Las empresas de genética han hecho importantes progresos en la identificación de la temperatura óptima, el tiempo y el rango de temperatura de utilización para el tratamiento térmico durante el almacenamiento. Es imprescindible alcanzar la temperatura de cáscara de huevo adecuada. Los huevos deben calentarse hasta una temperatura de cáscara por encima de 32 °C. No obstante, mantener la temperatura por encima de 32 °C durante demasiado tiempo afectará negativamente a la incubabilidad (Aviagen, 2014). Otro factor importante del proceso son las fases de calentamiento y enfriamiento.
Ensayos a gran escala
Petersime ha utilizado su incubadora especializada Re-Store, con capacidad para 57.600 huevos, para realizar varios ensayos a gran escala. Se realizaron ensayos con huevos de lotes de abuelos, con un excelente resultado en términos de control de la temperatura de cáscara de huevo, uniformidad de la temperatura en toda la incubadora, homogeneidad en las fases de calentamiento y enfriamiento y recuperación de la incubabilidad. El ambiente interno durante todo el ciclo de tratamiento se controló a partir de la temperatura de la cáscara de huevo
Se realizaron ensayos en huevos para pollos de engorde comerciales. Durante estos ensayos, se obtuvieron y analizaron datos sobre la incubabilidad, la calidad del pollito y el rendimiento post-nacimiento. En ensayos recientes basados en un almacenamiento de 12 a 15 días se obtuvo una recuperación casi total de las pérdidas, tanto en términos de incubabilidad como de los pesos finales postnacimiento. Esto confirma el gran potencial de la metodología de tratamiento térmico.
Conclusión general
El tratamiento térmico durante almacenamiento tiene un gran potencial para restaurar la viabilidad del embrión y por tanto para recuperar la incubabilidad e incluso para mejorar el rendimiento post-nacimiento. No obstante, es imprescindible controlar los parámetros clave de incubación de forma precisa, ya que una aplicación inadecuada de la técnica podría implicar unos resultados por debajo del nivel óptimo e incluso provocar importantes pérdidas.
Buenas prácticas incluyen una medición y un control precisos de la temperatura de la cáscara de huevo en la incubadora, así como unas fases de calentamiento y enfriamiento de los huevos controlados y uniformes: Dos puntos clave para obtener beneficios de forma regular.