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Inclusión de cobre en bandejas de eclosión en plantas de incubación

Escrito por: Ronise F. R. Depner
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cobre incubatórios

Contenido disponible en: Português (Portugués, Brasil)

La presencia y diseminación de microorganismos patógenos en las dependencias de la planta de incubación acarrea un incremento en el número de huevos y aves contaminados, provocando reducción en la tasa de eclosión, aumento en el porcentaje de descarte, baja calidad de los pollitos de un día, elevando la mortalidad inicial además de provocar enfermedades como aspergilosis, onfalitis y salmonelosis en las granjas, que causan grandes pérdidas económicas en toda la cadena productiva.

La limpieza de los equipos y de las salas en la planta de incubación se debe realizar con mucha atención. Para esto, son utilizados gran cantidad de productos desinfectantes. Actualmente, los productos más usados son el amonio cuaternario, glutaraldehído, formaldehído, ácido acético, derivados del cloro y yodo, pero gran parte de estos poseen restricciones de uso como el formaldehído, debido a su acción carcinogénica, además del yodo y los ácidos que poseen acción corrosiva.

La alternativa más empleada es el formol líquido, a través de la evaporación continua. Sin embargo, se han buscado alternativas para su sustitución, ya que su uso está sometido a restricciones gubernamentales y está prohibido en diversos países. Además, una de las principales causas de huevos “picoteados y no nacidos” y de pollitos descartados por debilidad es la fumigación excesiva con formol durante la incubación y / o el nacimiento.

Los microorganismos encontrados en los huevos para incubar pueden ser fácilmente distribuidos por todo el ambiente de la planta de incubación por el movimiento del aire y así contaminar a los otros pollitos. En general, la contaminación aumenta a medida que la incubación se completa.

Los investigadores identificaron las áreas de lavado de las bandejas y de depósito de residuos como las de mayor probabilidad de contaminación en las plantas de incubación. Otros autores también demostraron que las etapas de lavado y sanitización de las bandejas redujeron, pero no eliminaron completamente la contaminación bacteriana de sus superficies.

Actualmente, la alternativa disponible en el mercado para ayudar en el control microbiológico de esas superficies es un producto antimicrobiano a base de triclosan. Sin embargo, ya hay relatos de cepas de Salmonela enterica aisladas de humanos y animales con baja sensibilidad al triclosan y su correlación con la selección de bacterias multirresistentes a antibióticos es cuestionada (Copitch et al. 2010). Además, hay una fuerte presión de la sociedad para la prohibición de su uso una vez que los estudios vienen correlacionando el triclosan y el triclocarban a una serie de efectos adversos a la salud pública y al medio ambiente como irritaciones en la piel, problemas endocrinos, resistencia a antibióticos, además de contaminación del agua y consecuente impacto en los ecosistemas acuáticos (Beyond Pesticides, 2017)

Una solución viable para auxiliar el control microbiológico en las plantas de incubación es la introducción del cobre como superficie de contacto antimicrobiana.

El cobre es un elemento necesario en la nutrición de las aves y ampliamente utilizado en la avicultura, generalmente en forma de sulfato. La exigencia nutricional de los pollos de engorde es de 8ppm en la ración, sin embargo, la concentración comúnmente utilizada queda en torno a 150-200 ppm. Esta concentración se emplea para que actúe como mejorador de desempeño, habiendo aprovechado su efecto antibacteriano, mejorando la conversión alimenticia y aumentando la ganancia de peso de las aves (Silveira et al 2017). Sin embargo, su uso como superficie de contacto es reciente.

Los estudios de las propiedades antimicrobianas de las superficies metálicas de cobre lograron destacar cuando la agencia estadounidense Environmental Protection Agency (EPA) registró casi 300 aleaciones de cobre como antimicrobianas en 2008.

El registro permite su comercialización, informando que el cobre “elimina 99,9% de las bacterias dentro de dos horas”.

Su utilización fue autorizada para la fabricación de productos para ambientes comerciales, residenciales y de salud. La agencia aclara que las aleaciones de cobre deben ser usadas como un complemento y no para la sustitución de las prácticas estándar de limpieza y desinfección de las superficies y añade que tales productos no representan ningún riesgo para la salud pública.

La eficacia del cobre y sus aleaciones (como el bronce y el latón) como superficie de contacto antimicrobiana y su importante acción contra bacterias, virus y hongos de interés en la medicina veterinaria ya han sido demostradas y la avicultura se podrá beneficiar con la aplicación de esas superficies, a comenzar por las plantas de incubación, donde la limpieza de los equipos y de las salas es fundamental para la sanidad de los animales.

Las bacterias expuestas a las superficies metálicas de cobre no entran en estado fisiológico de viable pero no cultivable, en el que son viables, pero no se multiplican, ya que son completamente inactivadas. En contraste con los microorganismos altamente resistentes a los antibióticos que evolucionan en menos de 50 años de uso, los microorganismos tolerantes al cobre son extremadamente raros, aunque el cobre sea parte de la tierra hace millones de años.

Los investigadores demostraron que el número promedio de bacterias recuperadas de las superficies de cobre fue de 90 a 100% menor cuando fue comparado con las superficies de control, lo cual está de acuerdo con los resultados obtenidos por nuestras investigaciones involucrando a microorganismos aislados de plantas de incubación comerciales de pollos de engorde de dos estados brasileños (Santa Catarina (A) y Rio Grande do Sul (B).

La Tabla 1 presenta el número de microorganismos recuperados, después de un día, de las placas de cobre y de las de acero inoxidable (superficie control) luego de la inoculación de los microorganismos (105 células por ml) aislados de dos plantas de incubación comercial *.

Tabla 1 – Recuento total de microorganismos Mesófilos, Mohos y Levaduras, provenientes de dos plantas de incubación avícolas, recuperadas de placas de cobre y de acero inoxidable.

El resultado de esta investigación fue que las placas de cobre eliminaron prácticamente toda la contaminación de su superficie en apenas un día, mientras que el acero inoxidable fue inerte frente a los microorganismos investigados.

El cobre, como superficie de contacto, ha demostrado tener una importante acción antimicrobiana en las bacterias, hongos y levaduras comunes en las plantas de incubación. De esta forma, su aplicación como superficie de contacto en bandejas de incubación y de eclosión podrá reducir los niveles de contaminación en las plantas de incubación, mejorando la productividad y el desempeño de los politos.

Actualmente están siendo desarrollados, por nuestro grupo de investigación en asociación con PROCOBRE – Instituto Brasileño del Cobre, prototipos de bandejas de eclosión en cobre antimicrobiano para encaje interno en las bandejas de plástico convencionales.

Las primeras pruebas ya fueron realizadas y los prototipos producidos fueron adecuados, pues se encajaron perfectamente a las bandejas de plástico y resistieron a la higienización, además de no causar problemas de traslado o transferencia de los pollitos. El cobre tampoco provocó ningún efecto adverso a las aves, demostrando ser seguro como superficie de contacto.

* Artículo publicado en la revista Brazilian Journal of Poultry Science en 2016. Las demás referencias pueden ser solicitadas a la autora.

Depner R.F.R., Pontin K.P., Depner R.A., Flores Neto A., Lucca V., Lovato M. 2016. Acción del cobre antimicrobiano en bacterias y hongos aislados de plantas de incubación avícola comercial. Brazilian Journal of Poultry Science. 18(spe2):95-97.

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