COSMA entregó en el municipio de Berge dos naves llave en mano, con su característica forma curva que ya han registrado resultados muy buenosBerge es una localidad de la provincia de Teruel con apenas 250 habitantes. Sin embargo, allí también es posible ganarse la vida, y un ejemplo de ello es el proyecto que han llevado a cabo dos cuñados, que se han embarcado juntos en la aventura de criar pavos.
David García Gil y Juan Antonio Lej son dos avicultores que han visto en el sector avícola una oportunidad para no marcharse del municipio donde residen, y además llevando una importante calidad de vida que les permite conciliar su vida laboral y familiar.
Juntos gestionan una granja de pavos que confiaron a COSMA para la realización del proyecto. Se trata de dos naves tipo túnel, con su característica cubierta curva, que tienen capacidad para 12.500 pavos cada una de ellas. Los pavipollos entraron en noviembre y salieron el pasado febrero, criándose juntos los machos de las hembras, aunque separados por una valla.
Resultados desde el primer lote
La nave COSMA les ha proporcionado un rendimiento muy bueno, una vez han comprobado el consumo de gas al acabar el invierno, que en esta zona ha sido especialmente duro. Los responsables de la granja han quedado muy contentos con el aislamiento, que ha hecho posible asegurar las condiciones óptimas en el interior de la nave, así como con las ventanas de lona, que cierran herméticamente.
La primera crianza les ha proporcionado unos excelentes resultados, y han sido felicitados por la integradora (Padesa)
Una cubierta perfecta para aislar
La cubierta, como en todas las naves COSMA, destaca por el excepcional aislamiento térmico, y que su nítida forma curva se integra perfectamente en cualquier localización geográfica rural donde se instale, evitando un fuerte impacto visual medioambiental.
Además, la limpieza de líneas externas con sección curva permite que pueda instalarse en cualquier ubicación.
Ofrece 16 centímetros de aislamiento.
En cuanto a la lona, tiene una vida de entre 15 a 20 años, y cuando hay que actualizarla, tan solo hay que echar otra nueva por encima de la anterior. Fácil y cómodo.
La segunda crianza que se está llevando a cabo en estas naves permanecerá en las instalaciones hasta el próximo mes de julio. Puede que incluso mejoren los resultados puesto que reconocen que la integradora se llevó a los pavos dos semanas antes de lo previsto, porque los necesitaban. En caso contrario, “habríamos conseguido cifras récords”, explican.
La aventura comenzó el pasado noviembre. Eran los primeros pavitos que incubaba Padesa, y ellos han tenido el orgullo de criarlos. Sin embargo, no se confían, porque reconocen que “no tiene nada que ver un lote con otro”. Lo que está claro es que han pasado la época más difícil –de noviembre a febrero-, en la que incluso han vivido una nevada de 50 centímetros.
La nave está dividida en dos mitades: el 55% es para los pavos macho, y el restante para las hembras, con una densidad de 7 pavos por m2. De todas formas, el mimo que ponen en el manejo se percibe en el hecho de que no apuran al máximo la densidad; prefieren que los animales tengan más espacio y crezcan mejor.
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Utilizan seis tipos de pienso, y en cuanto al agua, sólo la cloran. Respecto al programa de iluminación, las primeras tres semanas proporcionan luz total -24 horas- y a partir de entonces se va quitando luz para que estén unas horas a oscuras y puedan descansar. Los pavos grandes tendrán 6 horas de oscuridad.
El control ambiental
Cuando los pavitos entran por primera vez en la nave, debe haber una temperatura de 32ºC, que luego irá bajando. En el momento de la visita, los pavos estaban a 26 ºC, y en el momento de dejar la nave la temperatura será de unos 22 ºC.
Estos avicultores también están muy satisfechos con la ventilación. Las primeras semanas trabajan con extractores de aire. Una vez que quitan la calefacción, juegan con las ventanas, para que entre aire limpio, y siempre pendientes de la temperatura que necesite el pavo.
Hay cuatro sondas por la nave, y un ordenador que se rige por ellas. Todos los días se sacan las bajas, que se apuntan informáticamente y en papel, para así llevar el control diario tanto de los machos como de las hembras.
Una recompensa tras el sacrificio
Una buena gestión tiene su recompensa, y en este caso Padesa les prima si no superan el 12% de mortalidad; además les dan algo por la cama y por consumo de pienso y les ayudan con el gas.
Cuando llegue la segunda semana de julio, estos pavos saldrán rumbo al matadero de Amposta (Tarragona), donde se produce el sacrificio.
En este proceso cíclico, David y Juan Antonio siempre van a estar dispuestos a aplicar lo aprendido durante la crianza anterior, pues no en vano se sienten afortunados de dedicarse a la avicultura, que les ha posibilitado pequeños triunfos como llevar a sus hijas pequeñas al colegio.
La ausencia de puentes térmicos en las naves COSMA garantizan el éxito y el óptimo rendimiento de esta granja de 25.000 pavos