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La importancia de la salud intestinal en la producción avícola – Parte I

Escrito por: Kelen Zavarize - Gerente de Servicios Técnico Avícolas - Kemin Industries
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La importancia de la salud intestinal

COMPONENTES DE LA SALUD INTESTINAL

El intestino de las aves es el órgano con mayor superficie que interactúa con el medio, por lo que el intestino debe ser una barrera eficaz:

que reduzca la exposición a toxinas ambientales y microorganismos patógenos,

pero que permita la absorción de nutrientes y la secreción de desechos.

El intestino también proporciona una plataforma para el crecimiento de una microbiota diversa, que regula el desarrollo y la maduración inmunes, proporcionando metabolitos para la nutrición del huésped (Sargeant et al., 2014).

Contiene una gran cantidad de neuronas, hormonas intestinales y mensajeros secundarios, por lo que se considera el órgano neuroendocrino más grande del cuerpo y, por lo tanto, regula una multitud de funciones fisiológicas del huésped. (Neuman et al., 2015)

Morfológicamente, el tracto gastrointestinal es un tubo hueco que va desde el pico y termina en la cloaca, siendo la función principal la conversión de los alimentos en sus componentes para su absorción y uso por parte del ave.

Figura 1. Estructura del tracto gastrointestinal de las aves.

Como se ve en la figura 1, el intestino se divide en :

buche, proventrículo, molleja,

intestino delgado (duodeno, yeyuno e íleon) e

intestino grueso (ciego, colon y recto) y

órganos glandulares (glándulas salivales, hígado y páncreas) que no son parte del tracto, pero secretan sustancias dentro de él a través de conductos que conectan los órganos con el tracto (Bell, 2002).

Cada región tiene un papel específico en el proceso de digestión y absorción de nutrientes.

La porción más larga es el intestino delgado, siendo el responsable de la digestión final de los alimentos y la absorción de casi todos los nutrientes.

La mucosa intestinal presenta proyecciones microscópicas, que se denominan vellosidades, constituidas por tres tipos de células:

enterocitos,

células caliciformes y

células enteroendocrinas (Maiorka, 2004).

Los nutrientes absorbidos por los enterocitos son transportados por los vasos sanguíneos presentes en las vilosidasas.

Las células enteroendocrinas funcionan para activar el páncreas exocrino cuando los alimentos ingresan al intestino delgado.

Las células caliciformes, por otro lado, son importantes para la producción de moco, en el que protegen mecánicamente la mucosa contra la entrada de patógenos, evitando que se adhieran a la pared del órgano e inicien un proceso infeccioso (Guerra, 2018).

 

DESARROLLO DEL TRACTO GASTROINTESTINAL

En el momento de la eclosión, el tracto gastrointestinal de las aves está anatómicamente completo, pero funcionalmente inmaduro (Maiorka, 2004).

El rápido desarrollo del tracto gastrointestinal está relacionado con el consumo de alimentos y cuando la alimentación se retrasa, las aves muestran un menor desarrollo intestinal con un rendimiento reducido (Maiorka et al., 2003).

En el período inicial de 48 horas después del nacimiento, la yema contribuye al mantenimiento y desarrollo del intestino delgado.

Durante este período, el ave debe pasar de usar energía en forma de lípidos, de la yema, a una dieta rica en carbohidratos (Noy y Sklan, 1999). Por lo tanto, el ave debe tener un acceso rápido a la alimentación, para evitar dañar la función intestinal.

Para el desarrollo intestinal, el momento y la forma de los nutrientes disponibles después de la eclosión es fundamental, por lo que el acceso temprano a los alimentos fomenta el crecimiento y el desarrollo intestinal (Potturi et al., 2005).

Para el desarrollo y mantenimiento de la mucosa intestinal deben ocurrir dos eventos citológicos asociados:

a) renovación celular, que es el proceso de proliferación y diferenciación celular;
b) pérdida de células, que es el proceso de extrusión (Maiorka et al., 2003).

Es necesario que haya un equilibrio entre estos eventos para garantizar el mantenimiento del número de células y la capacidad funcional del epitelio (Oliveira et al., 2012).

Además, después de la eclosión, el ave está en contacto continuo con microorganismos (alimento, agua, ropa de cama, insectos, polvo y personas), lo que favorece el desarrollo de comunidades microbianas (Macari et al., 2014).

