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La importancia del consumo de pienso

Escrito por: Juan Valle Díez , Mark Allen
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La selección genética actual cada vez nos proporciona aves con mayor productividad. Aunque parte de las mejoras incluye la reducción en el índice de conversión, no alcanzaremos el máximo potencial productivo si no es adecuando la aportación diaria de nutrientes.

En cualquier sistema de producción, el consumo de pienso jugará un papel crítico, siendo un prerrequisito para alcanzar el máximo desarrollo productivo de las aves.

Gráfica 1. Evolución de la capacidad productiva en LB Classic y LSL Classic.

Factores relacionados con el consumo de pienso

Según Leeson (1996), ponedoras alimentadas ad libitum son capaces de regular la ingesta de pienso en función de sus necesidades energéticas, que vienen condicionadas por:

Sistemas de producción alternativos

Si hablamos de sistemas de producción alternativos, donde la principal característica es una mayor necesidad de energía debido a una mayor actividad, las necesidades diarias de mantenimiento se ven incrementadas entre un 10%-15% dependiendo del tipo sistema.

Condición del emplume

Las condiciones ambientales y la condición del emplume también influyen en las necesidades energéticas. La condición del emplume, además de ser un parámetro relacionado con el bienestar de las aves, influencia las necesidades energéticas en términos de termorregulación que suelen considerarse dentro de las de mantenimiento (Neme y col, 2005; Perugi y Coon, 1993).

Gráfica 2. Neme y col, 2005. Necesidades energéticas de mantenimiento en función de la temperatura ambiental y la condición del emplume

 

Producción diaria

El segundo concepto energético en orden de importancia es la producción diaria, expresada en gramos de huevo por ave y día, que representa en torno al 33% de las necesidades energéticas totales. El potencial productivo del ave es el mismo independientemente del sistema que consideremos, si bien los sistemas alternativos requieren una mayor atención ya que son más los factores que influyen en la productividad en comparación con los sistemas en jaula.

La suma de los conceptos anteriores más las necesidades asignadas al crecimiento conforman las necesidades diarias energéticas del ave, lo que servirá como punto de partida para el diseño del nivel energético que ha de contener el pienso en función del consumo

Desarrollo de la capacidad de consumo

La capacidad de consumo, a su vez, viene determinada por diversos factores como:

La fase de recría es el periodo más importante para el desarrollo de la misma. No importa si estamos hablando de sistemas en jaula o libre de ella. El desarrollo de la capacidad de consumo se ha de trabajar desde el día en que alojamos las pollitas, satisfaciendo las necesidades de cada uno de los nutrientes en cada una de las fases de recría. El objetivo es obtener un correcto desarrollo corporal, uniformidad y a potenciar la salud intestinal de las aves que será clave en el devenir del lote.

En la fase de recría debemos evitar cualquier tipo de restricción en el consumo especialmente durante las primeras 10 semanas de vida, donde tienen lugar el desarrollo de:

 

Capacidad de ingesta

Existen diferentes factores que condicionarán el desarrollo de la capacidad de ingesta, como:

Una elevada densidad de la nave conlleva una restricción indirecta de consumo: condiciona el acceso de las aves al comedero generando una mayor competitividad. Esto no solamente afectará al desarrollo y productividad, sino que además puede desencadenar situaciones de estrés y generar conductas agresivas.

Nutricionalmente, el aumento progresivo de la inclusión de fuentes de fibra insoluble en la dieta (cascarilla de avena, harina de girasol, subproductos de trigo, DDG’s, etc…) durante la fase de recría mejora la capacidad de consumo del ave a la vez que potenciará el desarrollo del tracto intestinal

En todos los sistemas, es necesario trabajar el concepto “fibra” desde un principio; sin embargo, se tiende a pensar solamente en el periodo entre la semana 10 y 16 de vida donde el nivel de nutrientes, incluida la energía, se ven reducidos debido a una menor demanda de nutrientes. La fibra no es solamente importante para el correcto desarrollo intestinal (de interés en cualquier sistema), sino que el aumento progresivo en cada una de las fases desarrolla la capacidad de consumo, característica esta necesaria para compensar la mayor demanda energética en los sistemas alternativos. Después, ya en la fase de producción, se ha de mantener un cierto nivel (Tabla 1).

