La inflamación es una reacción esencial del organismo ante daños celulares. Representa la fase final del proceso de estrés, sin importar su causa, ya sea biológica, ambiental, física, química, nutricional o psicológica. Este mecanismo es clave para preservar la salud animal cuando opera de forma equilibrada..

  • Tanto el estrés como la inflamación pertenecen a las respuestas innatas del organismo. Estas respuestas involucran hormonas como la adrenalina y los glucocorticoides, neuropéptidos, células inmunes y diversos mediadores moleculares. Todos ellos colaboran en mantener la salud animal, facilitando la recuperación tras agresiones internas o externas.

DE LA SUPERVIVENCIA AL DESGASTE

En una situación aguda de estrés, el cuerpo se adapta activando el llamado “modo lucha o huida”. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico, estas hormonas se mantienen activas por largos periodos, lo que conduce a una alteración del metabolismo y disminución del crecimiento en animales.

 

  • El estrés prolongado origina una intensa producción de radicales libres que dañan estructuras celulares clave, como las membranas y las mitocondrias, este deterioro continuo compromete la salud animal,
  • Este daño celular crónico es el punto de partida para un estado inflamatorio persistente, que compromete la fisiología de órganos y tejidos. Por ello, tanto el estrés como la inflamación crónica son considerados “asesinos silenciosos”.
Inflamación y Estrés Crónico: El Desafío Silencioso en la Salud Animal

EL PAPEL FUNDAMENTAL DEL INTESTINO

Más allá de la digestión, el tracto gastrointestinal aloja una compleja comunidad microbiana, la microbiota intestinal, que es fundamental para la salud animal, una comunidad microbiana compleja que interactúa con el sistema inmunitario.

  • Sorprendentemente, este microbiota contiene hasta 10 veces más células que las del propio cuerpo animal, y su repertorio genético supera ampliamente al del huésped.

Además, el intestino actúa como un órgano endocrino y neurológico. Produce más de 20 tipos diferentes de hormonas y contiene aproximadamente el 80% de las células inmunes del cuerpo, alojadas en el tejido linfoide asociado al intestino (GALT).

  • De ahí que se estime que la mayoría de las enfermedades crónicas están vinculadas a la salud intestinal.

IMPACTO DEL ESTRÉS EN AVES DE PRODUCCIÓN

En los animales de producción, como los pollos de engorde, el estrés crónico y la inflamación reducen notablemente su rendimiento, donde cualquier alteración intestinal repercute seriamente en la salud animal.

  • En estos animales, órganos como la bolsa de Fabricio son claves para la respuesta inmunitaria, ya que participan en la maduración de células B, encargadas de la inmunidad humoral.

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Inflamación y Estrés Crónico: El Desafío Silencioso en la Salud Animal
  • Cuando el sistema digestivo de las aves se inflama, la energía que debería usarse para crecer o digerir, se destina al sostenimiento del estado inflamatorio. Esto provoca disminución del consumo de alimento, pérdida de peso y aumento en la susceptibilidad a infecciones.

RECONOCIENDO A LOS PATÓGENOS: EL ROL DE LOS PAMPS

El sistema inmune reconoce a los patógenos mediante estructuras moleculares específicas denominadas PAMPs (Patrones Moleculares Asociados a Patógenos). Entre estos se encuentran componentes bacterianos como lipopéptidos, peptidoglicanos y lipopolisacáridos (LPS).

En aves, el LPS activa el factor NF-kB, que induce la liberación de citoquinas proinflamatorias. Estas moléculas, aunque útiles para combatir infecciones, también generan efectos colaterales como fiebre, anorexia, depresión, y en casos extremos, la muerte.

  • Un ejemplo notable es la respuesta inmunitaria frente a cepas de influenza aviar altamente patógenas. En estos casos, el daño no lo produce el virus directamente, sino la intensa reacción inflamatoria que genera colapso fisiológico, afectando drásticamente la salud animal..