Existen factores endógenos y exógenos que pueden modificar la microbiota, tales como:

malas condiciones higiénicas y sanitarias de creación,

estrés y nutrición inadecuada (Figueira et al., 2014).

Es importante destacar que la microbiota intestinal puede beneficiar o perjudicar al ave. La microbiota en equilibrio (eubiosis) es fundamental para el bienestar y la salud, resultando en la calidad de la mucosa intestinal y una mejor absorción de los nutrientes del pienso, con la consecuente mejora del rendimiento productivo.

ADITIVOS PARA LA SALUD INTESTINAL

Algunos aditivos alimentarios y minerales pueden influir positivamente en el desarrollo del músculo intestinal, ayudando a mantener la salud intestinal, mejorando así la digestión y la absorción de nutrientes.

Para promover la salud intestinal, hay muchos productos disponibles, que se pueden agregar a través del agua o del pienso.

Entre estos aditivos tenemos: probióticos, prebióticos, enzimas, ácidos orgánicos, aceites esenciales, aminoácidos como la glutamina y algunos minerales como el cromo.

Los probióticos introducen microorganismos deseables en el tracto gastrointestinal con la función de mejorar el rendimiento, la salud general y la productividad, que generalmente se logran al afectar las poblaciones microbianas intestinales.

Los prebióticos, en cambio, son carbohidratos no digeribles por bacterias patógenas y por aves, que promueven el crecimiento y actividad de bacterias beneficiosas, favoreciendo la microbiota intestinal, es decir, mejorando la salud intestinal.

Los ácidos orgánicos actúan como controladores de carga microbiana, como fórmico, acético, propiónico, etc. Y también puede actuar como potenciador de la morfología intestinal como el ácido butírico.

Los aceites esenciales pueden ser bacteriostáticos o inmunoestimulantes, siendo una mezcla de compuestos fitoquímicos como carvacrol, timol y cinamaldehído, entre otros, los cuales tienen propiedades antimicrobianas selectivas (Guo et al., 2004).

Las enzimas se utilizan para ayudar a eliminar los efectos antinutricionales del fitato, los polisacáridos distintos del almidón y / o alterar sustratos para mejorar la proliferación de algunos microorganismos beneficiosos (Kiarie et al., 2013).

La glutamina, un aminoácido no esencial, actúa como sustrato energético para células de rápida proliferación como los enterocitos, teniendo un efecto beneficioso sobre la mucosa intestinal.

El cromo orgánico actúa indirectamente sobre la salud intestinal, ya que actúa reduciendo los efectos provocados por el estrés en las aves, además de actuar en el metabolismo de carbohidratos, lípidos y proteínas.

CONSIDERACIONES FINALES

El tracto gastrointestinal es clave para el éxito del proceso de producción, ya que se encarga de digerir y absorber los nutrientes, transformando los granos / cereales en proteína animal. Por tanto, la salud intestinal tiene un efecto directo sobre la productividad, el bienestar animal, la seguridad alimentaria y el impacto medioambiental.

Para que el ave pueda expresar todo su potencial genético, el intestino debe estar sano. Una estrategia interesante para modular la microbiota intestinal de las aves es la manipulación de dietas con el uso de aditivos que tienen una acción directa o indirecta sobre la salud intestinal, ya que son una herramienta que contribuye a una mejor digestibilidad de nutrientes, rendimiento productivo y salud intestinal de las aves.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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10. Bell, D. D. 2002. Anatomy of the Chicken. P 41-58. In: Commercial chicken meat and egg production. 5a edição. Edited by Donald D. Bell e William D. Weaver, Jr.. Springer.

11. Maiorka, A. (2004) Impacto da saúde intestinal na produtividade avícola. In: V Simpósio Brasil Sul de Avicultura, 05 a 07 de abril de 2004. Anais… Chapecó-SC, 119-129.

12. Maiorka, A., Santin, E., Dahlke, F., Boleli, I. C., Furlan, R. L., & Macari, M. (2003). Posthatching water and feed deprivation affect the gastrointestinal tract and intestinal mucosa development of broiler chicks. The Journalof Applied Poultry Research, 12(4), 483-492.

13. Guerra, R. R. (2018). Morfofisiologia do sistema digestório de não ruminantes. In: Costa, F. G. P., & Silva, J. H. V. Produção de não ruminantes. (pp. 225-246). João Pessoa: Editora UFPB.

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