Tabla 1. Lohmann Tierzucht. Niveles recomendables de fibra en las diferentes fases

Formato & presentación del pienso

Junto con el nivel y fuente de fibra, el formato y presentación del pienso constituyen sin duda algunos de los factores más importantes que condicionan la capacidad de ingesta de las pollitas y el desarrollo de las mismas.

Gráfico 3. Portella y col., 1998. % de desaparición de las partículas con respecto a la dieta inicial.

La presentación del pienso es otro de los factores críticos que influyen sobre el consumo: las aves tienen una marcada preferencia por las partículas más groseras rechazando las partículas más finas, por lo que el consumo de pienso se ve proporcionalmente reducido cuando el porcentaje de finos (partículas ø < 1mm) excede el 25%, independientemente de si se trata de un pienso en migajas o harina. Los finos del pienso (ø<1mm) representan una fracción importante al contener la parte vitamínicamineral, carbonato en polvo, pudiendo también contener enzimas, aminoácidos sintéticos, la fracción más fina de las harinas proteicas, etc.

Es importante proporcionar desde el principio un pienso con una estructura homogénea, bien sea un pienso en harina o en migajas ya que, especialmente en sistemas alternativos, esta situación puede conducir a deficiencias nutricionales derivadas de un consumo selectivo. En ocasiones, las deficiencias nutricionales pueden desencadenar comportamientos indeseables manifestándose incluso durante la fase de recría.

 

Distribución del pienso

A menudo hablamos sobre la composición y la homogeneidad del pienso pasando por alto la influencia que ejerce sobre:

Las aves proporcionan la productividad.

Nosotros debemos de proporcionarles un pienso nutricionalmente equilibrado y un programa de alimentación efectivo que cumpla con sus requerimientos…

…también influenciados por el sistema de alojamiento y, en la medida que consideramos sistemas alternativos, donde expresan patrones de comportamiento natural como el escarbado-forrajeo (a menudo mal dirigido) y un mayor movimiento, cómo y cuándo alimentamos a las aves se convierte en una pregunta que nos lleva a adoptar un enfoque más flexible a la hora de diseñar nuestras estrategias de alimentación.

Necesitamos prestar atención en el modo efectivo en que suministramos el pienso, garantizando que se ofrezca y se tome una dieta totalmente equilibrada, que cumpla con los requisitos del ave al tiempo que reduce el desperdicio de pienso y asegurando que no se produzca una restricción de pienso a la vez que no se fomente la alimentación selectiva.

Aplicar una estrategia de alimentación ineficiente puede tener implicaciones negativas en los resultados a largo plazo y la capacidad del ave para hacer frente a los desafíos de campo. La impronta del comportamiento de alimentación comienza en la recría y continúa en producción. Hoy en día son muchos los que ven un beneficio en el vaciado de comedero una vez al día, pero es necesario ir más allá. Para llevarlo a cabo, debemos conocer qué herramientas tenemos disponibles y asegurarnos de que las utilizamos de manera efectiva

Minimizar el impacto negativo de una alimentación ineficiente dependerá de:

¡El reparto de pienso es cíclico!: El reparto de pienso de hoy afectará al de mañana. El distribuir pienso en un comedero que ya está de por sí lleno conlleva que las aves nunca lleguen a comer la fracción de finos renunciando a nutrientes clave. Todos sabemos que las ponedoras son comedoras exigentes por lo que ofrecerles la oportunidad de seleccionar el pienso conllevará la ingesta de una dieta totalmente desequilibrada.

Una cantidad escasa de pienso en el comedero en un momento determinado del día puede provocar una mayor competencia entre las aves por el alimento que puede terminar, entre otras cosas, en una reducción en la uniformidad de las aves. Se trata de equilibrio: el control diario del llenado de los buches, el número de distribuciones y la cantidad de pienso, el control de peso de las aves y la uniformidad nos permiten ser proactivos a la hora de tomar aquellas medidas relacionadas con el pienso que beneficien a las aves y asegurarnos de que el binomio ave-pienso esté funcionando de la mejor manera.

La restricción en el consumo de pienso puede suceder de diversas formas afectando al crecimiento, nivel de producción y finalmente a la salud de las aves

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