Los residuos y subproductos industriales de origen orgánico, como son los desechos del sector avícola, se están convirtiendo en una nueva fuente de recursos gracias a la biotecnología
Plumas, huesos, vísceras o cáscaras de huevo contienen una gran cantidad de materia orgánica y de biomoléculas de interés industrial -como proteínas, vitaminas, minerales, carbohidratos y lípidos- que, gracias a la aplicación de procesos de biotecnología, pueden recuperarse y transformarse en productos útiles para múltiples sectores como el químico, el envase, la agricultura, la industria alimentaria, la industria farmacéutica y cosmética o incluso la construcción.
LA APUESTA POR LA ECONOMÍA CIRCULAR
Los residuos y subproductos industriales de origen orgánico, como son los de la industria avícola, se están convirtiendo en una nueva fuente de recursos gracias a la biotecnología, un campo científico que permite recuperar y extraer valor de lo que hasta ahora estaba considerado únicamente un desecho con el fin de transformarlo en un producto de alto valor añadido.
Esto supone un cierre del círculo en el sistema de producción y consumo dejando atrás los esquemas de la economía lineal.
La apuesta por la economía circular no sólo tendrá beneficios ambientales asociados a la correcta gestión de los residuos, sino también beneficios económicos y sociales vinculados a ello.
En concreto, en 2015 la Comisión Europea estimó que podría suponer un ahorro anual en materias primas por parte de la industria de 600.000 millones de euros, equivalentes a un 8 % de la facturación anual de la UE en ese año
Por todo ello, cada vez son más las empresas que buscan dar una nueva oportunidad a sus desechos y transformarlos en productos de alto valor añadido mediante procesos sostenibles, eficientes y de bajo impacto ambiental.
Gestionar y eliminar esos desechos, que pueden tener efectos contaminantes, conlleva un elevado coste debido a que son clasificados como subproductos de origen animal no destinados a consumo humano (SANDACH).
Disponen por ello de legislación específica a nivel europeo: el Reglamento (CE) Nº 1069/2009 y el Reglamento (UE) Nº 142/2011, que constituyen desde 2011 el marco legal comunitario aplicable, quedando derogado desde entonces el Reglamento (CE) 1774/2002.
Ambos reglamentos establecen normas estrictas de sanidad animal y salud pública aplicables a la recogida, el transporte, el almacenamiento, la manipulación, la transformación y la utilización o eliminación de este tipo ...