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La avicultura debe despertar en América Latina

Escrito por: Guillermo Zavala - Médico Veterinario Zootecnista (Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM). MSc. en Medicina Aviar, MSc. en Microbiología Médica con énfasis en patogenia viral; Ph.D. en la misma área (Universidad de Georgia, USA). Profesor, clínico e investigador por más de 10 años en la Universidad de Georgia. Cuenta con más de 35 publicaciones en revistas internacionales indexadas y más de 250 conferencias en 5 continentes desde el año 2001. Actualmente es consultor independiente
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Cualquiera que sea nuestra visión del momento presente y del futuro de la región, nos queda perfectamente claro que el clima político internacional ha cambiado y está cambiando dramáticamente en muy poco tiempo.

El resurgimiento del nacionalismo populista, proteccionista e incluso aislacionista en países de mucha influencia política, económica y militar nos debe invitar a reflexionar sobre el impacto de este nuevo orden sobre el panorama socioeconómico y político de la región latinoamericana. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y el Banco Mundial (BM), Brasil, México y Argentina representan la 9ª, 15ª y 21ª economías del mundo, respectivamente.

Las economías de Venezuela, Colombia, Chile y Perú les siguen muy por detrás, aunque están ubicadas dentro de las 55 mayores economías del mundo. Hay todavía mucho por hacer para corregir en ésos y en el resto de países de la región problemas de desnutrición; el sistema educativo de la región, que es crónicamente deficiente; la “gobernabilidad”, que podría ser mucho mejor; los sistemas de salud, que han mejorado sustancialmente pero aún queda mucho por hacer; y la desigualdad en la distribución de la riqueza, que continúa siendo un problema mayúsculo.

Las recientes manifestaciones de neo-nacionalismo en los países poderosos son muy peligrosas y podrían fácilmente resultar en mandatos presidenciales y acciones muy dañinas para algunas de las economías de la región.

Una gran parte de Latinoamérica depende de granos, insumos, maquinaria, tecnologías, medicamentos y servicios hasta ahora producidos por los países más avanzados.

Es hora de despertar. Latinoamérica ha sido hasta hoy usuaria, mas no generadora de tecnologías, y por ende, ha sido dependiente indefinidamente de los países generadores de bienes, servicios y tecnologías.

¿Sería posible pensar en una coalición de países latinoamericanos que en adelante trabajen juntos para cambiar el orden regional? ¿Sería posible que la región forme un consorcio que produzca sus propios automóviles; su ingeniería aeroespacial; sus alimentos y medicamentos; que integre sus economías facilitando el comercio internacional en lugar de construir muros y aislarse como se está observando en otros países; que exista un compromiso para corregir de raíz los problemas de gobernabilidad; que de una vez por todas se ataquen estratégicamente los problemas que impiden que Latinoamérica se desarrolle como merece?

¿Qué se necesita para que un país y una región expresen su verdadero potencial? Primero, es necesario mantener nutridos a sus ciudadanos; segundo, es esencial mantenerlos sanos; tercero, es fundamental educarlos; y cuarto, contar con sistemas de gobierno que verdaderamente amen a sus países y gobiernen deseando lo mejor para sus conciudadanos.

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