Un año más se acerca el verano y debemos hacernos algunas preguntas. Estamos presenciando avances en las producciones avícolas, a nivel genético, nutricional, sanitario y de manejo e instalaciones, evidenciados en mejores crecimientos, mejores índices de conversión y mejores rendimientos cárnicos.
Pero, una vez más, la eficacia y la eficiencia en la producción de aves, en muchas regiones, se ve perjudicada por la crianza fuera de la zona termoneutral de confort, y especialmente por el estrés por calor.
¿Cuál debe ser el objetivo de las crianzas en verano?
Obtener el máximo del potencial genético de nuestras aves:
Adaptando la nutrición, higiene, instalaciones y manejos a unos requerimientos cada vez más exigentes.
Debemos ser más precisos ya que es lo que demandan los pollos actuales.
Debemos reducir el estrés por calor y los efectos del mismo sobre nuestros pollos.
¿Cuánto nos cuesta el calor del verano?
Aunque el problema es diferente según la zona climática y tiene una duración variable, sus efectos son económicamente significativos tanto para los avicultores como para las empresas avícolas, viéndose perjudicados todos los parámetros productivos. Cada uno puede hacer sus cuentas -granjeros y empresas integradoras-, pero podríamos considerar que en esos 3-4 meses ocurre lo siguiente:
¿Qué podemos hacer?
Entender las bases del equilibrio termodinámico de las granjas y de las aves para poder aplicar con lógica y sentido común las medidas correctoras adecuadas y a su debido tiempo.
Comprender cómo responden nuestros pollos ante las situaciones de estrés térmico por calor para poder ayudarles a combatir los efectos adversos que les producen.
Aplicar en forma y tiempo todas las medidas que tengamos a nuestra disposición para conseguir nuestro objetivo, que es obtener el máximo potencial genético de nuestras aves.
En función del momento y de la forma de presentarse, podríamos distinguir dos tipos de estrés calórico:
Estrés calórico agudo o golpe de calor
Ocurre en aquellas manadas que se están criando en unas condiciones ambientales normales, y un día determinado -normalmente a partir de los 25-30 días de edad- se produce una subida repentina de temperatura, produciendo una alta mortalidad.
Estrés calórico crónico
Se produce en crianzas que durante casi toda su vida están sometidas a altas temperaturas, y en ellas, lo que observamos es menor crecimiento, peor índice de conversión, y una mortalidad superior a la normal, pero sin llegar a las del tipo...