MOLÉCULAS REDOX: DOBLE FILO DEL SISTEMA INMUNE

Los leucocitos, especialmente los macrófagos, combaten las infecciones produciendo especies reactivas de oxígeno (ROS) y de nitrógeno (RNS). Estas moléculas son capaces de destruir agentes patógenos mediante oxidación, pero si se producen en exceso, también dañan células sanas.

  • Este desequilibrio genera inflamación prolongada y lesiones en tejidos circundantes. Aunque ROS y RNS son necesarias para controlar infecciones, su sobreproducción provoca inmunotoxicidad y deterioro celular, agravando el estrés oxidativo.

ESTRÉS OXIDATIVO Y SU RELACIÓN CON LA MORTALIDAD

La exposición continua a endotoxinas como el LPS estimula la producción persistente de ROS y citoquinas, conduciendo a un estado de estrés oxidativo. En esta condición, los sistemas de control inmunológico no logran mantener la homeostasis y comienzan a fallar órganos vitales.

  • En situaciones graves, puede desarrollarse un choque séptico caracterizado por colapso vascular, disfunción multiorgánica y muerte. Infecciones bacterianas, virales o parasitarias pueden desencadenar este ciclo de inflamación exagerada que termina siendo letal.

INFLAMACIÓN INTESTINAL Y “FUGAS” EN EL INTESTINO

Uno de los efectos del estrés crónico en el intestino es la ruptura de las proteínas de unión entre células epiteliales. Esto genera un fenómeno conocido como “intestino permeable”, que permite el paso de bacterias y toxinas hacia el torrente sanguíneo.

  • Esta translocación bacteriana inicia una inflamación sistémica crónica que puede afectar a múltiples órganos. El hígado es uno de los primeros en verse comprometido, al recibir sangre contaminada desde el intestino.

SALMONELLA Y SU APROVECHAMIENTO DE LA INFLAMACIÓN

De forma paradójica, bacterias como Salmonella se benefician de las respuestas inflamatorias intestinales. Durante la inflamación, se liberan sustancias antimicrobianas y ROS que alteran el equilibrio de la microbiota, reduciendo bacterias benéficas como los Bacteroidetes y Clostridiales.

  • Salmonella, a diferencia de estas bacterias comensales, puede utilizar tetrationato —un subproducto de la inflamación— como fuente de energía.
  • Así, la misma respuesta inmune que intenta controlar la infección, termina favoreciendo su proliferación.

ESTRATEGIAS PARA MITIGAR EL DAÑO: MÁS ALLÁ DE LOS ANTIBIÓTICOS

Ante estos desafíos, la industria avícola busca alternativas al uso de antibióticos para controlar el estrés y la inflamación. Se han desarrollado estrategias que incluyen probióticos, prebióticos, fitobióticos, vitaminas, oligoelementos y simbióticos para mejorar la salud intestinal.

  • Estos aditivos tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios, fortalecen la microbiota, refuerzan la barrera intestinal y ayudan a restablecer el equilibrio inmunológico.
  • Además, una buena gestión del ambiente, bioseguridad y programas de vacunación eficaces son claves para mantener aves saludables.

CONCLUSIÓN: COMPRENDER PARA PREVENIR

La inflamación es una respuesta biológica fundamental, pero cuando se vuelve crónica puede convertirse en un problema serio para la salud animal. El estrés oxidativo y la alteración de la microbiota intestinal son detonantes silenciosos de enfermedades que reducen la productividad y ponen en riesgo la seguridad alimentaria.

  • Comprender cómo el estrés afecta a los animales, y cómo interviene en la inflamación y en la proliferación de patógenos, es esencial para diseñar estrategias efectivas de prevención.
  • El futuro de la producción animal sostenible dependerá en gran medida de nuestra capacidad para gestionar el estrés y mantener la integridad del ecosistema intestinal.

Además, es fundamental mantenerse actualizado sobre los avances en este campo para diseñar planes de acción más eficaces. Si deseas profundizar en esta temática, puedes hacer clic aquí para leer el artículo completo.

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